Somos 4

By JaziveMG_

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«Cuatro luces se alzarán al cielo desvaneciéndose en el viento, su objetivo será el demonio de caos y torment... More

Bienvenidos.
Personajes.
Capítulo 01|El comienzo.
Capítulo 02|¿Quién soy yo?
Capítulo 03|Las palabras de Ethan Carter.
Capítulo 04|Blake Smith.
Capítulo 05|Problemas de autocontrol.
Capítulo 06|Pruébame.
Capítulo 07|Elemento aire.
Capítulo 08|Desaparecido.
Capítulo 09|Decepción.
Capítulo 10|Una aparición devastadora.
Capítulo 11|Solo un diario.
Capítulo 12|Y... ¡el último aparece!
Capítulo 13|Nuestro pasado.
Capítulo 14|Un simple juego.
Capítulo 15|Rebelaciones.
Capítulo 16|¿Yo sola?
Capítulo 17|Tengamos una charla.
Capítulo 18|¿Qué ha pasado aquí?
Capítulo 19|Descubriendo las cosas.
Capítulo 20|Un espejo.
Capítulo 21|Nuevo cambio.
Capítulo 22|Roto.
Capítulo 23|Nueva yo.
Capítulo 24|Contrarios.
Capítulo 25|Solo la verdad.
Capítulo 26|Un amigo.
Capítulo 27|Recuerdo del pasado.
Capítulo 28|Rivales y un ridículo apodo.
Capítulo 29|Succionada.
Capítulo 30|División de equipo.
Capítulo 31|02 de Mayo.
Capítulo 32|Concentración Emma.
Capítulo 33|Hechizo congelador.
Capítulo 35|El poder de la mente.
Capítulo 36|Misma sangre.
Capítulo 37|Eliminación.
Capítulo 38|Entrada al infierno.
Capítulo 39|Propuesta aceptada.
Capítulo 40|Derrumbe de confianza.
Aviso.
Capítulo 41|Ayuda.
Capítulo 42|Pendientes.
Capítulo 43|Especial 1/3
Capítulo 44|Hasta pronto.
Comunicado.
Capítulo 45|Un plan.
Capítulo 46|Utilizado.
Capítulo 47|Evolución.
Capítulo 48|Te quiero.
Capítulo 49|Complicaciones y un extraño.
Aviso.
Capítulo 50|Predicción incierta.
Capítulo 51|Héroe.
Capítulo 52|Especial 2/3
Capítulo 53|Sorpresas, y un hechizo roto.
Capítulo 54|Hermanos.
Capítulo 55|Primera llamada.
Capítulo 56|Rescate.
Capítulo 57|Control.
¡Eso es!
Capítulo 58|Segunda llamada.
Grupo en Whatsapp «Cerrado»
Capítulo 59|Especial 3/3
Capítulo 60|Navidad.
Capítulo 61|Inténtalo.
Capítulo 62|Destino.
Capítulo 63|Blood.
60 cosas que posiblemente no sabías de Somos 4.
Capítulo 64|Fenómenos.
Capítulo 65|Prisioneros.
¡Y lo que falta!
Capítulo 66|Injusticia.
Capítulo 67|Vistazo al pasado.
Capítulo 68|Posibilidad.
Capítulo 69|Cura.
Capítulo 70|Todo este tiempo.
Capítulo 71|Recompensa.
Una vez más.
Capítulo 72|DarkBan, el demonio.
Capítulo 73|Separados.
Capítulo 74|Tercera llamada y que empiece el show.
Comunicado.
Capítulo 75|Esperanza.
Capítulo 76|Búsqueda.
Capítulo 77|Encuentro.
Capítulo 78|Invasión.
Capítulo 79|Memorias.
Capítulo 80|Decisión final.
Aviso.
Capítulo 81|Final 1/2
Capítulo 82|Angélica.
Capítulo 83|Final 2/2
Epílogo.
Agradecimietos.
¡Que empiece la votación! «Cerrado»
Entre escritora y lectores.
La coronación 1/2
La coronación 2/2
¡UN MILLÓN!

Capítulo 34|Cena.

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By JaziveMG_

POV Ethan Carter.

Corrí rápidamente por los pasillos de la PATFS aventando a uno que otro agente en el camino, pero al final de cuentas logré llegar a mi destino.

Me detuve enfrente de la puerta para agarrar algo de aire, al final abrí la puerta de golpe.

—¡¿Dónde?! —Mi voz resonó por toda la biblioteca.

—Tranquilo agente Carter. Emma y Henry descubrieron este libro, tienen una solución —me calmó F.

—¡¿Tranquilo?! ¡Que volveré a ver a mi hermana! —grité de felicidad.

Emma empezó a reír, mientras que Henry negaba con la cabeza divertido.

Hace un par de minutos Alex me había avisado que Emma y Henry habían encontrado una solución. No le creí tanto a mi amigo pero era verdad.

Ellos regresarían.

—¿Qué se tiene que hacer? —froté mis manos nervioso.

—Solo necesitamos que toques el portal aquí. Del otro lado Keitlyn hará lo mismo, solo hay... un detalle

—¿Un... detalle? —pregunté curioso.

—Sobre como avisarles que hacer —concluyó Henry—. Ambos no saben que es lo que está pasando.

—¿Qué proponen? —pregunté.

—Hemos estado ojeando el libro y encontré un hechizo para comunicarse a cualquier distancia mentalmente. Blake será el receptor si lo empleamos.

—Necesitamos una mente que soporte la intensidad del hechizo para que comunique el mensaje. Contamos con que Blake soporte también la fuerza y dolor, ya que afecta al que lo emite como el que lo recibe —prosiguió Henry—. Yo... lo haré.

—¿Lo harás tú? —inquirí tratando de hacerle saber que es peligroso.

—Soy un elemento, si lo haces tú o cualquiera su mente se destruiría. Puedo hacerlo —me afirmó.

—¿Y quién hará el hechizo? —preguntó esta vez F.

—Lo haré yo. Se necesita de mucha concentración para hacerlo, pero necesito esto —Emma le dio una lista a F—. ¿Crees poder conseguirlo lo antes posible?

—Haré trabajar a unos cuantos agentes, pero traeré estos materiales para antes de la anochecer.

—Gracias —habló Emma con cansancio.

F le sonrió y después salió por la puerta con la lista.

Esto era lo que queríamos: una solución. Estaba a punto de preguntarles por el libro cuando mi celular sonó.

Lo saqué y con una señal les hice saber a Emma y a Henry que contestaría, solo me di la vuelta para hablar.

—¿Diga?

—¡Ethan! —Esa voz...—. ¡Qué milagro! No me dijiste que cambiaste de número celular. Dime, ¿cómo están tú y Keitlyn?

—Mamá —me aclaré la garganta—. No estés fingiendo interés por ella, sé muy bien que la detestas. ¿A que se debe tu llamada?

—Por mucho que la deteste tu padre no, y me ha pedido un favor.

—El padre de Keitlyn... —me quedé un par de segundos en silencio—. ¿De qué favor hablas?

—Quiere realizar una cena familiar aquí en la casa.

Maldición, no quería asistir. Con todo esto prefería hacer lo posible para salvar a mi hermana que estar sentado en una silla bajo el silencio incómodo que se crea en el comedor.

—Me encantaría, y a Keit también, pero ha enfermado y estoy cuidando de ella. —mentí.

—Que lástima, le teníamos una sorpresa.

—¿Qué sorpresa? —fingí interés—. Ella ya no es de eso.

—Seguro les iba a encantar —sonó entusiasta.

—Mamá, no es por ser mal educado pero...

—Espera, alguien quiere el teléfono. Lo siento mucho Ethan, pero tu padre quiere hablar contigo.

—Oh Dios —suspiré cansado.

Escuché como se pasaban el teléfono.

—¿Enserio no podrán venir?

—Ya le he dicho a mamá que no —me froté la cara con una mano cansado de la situación.

—Que pena, creí que a ambos les gustaría la sorpresa que les teníamos.

—¿Cuál era? —pregunté nuevamente, sabiendo que no me la dirían.

—Leo —me quedé paralizado al escuchar su nombre—. Está aquí mismo. De hecho él propuso hacer la cena, y como hace mucho que todos se fueron creo que haría bien que se vieran como los hermanos que son. Es su oportunidad para interactuar de nuevo y ponernos al corriente.

Si supieran que lo he visto más veces de lo que ellos piensan...

—¿Querrías pasarme a Leo, por favor? —mascullé.

—Claro...

Nuevamente, escuché como se pasaban el teléfono.

—¿Si?

—¡Te juro que si les haces daño te las verás conmigo! Mataste a tu madre adoptiva, pero no dañarás a la única familia que Keit y yo tenemos.

—Entonces ya sabrás que esto es una advertencia —rió—. ¿Qué digo? Más bien es una amenaza. Ven solo, sino lo haces habrá consecuencias. Inventa una excusa más creíble para la extraña ausencia de Keit hoy en la cena. Espero contar con tu presencia, hermano.

—Hijo de...

Pero no terminé de hablar porque el muy desgraciado me cortó enseguida.

Apreté mi celular en la mano. Estaba tan furioso que lo arrojé provocando que diera contra una pared.

El ruido exaltó a Emma y Henry, se giraron asustados.

—¿Qué...?

—¡Leo tiene a mi familia! Si no voy esta noche a una cena seguro los mata.

—¿Para qué te querría? —me preguntó Henry—. Es muy raro, no tienes algo que él quiera.

—Tal vez no se trate de un objeto, sino de él —expresó Emma.

—¿Crees que esto sea personal? —le preguntó Henry a Emma.

—No estoy segura —agachó su cabeza.

—Maldición —me froté la cabeza con ambas manos—. ¿El hechizo tardará mucho?

—No pero las cosas que necesitamos tardarán. Quédate tranquilo, nosotros nos encargamos del hechizo, averigua qué es lo que planea Leo —propuso Henry.

—¿Podrán solos?

—Claro que si —se cruzó de brazos—. Quiero que cuando Keitlyn regrese vea a su hermano mayor y no algo malo.

Entendía a que se refería Emma.

—Tengo que ir entonces —estaba apunto de salir por la puerta, pero ellos me detuvieron.

—¿Sabes que, Ethan? Alex se puede encargar de preparar el hechizo. Emma y yo te cuidaremos la espalda.

—Henry, Leo dictó claramente que fuera solo.

—¿Qué te garantiza que no tenga gente de su lado allá? No dejaremos que nada te pase —se apresuró a decir—. Te estaremos observando desde lejos.

Me quedé pensando.

Si algo salía mal ellos podrían intervenir, o quizá su intervención sea lo que haga que las cosas salgan mal.

Suspiré, tenía que confiar en ellos.

—Es mejor irnos ahora.

F se enteró de todo y apresuró la búsqueda de lo que se necesitaba para el hechizo. Estaba nervioso por dos cosas: porque Leo estaba ahí con ellos y por mis padres.

No los había visto desde hace tiempo. La única razón ahora era Leo, necesitaba saber para que me quería, y porque llegaría tan bajo al grado de involucrarlos a ellos.

Al llegar los chicos se escondieron detrás de otras casas. Caminé a lo que alguna vez de niño llame hogar y toqué el timbre, después abrieron la puerta.

Parada frente a mí estaba una señora de cabello castaño que le llegaba a los hombros, junto con una playera de diseñador, unos pantalones ajustados y zapatillas negras. Estaba igual, con esas joyas que siempre traía, la diferencia es que se había cortado el cabello. Su sonrisa era la misma de cuando yo vivía aquí.

—Hola, madre —dije y ella alzó los brazos para abrazarme.

Le regresé el abrazo y se separó.

—Hace tiempo que no te dabas una vuelta —dijo con los ojos llorosos—. Pasa, tu padre está en la sala.

Entré a la casa cautelosamente, inspeccionando cada rincón del lugar.

Como agente secreto me habían enseñado a observar mi alrededor, cualquier rastro de peligro siempre se detectaría con la mirada. Leo pudo poner alguna bomba o trampa en la casa, inclusive intenté memorizar todos los objetos que se atravesaban en mi camino por si los ocupaba.

De hecho, algo en el suelo captó mi atención.

—¿Por qué tienen un arco? —le pregunté a Iza; mi madre.

—No es de nosotros —se apresuró a decir—. Lo trajo Leo, dijo que era un regalo para... ella.

Keitlyn.

—¿Y para qué un arco?

—Porque... me enteré que mi pequeña hermanita le gusta practicar la arquería. Tú tienes que saberlo ¿no? Vives con ella —Leo apareció en mi campo de visión y todos mis sentidos se pusieron alerta.

—Claro que lo practica —le seguí el juego.

—¿Y por qué se le ha venido a la cabeza practicar algo tan peligroso? —preguntó el padre de Keitlyn: Alan.

—Sus gustos cambiaron Alan. Se le da muy bien, es como hereditario —dijo Leo y gruñí internamente.

—Ya veo —pronunció Alan—. Por cierto, ¿de qué se ha enfermado?

Leo me miró como si toda la situación le diera gracia. ¡Maldito imbécil!

—Tiene temperatura, además no deja de vomitar —mentí.

—Vaya, es como una enfermedad de otra dimensión —apreté los puños ante lo dicho por Leo—. ¿Han encontrado algo que la cure?

Corrección.

¿Han encontrado ya algo que la regrese?

Tenía tantas ganas de golpearlo.

—No —volví a mentir.

—Seguro se pondrá bien, ahora hay que comer —se apresuró a decir Iza—. Se enfriará la comida.

Todos nos sentamos y empezamos a comer. Si de por sí la comida a solas con mis padres era incómodo, ahora lo era más con el hermanastro de Keit.

La comida siguió en silencio toda la noche. A veces Alan preguntaba sobre mi vida en la casa de renta en la que vivía con Keit, inclusive le preguntó a Leo sobre dónde era que se quedaba. Tanto él como yo nos estremecimos, y más cuando preguntó por nuestros trabajos.

—Trabajo en una empresa de alto prestigio en la ciudad, es un edificio —Leo se metió una cucharada llena de caldo de pollo—. Tengo un buen salario.

¿Cómo es que disfrutaba esto? Era tan despiadado. Iza asintió y giró a mi.

—¿Y tú, Ethan? —preguntó emocionada por mi presencia.

—Trabajo como auxiliar de venta de vehículos —me encogí de hombros—. Pago la renta y necesidades de Keitlyn, todo bien...

—El otro día estaba viendo las noticias —mencionó Leo y me contuve una vez más por no lanzarme sobre de él en estos momentos—, sobre la inseguridad de la ciudad, hay muchos delincuentes por ahí. Hubo un ataque terrorista en los alrededores de una calle. Se cuenta que una chica se regresó a salvar a un niño, la señora contó a la televisión y dio su descripción —le advertí con la mirada que no siguiera—. Exactamente la misma que Keitlyn...

—¡Dios mío! —Alan se levantó de la mesa. Él sí la amaba, no como Iza o Leo—. ¡¿Cómo pasó eso?!

Recuerdo ese día perfectamente. Fue el día en el que Alex me avisó de una chica con poderes de fuego.

El comienzo de una nueva vida que le tocó a Keitlyn.

—Ella pasó por ahí, y descuida, salvó al niño y se retiró. No le pasó nada.

—Menos mal —se volvió a sentar.

—Por cierto, ¿con quién has dejado a Keit? —preguntó Leo.

Tenía que decirles algo coherente. No podía decirles que con algún conocido mío, mis padres me vendrían con la historia de la inseguridad y desconfianza que hay en dejar personas en manos de unos completos desconocidos.

—Está con sus amigos —llevé el vaso de agua a mis labios para dar un trago—. Está bien, ellos la cuidan.

—¿Son acaso los que están allá afuera? —Leo alzó una ceja.

Maldición.

Seguía jugando conmigo. Quizá sabía de ellos desde que llegué.

Solo movió los labios sin pronunciar palabra alguna. Pero sabía lo que trataba de comunicarme: no has venido solo.

Metí mi mano por debajo de mi abrigo. Allí había guardado un arma por si a Leo se le ocurría atacar.

Nos retamos con la mirada, y después de una breve silencio Leo suspiró y se levantó.

—Tengo que retirarme.

No iba a permitir que se escapara.

—Yo también —imité su acción.

—Pero si aún no hemos llegado al postre —habló tristemente Iza.

¿Por qué solo odiaba a Keitlyn y no a Leo? Iza debería ver la clase de persona que era él.

—Llamad de trabajo —dijimos al unísono Leo y yo. Ambos volteamos a vernos.

—Nos vemos, sé dónde está la puerta, no se molesten —dijo Leo para salir casi corriendo de ahí.

—Lo siento —logré decir antes de salir por la puerta para seguir a Leo.

Cerré la puerta para después correr, tratando de ubicar a Henry y a Emma.

—¿Qué pasa? —preguntó Henry por el comunicador que traía puesto.

Apreté el botón para hablar.

—Los ha visto, será mejor que lo sigan, está corriendo por los callejones.

—¿Cómo nos vio si estábamos bien escondidos?

—No lo sé —gruñí—. Pero lo que se es que debemos atraparlo, no sabemos qué planes tenga.

—Tranquilo —dijo antes de cortar contacto.

Empecé a correr más rápido por lo callejones tratando de alcanzar a Leo. Se nos iba a escapar...

De repente, un gran muro de agua se levantó en forma de cuadrado por toda la cuadra.

Sentí un viento anormal soplar en una zona específica dentro del cuadrado.

Eran ellos.

Corrí hasta allí llegando a la zona de acción. Emma y Henry estaban conteniendo a Leo como un ratón enjaulado. Lo tenían atrapado, Emma limitando su lugar de huida y Henry en un remolino de aire.

—Estoy atrapado me supongo, ¿qué sigue? —sonrió con malicia.

—¿Qué es lo que quieres? —inquirí—. ¿Qué esperabas ganar en la cena?

—Quiero recuperar lo que le lanzaste a Keitlyn —espetó—. Me pertenece.

—Sabes que no lo tengo aquí, haces todo esto como si estuviera en la Tierra.

—Solo vengo a recuperarlo.

—Debiste pensarlo antes de dañar el portal —escupí apretando mis puños.

—Sé que harías todo lo posible para traerla de regreso —agregó con el ceño fruncido—. Solo deja a la chica en paz. Ni siquiera es tu hermana de sangre.

—¡Soy su hermano!

Él guardó silencio y negó con la cabeza divertido. Me estaba sacando de quicio.

—Te encerraremos —puntualicé—. No saldrás de la celda que tenemos preparada para ti.

Leo sonrió ampliamente. No tenía ni idea del porqué, pero lo hacía. Emma y Henry voltearon a verme esperando alguna orden. Solo asentí con la cabeza y ellos se apresuraron en abandonar el lugar junto con Leo.

***

Reporté a F todo, ella comprendió y seguimos con el plan anterior.

—Bien Emma, hazlo.

Emma empezó a mezclar todos los ingredientes que F logró juntar. Todos estábamos en el laboratorio esperando que el hechizo funcionara.

Leo ya estaba en una celda. No opuso resistencia, ni siquiera protestó, no dijo una sola palabra de camino.

Y eso era inquietante.

—Está listo —Emma suspiró nerviosa—. Bien Henry... te conduciré hasta la mente de Blake.

Empezó a temblar y Henry tocó su mano.

—Ey, confío en ti.

Ella sonrió y asintió decidida.

—Necesito toda la concentración que pueda, así que nada de ruido —se dirigió a nosotros m—. Me meteré en tu memoria y la conectaré con la de Blake. Solamente pasa el mensaje, recuerda que no sabemos con cuanto tiempo contamos, así que date prisa —alzó el tazón de los ingredientes del hechizo—. En el momento en el que te conecte a la mente de Blake, sentirás un dolor tan fuerte, él también lo sentirá así que, cuando te comuniques adviértele a Keit sobre el efecto secundario del hechizo. ¿Lo tienes todo?

—Totalmente —Henry encajó las uñas de sus manos en sus piernas—. Solo acabemos con esto.

Emma untó los ingredientes mezclados en la frente de Henry. Puso sus manos en su cabeza, cerró los ojos y un brillo de luz iluminó toda la habitación. Emma parecía muy concentrada en lo que hacía.

Henry parecía que no tenía alma, era como solo un cuerpo vacío. De repente algo pasó y todos nos alertamos. Henry había abierto sus ojos de golpe, habían cambiado porque su pupila e iris eran blancos.

El hechizo estaba actuando justo ahora.

—Keitlyn —susurró Henry—. No tengo mucho tiempo, soy Henry. Hemos encontrado como regresarlos a la Tierra, no había salida antes pero la hay ahora. Mañana al presentarse el sol diríjanse hacia el portal, tienes que tocarlo Keit, y no dejes de hacerlo porque Ethan lo hará de este lado. El portal será activado por la sangre de ambos, funcionará. Es el único modo de traerlos de vuelta. Blake se sentirá mal, se le pasará solo... regresen.

Emma despegó sus manos de la cabeza de Henry, exhaló una gran bocanada de aire y cayó al suelo.

Henry aún estaba en la silla, pero no tardó en caer al piso. Se veía agotado y respiraba con dificultad, inclusive estaba sudando.

Ambos estaban agotados, y a pesar de que parecía que Emma sufrió más el hechizo, Henry quedó inconsciente tan pronto al caer.

Emma se puso de rodillas aún lado de él tocándole la frente.

—Fue muy fuerte —susurró—. Dijo lo que pudo, pude haber retenido más el hechizo pero me pareció que la mente de Henry no podía más.

—Eso fue suficiente —dije levantándola lentamente—. Gracias...

—También son nuestros compañeros, y mi familia. No los abandonaría.

Al poco tiempo unas enfermeras entraron al laboratorio, llevándose consigo a Henry para dejarlo reposar en su habitación.

Alex, Jordan y F permanecían en silencio al fondo del laboratorio. Todos parecían tranquilos, como si la tormenta hubiera pasado ya.

Pero yo sentía algo más. Ese presentimiento en el que sentía que era más que una tormenta.

Porque algo estaba por ocurrir.

Y no sabía si era bueno o malo.

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