Blanco y negro (Kayn x Jinx) (Yasuo x Sona)

Capítulo 65

Kayn observaba la fina llovizna caer sobre la fuente de planetas giratorios en uno de los tantos jardines del Palacio Imperial. Estaba bajo el techo del largo pasillo con arcos que lo rodeaba, guarecido de la lluvia y repasaba mentalmente los últimos acontecimientos; claro que se esperaba una "invitación" para ver al Consejo Real en algún momento, sobre todo luego de arribar a Demaxia tan abruptamente con las manos vacías después de que Jarvan manifestara un claro interés en volver a ver a la templaria.

El Concejo no se había andado con rodeos y la sesión había parecido un interrogatorio más que otra cosa, Kayn había vuelto a repetir exactamente lo que había detallado en su informe, mencionando el motín de Nakuri y atribuyendo que él lo convocara en solitario para poder iniciar la revuelta derrotando a un Ordinal Imperial, pues de haberlo logrado, el motín podría haber tenido solidas bases. No pudo responder el porqué del motín ni de la colaboración con la Orden de Templarios, pero dejó en claro que eso se debía a que desconocía las razones del mismo Nakuri y la Orden.

Por otra parte, no dudo en decir la verdad respecto a su estadía en Jonan: había bajado sólo porque Nakuri había solicitado discreción y él confiaba plenamente en su juicio hasta ese momento. En lo que al material desconocido respectaba, Kayn negó tener conocimiento sobre eso, enfocándose simplemente en la batalla con Nakuri, sus hombres y los templarios que lo apoyaban y su consecuente orden de abrir fuego contra el "Pequeño Recordatorio". Luego detalló la captura de Sona, su escape, su recaptura y su fuga de Demaxia ayudada por un "compañero templario".

Toda la sesión había durado cerca de 3 horas, cada Concejal había hecho preguntas diferentes o buscando la misma respuesta desde otro enfoque y Kayn siempre había sabido que contestar sin contradecirse, pues sólo tenía que mantener en secreto la existencia de Rhaast y su verdadera relación con la templaria fugitiva, el resto era la verdad. Jarvan casi no había hablado, más que para pedir detalles de alguna respuesta y mostrar acuerdo o desacuerdo con los Concejales.

Kayn estaba seguro de que todo iría bien y podría burlar cualquier sospecha, pues su discurso y testimonio habían sido impecables y al parecer, los Concejales Loxius y Ayneen parecían mucho más sosegados que a un inicio; no era ningún idiota como para no saber que ellos dos tenían mucho peso en el Consejo e incluso sobre el mismo Jarvan. Ahora bien, claro que sería inevitable que Sona fuera aún más requerida y que incluso se mandara a buscar por ella, pero sólo debía asegurarse de capturarla primero y todo estaría bien.

— Creo que todas las preguntas han sido hechas y se han brindado respuestas satisfactorias en lo que cabe — había dicho Ayneen, sacudiendo su largo pelaje.

— No obstante, cabe mencionar que ante cualquier duda futura, este consejo será libre de convocar nuevamente al Ordinal Shieda Kayn u otro testigo que se vea necesario respecto a todos los temas aquí tratados hoy, pues están lejos de ser dados por concluidos — Vufrag se apresuró en decir.

— Bien — Jarvan esperó un tiempo prudente y luego continuó. — Sin ninguna otra noción o palabras que complementen lo ya dicho, esta sesión se da por...

— Un momento, Emperador.

Todos los Concejales, incluido Kayn,  se habían girado en dirección de la voz, no pudiendo ocultar su curiosidad y sorpresa al notar que Lira era quién había hablado. La joven Concejala se aclaró la garganta y hablo firme y seriamente, dejando ver que no se sentía cohibida por haber interrumpido la sesión de esa manera.

— Sólo una última petición para el Ordinal Shieda.

Los otros Concejales vieron a Jarvan, que a su vez observaba a Lira con fijeza, pasando desapercibido para todos menos Kayn.