Capítulo 48

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Kayn intentaba seguir el rastro de la templaria a través de los pantanos y la densa neblina, pero su tarea se dificultaba con el paso de los minutos debido a la disminución de la luz diurna, además Rhaast no le era útil en esos momentos: permanecía completamente callado desde el incidente con Sona y Yasuo, hasta había perdido el brillo en su orbe, se sentía como un arma cualquiera y Kayn sentía que estaba completamente sólo ahora.

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que tenía su mente y pensamientos solo para él y la sensación le parecía algo desconcertante. Se sentía más liviano y consciente, pero al mismo tiempo incompleto y confundido, como si acabara de despertar y se levantara bruscamente.

— Esto es tan confuso — comentó.

A su alrededor solo se oyó el aleteo de algo alejándose.

— Y ahora estoy hablando completamente solo, simplemente perfecto.

¿Qué era lo que había pasado con Rhaast? ¿Acaso él podía morir o algo así? El que aún tuviera la guadaña consigo le parecía una buena señal, pero no sabía que tanto y, lo que más le frustraba, era que para encontrar respuestas tendría que buscar a la templaria. Todas sus preguntas y acciones le guiaban siempre a ella de alguna manera y eso lo molestaba de sobremanera ¿es que no había nadie más que ella en todo el universo que pudiera guiarlo a la verdad?

— "Un pequeño precio a pagar por el poder ilimitado", seguramente Rhaast hubiera dicho eso. Buenos tiempos.

Entonces se dio cuenta que algo andaba mal con él, era como si fuera una persona algo diferente, como si su personalidad hubiera cambiado en algún sentido. Iba a comentar algo irónico nuevamente, pero cerro fuertemente la boca y prefirió apresurarse aún más en encontrar a Sona; después de todo no soportaría que fuera el mismo quien se humillara haciendo cosas impropias e indignas. Se internó en la densa neblina.

Al mismo tiempo, Sona caminaba apresuradamente, con la mandíbula tensa y los hombros rígidos, haciendo uso de todo su autocontrol para evitar golpear a Yasuo, que en la última hora le había hecho proposiciones que iban desde tiernas a escandalosas. Detras de ella iba caminando el capitán de la Morning Star, con una gran sonrisa y mirada muy sobrantes.

— Vamos, querida, ¿realmente prefieres a alguien que intentó matarte dos veces a que a tu buen servidor?

Ella se detuvo un momento, inhaló y exhaló profundamente mientras tenía los ojos cerrados luego y siguió caminando.

— Pequeño sol, no me hagas tener que ponerme rudo.

Ella volteó a verlo y él le guiñó un ojo. Casi inmediatamente Sona dobló su velocidad, aquello se iba poniendo insoportable, tenía que solucionar todo pronto. Primero debía encontrar a Jinx y Malphite, luego abrir el portal de ora y luego... luego, con suerte, todo volvería a la normalidad.

Yasuo se puso a comentar algo de sus ojos o algo así, pero ella lo ignoró por completo y se concentró en seguir su camino, meditando sobre lo que sucedía; algo había pasado cuándo Zed sujetó su doble de ora y Kayn y Yasuo la tomaron al mismo tiempo ¿pero que era exactamente? Claramente había afectado sus personalidades, o al menos la de Yasuo, pero ella se sentía completamente normal ¿por qué? ¿había algo diferente ademas de las personalidades? Encontrar a los dos restantes miembros de la tripulación seguramente le daría más respuestas, pero ahora mismo la inquietaba más la clara ausencia de la presencia de Rhaast, era como si se hubiera desvanecido por completo ¿que estaba ocurriendo?

— ¡Sona!

El grito de Yasuo la hizo reaccionar mientras este la arrojaba al suelo y ambos caían a tiempo para esquivar un shuriken. Los dos siguieron con la mirada como este pasaba volando para luego clavarse en un árbol cercano, se miraron entre si y Yasuo le dio una gran sonrisa seductora mientras ella ponía una cara de pocos amigos.

Sabíamos que aún estabas en el planeta, Sona — la voz de Zed provenía de la neblina. — Este será tu lugar de eterno descanso.

Los dos se pusieron de pie, espalda con espalda,observando sus alrededores.

— ¡Al fin te muestras, vil hombre! — dijo Yasuo con un tono heroico y desenvainó su espada. — ¡Tendrás que pasar sobre mí para...!

Sona lo tomó de las ropas y empezó a arrastrarlo en dirección contraria velozmente. No había tiempo para enfrentar a Zed o intentar hacerlo entrar en razón, debían encontrar a Jinx y Malphite lo antes posible y salir de ese lugar; todos sus amigos debían de estar afectados por esa anomalía del ora y se notaba que Zed no había sufrido algún cambio al igual que ella, era peligroso confrontarlo en ese estado.

De pronto, una sombra negra se materializó delante de ellos, Sona intentó volver sobre sus pasos pero vio que otra más se encontraba a sus espaldas a menos de 2 metros y se lanzaron sobre ellos. Rápidamente invocó su esfera dorada y abrió un enorme portal dorado que se tragó a Yasuo y luego se cerró, dejándola sola para girarse a enfrentar a los clones cara a cara y lista para recibir el impacto, pero estos se habían detenido a solo centímetros de ella, con sus cuchillas a punto de clavarsele en la garganta.

— Eres tenaz, Sona. Eso siempre nos gustó de ti.

Zed se le acercaba lentamente, con sus cuchillas desenvainadas y mirándola fijamente; ella le devolvió la mirada desafiante con el orbe dorado flotando aún entre sus manos y no retrocedió ni un solo paso.

— ¿Qué paso con tu actitud amigable? ¿Te cansaste de suplicarnos vanamente?

Esquivó ladeándose sin esfuerzo un ataque de energía azul que Sona le acababa de enviar.

— Veo que al fin entraste en razón y nos ves tal y como somos ahora, pero ya es demasiado tarde.

Ella seguía en guardia y Zed se detuvo un momento a contemplar su mirada fiera y el polvo de ora que flotaba en círculos a su alrededor.

— Tanto potencial... — en su yelmo se reflejó ella. — Siempre tuviste una conexión especial con el ora, podías sentirlo y escucharlo sin necesidad de corromperlo o a tí misma ¡es un don maravilloso!; la orden siempre estuvo orgullosa de ti y te enseñó muchísimo más que a cualquier otro. Realmente eres única Sona.

Ella volvió lanzar un ataque, pero Zed cambió de lugar con una de sus sombras, la sujetó por detrás de la cabeza apoyando su espalda contra su pecho y la obligó a inclinarse hacia atrás mostrando el cuello, en el que posó suavemente sus cuchillas.

— Seguramente ya notaste todo el caos que se libero y afectó a tus queridos amigos, ¿no es cierto? Eso sólo confirma lo especiales que somos los dos. ¿Aún no puedes verlo? — Bajó su rostro y susurró directamente en su oído — Los elegidos por el ora no nos veríamos afectados porque el nos sonríe, los dos somos únicos... y por eso nos dolerá tener que acabar con tan prometedora vida.

Los ojos se Sona se llenaron de lágrimas.

— Claro que sigues siendo la de siempre, Sona: tan compasiva y débil, es por eso que no mereces el don que se te ha otorgado — dijo despectivamente. — Nos ves como el "monstruo" en el que nos hemos convertido, pero aún así careces de valor para matarnos, patético.

Y la luz diurna se esfumó en un parpadeo del planeta.




Blanco y negro (Kayn x Jinx) (Yasuo x Sona)Where stories live. Discover now