E x t r a 8

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La vio acercarse por el largo e inmenso pasillo exterior que bordeaba uno de los jardines del Palacio Imperial, ella estaba ensimismada observando una pequeña tabla holográfica, mientras leía y deslizaba los archivos que esta proyectaba; no se dio cuenta de su presencia hasta que fue demasiado tarde para que ella intentara desviar su camino.

Él la estaba esperando recargado contra uno de los pilares, observándola con su típica sonrisa presumida; ella levantó su mirada y lo notó inmediatamente, luego apretó la tabla contra su pecho e intentó evitarlo rodeando por el extremo opuesto del pilar, pero él también se dirigió hacia ese lado deslizándose sobre el mismo pilar.

— Qué casualidad vernos aquí, Concejala Lira — le saludó mientras se cruzaba de brazos arrogantemente.

— Ordinal Fulles — le respondió secamente.

— Siempre es agradable encontrarse con alguien de su belleza por las mañanas.

— Ajá — sus ojos verdes parecían hechos de hielo y su voz era cortante.

Luego de un silencio pesado entre ambos Valdro, abrió la boca para decir algo, pero fue interrumpido por ella.

— En fin — volvió su atención a la tabla, — si no tiene nada más que decir, he de marcharme; a diferencia suya, tengo mucho que hacer.

Lira dio un par de pasos hacia adelante, pero se detuvo al ver que Valdro se había colocado en su camino, sin borrar esa molesta sonrisa, y la miraba divertido. ¡Aquel aire suyo ufano y excesivamente confiado le desagradaba profundamente! Parecía que pensara que por solo ser el gran Ordinal Valdro Fulles, esperaba que ella cayera a sus pies y cediera a sus "encantos". ¡Claro que era atractivo, pero ella no caería!

— De hecho, no me dejó terminar, Concejala — le dijo, con tranquilidad.

¡También detestaba que fuera tan condenadamente alto! Ella no le llegaba ni a los hombros, se sentía diminuta a su lado, además de subestimada por él. Lira apretó sus labios, molesta e impaciente por retomar su camino lejos de ese hombre.

— Supe que el Concejo debe lidiar con algunos miembros del Sindicato que han estado rondando la luna Europa. Quería hacerle saber que tanto mi nave como mi tripulación siempre estarán disponibles para usted, Concejala.

— Le agradezco — se hizo a un lado y continuó su camino dándole la espalda, — pero todo ya está cubierto con las tropas que el Emperador nos facilitó. Adiós.

Con el rabillo de su ojo, percibió que Valdro estiraba perezosamente su cuello, se daba vuelta y se ponía a caminar a su par. Bueno, eso le daba lo mismo; desplegó la tabla y volvió a concentrarse en sus asuntos mientras ambos caminaron juntos lentamente por pasillos, a la biblioteca, por la azotea, la misma sala de Trono... hasta que finalmente, Valdro  extendió su brazo para cortarle el paso nuevamente.

— Oh, Ordinal Fulles, un descuido mío no haberlo notado ¿Qué desea ahora? — le preguntó con fingido interés.

Ahora era Lira quien tenía una pacífica expresión en el rostro. ¡Esta mujer realmente era terca! Él había intentado ser amable y considerado, pero ella no daba señales de ceder pronto. ¿Conque iba a ponérselo así? Bueno, se encargaría de hacerla cambiar de opinión, después de todo él nunca se había rendido fácilmente, y menos cuando se trataba de una dama; así que decidió cambiar de táctica.

— Voy a ser directo, Lira — mantenía su tono confiado.

Ella guardó la tabla y lo miro con ojos aburridos.

— Durante las últimas semanas he estado intentando invitarte a salir, pero a menos que dichas invitaciones hayan sido pasadas por alto, creo que las únicas respuestas que he recibido son evasivas o negativas — se cruzó de brazos y la miro de reojo.

Blanco y negro (Kayn x Jinx) (Yasuo x Sona)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora