E x t r a 11

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Sona inhaló profundamente y dejó escapar un suspiro melancólico mientras contemplaba en silencio el inmenso paisaje oscuro iluminado con las estrellas lejanas; habían estado recorriendo la galaxia sin acercarse a ningún planeta por semanas y ella empezaba a extrañar la naturaleza, el viento y respirar aire puro. Definitivamente la vida entre cuatro paredes no era para los templarios.

Se levantó y caminó por el estrecho pasillo hasta llegar a la cocina, esperando encontrarse con Yasuo jugando a escondidas con Lagarto Espacial, o Malphite armando sus maquetas, o Jinx saqueando la nevera o incluso Ziggs... no, mejor no con él; pero esta estaba completamente vacía. Volvió a soltar un suspiro ¿Y qué esperaba? Era la tercera noche que no podía dormir y rondaban cerca de las 3 a.m.

Salió de la cocina y, algo avergonzada, se dirigió al último refugio que tenía en mente para encontrar algo de calma y, quizá, poder conciliar el sueño. Atravesó algunos pasillos e ingresó en la habitación arrastrando sus pies y, con la mirada baja, se acercó a la cama de Yasuo y lo tocó levemente.

— ¿Sona? — se volteó hacia ella con los ojos entrecerrados por el sueño.

"Yo... siento volver a importunarte, pero..."

— Descuida — le hizo espacio, — ya te he dicho que no es necesario que me despiertes, no me molesta que vengas.

Sona se quitó algunos de sus ropajes y se acostó junto a él. Los dos quedaron viéndose frente a frente, Yasuo le dio un beso en la coronilla y la atrajo hacia su pecho mientras le rodeaba con sus brazos y cerraba sus ojos, lo que hizo pensar a Sona que seguiría durmiendo, pero él habló soñoliento.

— ¿Qué te ha estado molestando?

"¿Qué?", intentó disimular. "Oh, no es nada, todo está..."

— Sona — hundió su rostro en su guindo cabello, aún sin abrir sus ojos. — Sabes que no puedes escondérmelo por siempre.

Ella agradeció que Yasuo no pudiera verla, pues sus mejillas empezaban a tornarse de un color rojo vivo e, instintivamente, se apretujó más contra su pecho para esconderse.

"Estoy bien".

— ¿Es por Ziggs? — gruñó restregando su mejilla contra su coronilla, medio dormido. — Si es así, no dudaré en expulsarlo por el ducto de la basura a primera hora.

"Sé que puede ser insistente y algo molesto respecto a saber más del ora, pero estoy bien, en serio". Levantó su cabeza, le dio un pequeño beso en la quijada y decidió cambiar de tema: "Me gusta el color de tu cabello".

— ¿Ah sí? — Yasuo bostezó y le dio un beso en la mejilla. — Buen intento, Sona... Ya responde.

"¡Es en serio!", se encogió algo avergonzada. "Es tan blanco y... bonito".

Yasuo continuaba con sus ojos cerrados, pero levantó la comisura de sus labios, contento.

"Siempre me gusto... desde que te conocí", se puso a juguetear con algunos de sus mechones blancos, enroscándolos en su dedo indice y pasando sus dedos por ellos suavemente.

— Pues el tuyo tampoco esta nada mal — rió y la dejó jugar. — Ya duerme cariño, pero no creas que me he olvidado del asunto.

Sona escuchó como su respiración disminuía de inmediato y se quedaba dormido; sonrió, complacida por haber podido evitar ese tema, no quería preocuparlo por algo tan simple como su añoranza de naturaleza y espacio. Con cuidado acomodó su cabeza entre su cuello y pecho e inhaló profundamente: ahí estaba aquel entrañable aroma que tanto amaba, ese olor a tierra húmeda, aire puro y madera antigua, todo mezclado... Se sintió en paz de inmediato y el sueño la venció.

Blanco y negro (Kayn x Jinx) (Yasuo x Sona)Where stories live. Discover now