—Entonces dime por lo menos que tan riesgosa es la clasificación «Z» —hablé frustrada.
—Dime, ¿por qué te expusiste de esa manera? —dijo evadiendo mi pregunta.
Y henos aquí, discutiendo por media hora, ambos enojados. Evadía todas mis preguntas, no quería decirme nada y ya me estaba cansando, sabía que él sabía algo de Leo pero no dice absolutamente nada.
¿Por qué no simplemente me dice la verdad?
No era más una niña, no necesitaba protegerme.
—¿No me dirás? —pregunté con la esperanza de que se resignara y me contara.
—La clasificación Z es peligrosa, muy alta; se refiere a características sobrenaturales.
Volteé y encontré a F, recargada en el marco de la puerta, viendo a Ethan en la camilla de la enfermería.
—Es lo que necesita saber señorita Carter, y ahora —giró a Ethan—, agente Carter, reporte de misión.
—Pero ella está...
—No importa si está ella o no aquí, por lo que sé Keitlyn es hermana de Leo, tiene que saber el porque estuviste ahí, claro, no creas que me he olvidado de su escapadita. Tendrán su castigo —dijo mirándome amenazantemente—. Me ocasionaste muchos problemas con las cuatro personas del congreso, más te vale que tu justificación de lanzarte sin antes pensar bien las cosas sea aceptable y convincente.
Solté un risita poniéndome muy nerviosa.
¿Qué clase de castigo me pondría?
¿Darle de comer a los cocodrilos?, ¿limpiar las armas?, ¿practicar el doble?
Tenía que saber que es lo que me pondría para prepararme mentalmente.
—Nuestras sospechas eran ciertas —Ethan me regresó a la realidad y volteó a verme una vez al hablar—. Los buscan a ellos, por lo que sé el líder se llama DarkBan. Leo Carter trabaja para él.
Al escuchar el nombre de DarkBan me toqué la cabeza. Era real. Tal y como Angélica me lo había mostrado en mi mente, todo lo que hizo fue real y cruel. Angélica me dijo que aparecería por última vez cuando por fin todos los elementos estuviésemos unidos, quería una respuesta de su parte, pero según ella, era algo que tenía que hacer al estar completamente todos.
Pero justo cuando Angélica me transmitía algunas acciones de ese monstruo, él metió su esencia en mi mente alterándome por completo. Angélica intentó controlarme, pero al parecer el poder de él era muy alto. Justo antes de que desapareciera, Angélica me dijo que tenía que recuperar el poder total de ella.
¿Pero cómo?
¿Cómo rayos se hacía? No era un manual con instrucciones, quería de alguna manera que nosotros descubriéramos como.
Tenía tantas cosas que meditar, como por ejemplo la traición de Leo, más el ¿por qué trabajaba para el malo? Compartí muy pocas cosas con Leo, pero era mi hermano, sentía dolor y traición, no solo fue a mí, sino también a Ethan.
—¿Estás bien? —preguntó Ethan acercándose a mí, pero al hacerlo escuché él como se empezó a quejar.
Quité las manos de mi cabeza y elevé mi cara para poder ver a Ethan.
La parte trasera de su hombro derecho sangraba demasiado.
—¿Qué le pasa? —preguntó F alarmada.
Ethan se retorcía del dolor, me acerqué lo suficiente para poder tocarlo pero F me apartó.
—¡Enfermera! —gritó F.
En cuestión de segundos una enfermera entró con una inyección en la mano aplicándosela rápidamente.
Minutos después se tranquilizó completamente, estaba cómodamente descansando en la cama con la mirada perdida, hasta que volteó a verme.
—Fue Leo, ¿no es así? —le pregunté al recordar como me había ahorcando.
—Me recuperaré, no es nada —respondió.
—Ethan basta, por favor, se de lo que es capaz, tan solo mira —apunté mi cuello—. Lo hizo con una mano, sin titubear, sin siquiera arrepentirse, como si lo disfrutara.
Suspiró y me miró tristemente.
—Lo sabía —susurró—. No quería lastimarte con que tú disque hermano era parte de una conspiración que está decidida a hacer el mal.
Apreté los ojos girándome hacia la salida, pero me detuve al escuchar algo que de alguna manera quería evitar, a pesar de que había preguntado.
—Si, fue él.
Abrí y después cerré la puerta con fuerza. Podía meterse conmigo, Leo siempre fue cortante, siempre pero ¿cómo se atrevía a dañar a Ethan?
—¡Keitlyn!
Giré hacia atrás viendo a Henry muy acelerado y cansado.
—Alex —tomó aire antes de continuar—, Alex quiere entrenar ahora con nosotros.
—Dile que me deje en paz —contesté frustrada de todo.
—Entiendo que estés enojada —lo miré—. Pero no puedes detenerte por eso. También estoy harto de no entender muchas cosas, ¿piensas que eres la única sufriendo?, ¿acaso sabes que Blake y yo jamás tuvimos una familia? Por lo menos tuviste a Ethan. No sé que soy, y sé que no soy el único, estoy cansando de esto —golpeó la pared frustrado.
Di un salto al ver como la pared que golpeó Henry se destrozaba en pedazos, en un montón de ellos.
Muchos de los pedazos pequeños me aplastarían, pero Henry me jaló cubriéndome con sus brazos.
—¿Qué fue eso? —pregunté asustada.
—A eso me refería, ¡a que no tengo ni puta idea de lo que soy ahora! —dijo arrodillándose por completo.
Me arrodillé a su lado para abrazarlo. Tenía razón, estaba siendo tan egoísta al no tomar en cuenta que no era la única que sufría, también mis compañeros, porque lo que teníamos en común era el no saber quienes éramos.
—Yo tampoco —susurré en su oído.
***
Habíamos entrenado ya por dos horas. Todo el tiempo había evitado contacto visual con Alex.
Si bien era muy infantil, pero me había ocultado cosas que eran muy importantes, parece estúpido pero él sabía perfectamente lo que había en juego.
A su vez también estoy enojada con Ethan. Es mi hermanastro y como tal, debió de haberme dicho sobre Leo. Tal vez, y solo tal vez no me hubiese dolido tanto el verlo.
—¡Chicos apúrense, no hay que demorarnos tanto! —le grité a los chicos.
—Keitlyn los libros no desaparecerán, ve lento —musitó Blake cansado.
—Además no pienses que subir estas escaleras es fácil —gruñó Henry.
—El elevador no funciona, no está mal hacer ejercicio de vez en cuando —aclaré.
—¿Ya hablaste con F?
La pregunta de Henry me dejó pensando. Ya había hablado con ella, le conté de mis acciones y del porque salí disparada hacia un lugar así, ella estaba enojada, pero era comprensible, me dijo que esta fuese la última vez. Quería protegernos, solo eso.
También dijo que si ella no obedecía al consejo, ellos personalmente tratarían con nosotros. De ellos a F prefería mil veces a F.
—Ya —contesté siguiendo subiendo las escaleras.
—¿Le contaste del círculo? —preguntó esta vez Blake.
—... No.
—¿Por qué no? —dijeron al unísono Blake y Henry.
Me giré hacia ellos deteniéndolos a ambos. Es como si tuviera hermanos gemelos pequeños, que preguntaban por todo. Parecían estar coordinados en lo que decían y hacían.
—Esa cosa tuvo efecto en todos nosotros, es algo malo. No debe ser mencionado hasta saber que es exactamente —aclaré un poco angustiada.
—¿Es por eso que vamos a investigar? —preguntó Henry.
—Exactamente —volví a girarme para seguir subiendo.
—Entonces me alegra haberle tomado una foto —dijo Henry.
—Hay más que podremos descubrir, es por eso que debemos darnos prisa, ¿de acuerdo?
—De acuerdo —contestaron ambos al mismo tiempo.
Al subir sabrá Dios cuanto por fin llegamos al piso de la biblioteca. Siempre que venimos nunca encontramos nada, pero ahora mi propósito sería buscar en la parte más alta.
Nuestro único obstáculo era la amplia biblioteca que había, estaba en forma de círculo, siendo solo tres personas no abarcaríamos ni menos de la mitad de la zona.
—Es... muy grande —murmuró Henry.
—Hay que buscar arriba sobre libros relacionados con ese círculo —dije.
Ambos bufaron para luego subirse a unas escaleras y buscar libros, mientras tanto me ocupé en la parte de abajo.
Pasó aproximadamente una hora cuando alcé la mirada hacia los chicos.
—¿Encontraron algo? —grité desde abajo.
Al instante un libro cayó en mi cabeza. Me froté en la parte afectada. ¡La pasta del libro estaba dura!
—¿Quién fue el inmaduro que me arrojó el libro? —pregunté mirándolos tal cual una mamá a sus hijos.
—No fui yo, estoy leyendo unos títulos —contestó Blake.
—Ni yo, estoy un poco retirado de ahí —respondió Henry.
—¿Entonces quién fue? ¿El espíritu santo?
—De verdad Keitlyn, me estuviera riendo de no ser así —volvió a hablar Henry.
¿Quién rayos me había lanzado el libro entonces?
Lo tomé del suelo y al girarlo aprecié el título del libro «lo que destruyó todo». ¿Qué clase de libro portaba un título así?
Al abrirlo lo primero que vi fue ese círculo del otro día. El mismo que me mareó.
—¡Chicos! —les llamé.
—¡Que no fui yo! —exclamó Henry.
Le fruncí el ceño y le hice una señal al mismo tiempo en el que negaba con la cabeza.
—No es eso. Encontré algo.
Ambos bajaron de sus sitios, al llegar hacia mi observaron el libro en la página en la que encontré el círculo plasmado.
—¿Dónde lo encontraste? —preguntó Blake.
—Es el que me golpeó la cabeza.
—Que raro... —musitó Henry—. Que más da, léelo —inquirió.
Fui directamente al texto y empecé a leer:
«Mucho tiempo atrás, hubo guerras. La situación entre humanos y seres sobrenaturales era muy frecuente. Mediante métodos lograron tranquilizar las cosas.
No fue hasta que seres superiores llegaron aquí, el demonio que como nombre fue denominado DarkBan, él era el peor, muchos decían que era un monstruo, pero entre mundos él era un demonio.
En ese momento de crisis, los Reyes de cada mundo fueron al combate, se dividían en cuatro reinos, cada uno podía controlar los elementos que crearon al mundo. Con sus habilidades lograron contactar a el don de la naturaleza. El demonio logró acabarla por completo, por lo que los Reyes construyeron el "IDMEO, su función era absorber los poderes de aquel demonio con la única consecuencia que había: ellos también perderían todo. Al final, lograron arrebatarle un poco de su poder, pero después de eso ya nada volvió a ser lo mismo. Hubo un cambio en la historia que cambió todo.
Si estás leyendo esto tienes que saber que el IDMEO es peligroso, tan malo para quienes poseen uno de los elementos. Ese artefacto succiona todo de ti. Y más si la persona equivocada es quien lo tiene y manipula.
Sé que si estás leyendo esto eres un elemento, solo tú podrías abrir este libro gracias al hechizo que hice.
No te acerques a ese círculo. Si lo haces morirás. No te acerques a DarkBan. Eres uno de los dones de la naturaleza, eres la vida misma. Resuciten a Angélica, ella fue a quien DarkBan derrotó, y si consiguió el poder una vez, lo hará de nuevo. No está muerto, se encuentra descansado de lo que los Reyes le hicieron pero muy pronto regresará, dejará de esconderse y no descansará hasta tener tu poder. No te confíes...
No lo hagas.»
Mis piernas temblaban, mis manos igual, todo en mí temblaba. Tenía miedo, miedo de verdad. No era un libro, era el diario de alguien.
Le di la vuelta al libro, no había más, era todo. Ni siquiera alguien lo había firmado, parecía antiguo, escrito antes de que naciera.
Sin duda alguna ahora tenía más preguntas que antes.
¿IDMEO? ¿Reyes?
DarkBan derrotó a Angélica, eso está claro, ella poseía los 4 elementos pero... ¿qué tenía que ver con nosotros?
—¿Viene a por nosotros, verdad? —río Henry sentándose en el suelo—. Las cosas solo empeoran, solo... ¡Nos matará! ¡Maldición!
Golpeó una estantería y se derrumbó por completo.
—Henry... ¿Cómo es que hiciste eso? —preguntó Blake impresionado.
—¿Importa? —ironizó—. ¡Moriremos, está claro que él es más fuerte que todos nosotros, y tú —me apuntó—, tu estúpido hermano lo está apoyando! ¡Que importa que rompa cosas! Ni siquiera quería ser un elemento, estaba —nos miró—... estaba mucho mejor antes de que ustedes llegaran.
—Teníamos que estar juntos —le susurré.
Él se paró y caminó amenazantemente hacia mi.
—Mo-ri-re-mos —me miraba extraño—. ¿Es que no lo ven? No importa de quién sea ese estúpido diario —apuntó al objeto mencionado—, y nos será más difícil sabiendo que el tarado de Leo está del bando contrario.
—¿Por qué tanto enfado con él? Sé que se ha equivocado y que es nuestro adversario pero ahora más que nunca debemos estar juntos y el que digas eso no ayuda de nada ahorita. Para con esto, por favor... —susurré.
Mé miró unos segundos, su semblante empezó a caminar y suavizó su rostro para después abrazarme y apretarme con fuerza.
—Lo siento —musitó—. Pero es que es como si tu vida estuviese marcada para siempre —se separó de mí—, y tengo miedo de perder mi vida, o perder a alguien.
—No lo harás si permanecemos juntos —Blake tocó su hombro—. Se por lo que estás pasando, también es extraño eso de la fuerza y ya ahora tú poder de aire, todo esto es algo difícil de asimilar —me miró—. Pero supongo que hay muchas cosas buenas de todo esto, como por ejemplo conocer a las personas que ya forman parte de tu vida.
Henry sonrió dándole un fuerte abrazo a Blake.
Me dolía que hablara así de Leo, pero en algo tenía razón y es que no debería tenerle compasión del todo. Ahora que teníamos algunas cosas en claro el primer paso sería destruir el IDMEO, no sirvió en DarkBan en el pasado y el que él lo tuviese para nosotros significaba una desventaja.
—F manda a llamarlos, es una orden —escuchamos decir a un agente al entrar a la biblioteca.
Todos asentimos y corrimos, antes de salir por la puerta me regresé por el libro de hace rato, pero al volver al último lugar donde lo vi por última vez no encontré nada.
¿Por qué un libro desaparece así porque así?
—Keitlyn, F espera a por nosotros —me apresuró Henry.
—V-Voy... —musité dando media vuelta confundida por aquel suceso.
Al llegar hacia ellos corrimos juntos hasta la sala de planificaciones donde vimos a F parada con los brazos cruzados.
—¿Qué sucede? —le preguntó Blake.
—Eso sucede —respondió F señalando una gran pantalla.
Los tres empezamos a ver un rancho, estaba en llamas, y no era todo, también había un monstruo gigante aplastando y destruyendo todo a su paso, podíamos ver a gente posiblemente muerta tirada en el piso rodeados de charcos de sangre.
Tragué saliva.
—A partir de ahora son agentes oficiales de la PATFS —nos mostró nuestros placas recién hechas entregándonoslas a cada uno—. Y como primera misión verdadera, les ordeno que vayan a apagar el fuego y derrotar a aquel monstruo gigante que ataca el lugar.
Todos asentimos dudosos y con algo de miedo. Lo haríamos solos y lo haríamos de verdad.
Blake y Henry salieron disparados del lugar, los seguí pero me detuve antes de desaparecer de la vista de F. Suspiré y giré sobre mis talones hacia ella.
—¿Estás segura de encomendarnos esta misión importante? —pregunté—. Hay vidas en juego.
Ella sonrió haciéndome sentir más confundida de lo que estaba.
—Completamente segura —contestó sin pensarlo dos veces.
Le sonreí con sinceridad. A pesar de que estaba enojada por escaparnos la otra vez, a pesar de todo; confiaba en nosotros.
Y estaba dispuesta a demostrarle que no era en vano lo que hacía por nosotros.
—Andando —me subí a una moto junto con Blake al llegar hacia ellos.
—¿Desde cuándo eres la líder? —preguntó burlón Blake.
—¿Qué? Anda, déjate de tonterías, ¡avanza!
—Como ordenes capitana —respondió entre risas.
Arrancó de pronto y me sujeté de su cintura.
Si queríamos salir con vida de lo que estaba por venir debíamos de ser fuertes, pero sobre todo debíamos estar unidos.
Aunque por ahora solo somos tres.