Capítulo 33

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— Así es, soy Ziggs — dijo este algo desconcertado, mirando fijamente a Jinx.

— Es un placer conocerlo — dijo amablemente Valdro — siempre he sido un fan de su trabajo.

— Ya no escuchaba ello desde hace mucho, así que le doy mis sinceros agradecimientos, señor...

— Ordinal Valdro Fulles.

Estrecharon manos. Kayn aprovechó y susurró muy bajo a Jinx:

— ¿Conoces al yordle?

— Eh... algo así. No le agrado gracias a nuestro último encuentro* — sonrió incómodamente.

— ¿A alguien le agradas?

Jinx puso mala cara e intentó replicar, pero Ziggs la interrumpió.

— Usted me parece muy conocida — entrecerró los ojos.

— ¿Y-yo?

Kayn intervino rápidamente, si alguien descubría a Jinx, sabía que él caería con ella. Se interpuso entre ambos y le extendió la mano amablemente a Ziggs.

— Ordinal Shieda Kayn. He oído mucho de usted, ingeniero.

— Es un gusto conocerlo, Ordinal — intentó ver por un costado a Jinx, Kayn se movió con él.

— ¿Qué lo trae a Demaxia?

— Vine a proponer un par de negocios a antiguas amistades — Ziggs no parecía muy feliz de hablar sobre ello — pero temo que me retiro con las manos vacías ¡esos malagradecidos! ¡un pequeño incidente* que no fue culpa mía y fingen no conocerte! ¡hijos de...!

Miro a los tres oficiales que lo observaban, Valdro levantando una ceja, Kayn indiferente y Jinx aún con la sonrisa incómoda.

— Vaya, perdonen el que me haya dejado llevar — volvió a mirar sospechosamente a Jinx, pero Kayn volvió a cubrirla. — En fin, fue bueno detenerme para saludar a altos oficiales tan atentos como ustedes, será mejor que me marche antes de que la similitud de su compañera a cierta persona me traiga malos recuerdos.

Entonces Kayn lo recordó ¡Claro que Ziggs era un ingeniero muy conocido hasta hace un par de años! Y no cualquier ingeniero, era uno especializado en la extracción, el refinamiento y la manufactura de armas de Ora, además era uno de los mejores. Podía sacar provecho de su encuentro, sin duda.

"Y cuándo ya no nos sirva, déjame destazarlo como a un tuss, no quiero más carga innecesaria".

— Les agradecería infinitamente si mantienen en secreto mi visita a Demaxia, no le soy muy grato a ¡ciertos malditos bastardos burócratas! — volvió a mirarlos y luego respiró profundamente. — Hasta otra, caballeros.

Subió a su nave, no sin antes volver a ver a Jinx y luego se perdió en la lejanía rumbo a la puerta de salida de las instalaciones militares.

— Las grandes mentes suelen tener un triste final — comentó tranquilamente Valdro. — Como sea, ¿dónde estábamos? ¡Ah sí! ¿Un beso en Ruqa?

Jinx volvió a sonrojarse, sólo que esta vez mucho más. Kayn rodó los ojos y la asió por la muñeca.

— Me encantaría quedarnos a charlar con galletas y un té caliente, Valdro; pero creo que ya te hemos distraído bastante de tus asuntos.

— Los informes siempre pueden esperar.

— ¿Sabe el emperador que uno de sus ordinales volverá a presentar informes atrasados?

— B-bueno...

— Fue bueno verte, Valdro. Si nos disculpas.

Kayn se alejó arrastrando a Jinx tras de sí y cuando perdieron a Valdro de vista, la soltó bruscamente. Quería averiguar cual era su relación exacta con Ziggs, pero primero debía alcanzarlo antes que saliera de Demaxia. Ambos se dirigieron a la salida y, una vez en las calles de la capital, Kayn se puso a rastrear a Ziggs al tiempo que preguntó a Jinx:

— Dijiste que conoces a Ziggs, explícate mejor.

— No sin la palabra mágica.

— Hazlo o muere.

— Ya nos entendemos mejor — le guiñó un ojo. — Yo trabajaba con Malphite en una luna, planetoide, asteroide, yo que sé. La cosa es que gracias a cierta modificación que hicimos en una de las famosas máquinas de Ziggs, la mitad del planetoide se vaporizó y mucho ora junto con él.

Kayn sintió como Rhaast se indignaba y afirmaba su odio hacia ella.

— Y bueno, todos le echaron la culpa, perdió su reputación y sus millones y etcétera, etcétera. Fin.

Vaya, vaya, Kayn conocía algo sobre aquel incidente que costo  cientos de trillones de créditos al imperio, comerciantes, ejercito, etc. Tenía que reconocerlo: ella podía causar una gran cantidad de destrucción cuándo se lo proponía. Todo este tiempo había pensando que ella se vanagloriaba y presumía insulsamente. No estaba tan mal...

— Cómo sea, ahora debo encontrarlo. Vete por donde viniste y...

— Déjame ir contigo, tengo cosas que tratar con él.

— Vete.

— Sé donde puedes encontrarlo antes que parta.

— Mientes — la miró desconfiado.

— Naaaaa — restó importancia a su acusación con un gesto de la mano. — Luego de perderlo todo se volvió un marginal como yo... digo, conozco la psicología de la gente desesperada... digo... sólo sé donde está y ya.

— ¿Qué es lo que quieres con él? — Kayn sabía que sólo quería perjudicarlo a él y esa era una excusa.

— Yo... yo... — Jinx se puso a jugar con sus dedos mientras bajó la mirada. — Q-quiero disculparme.

— ¿Qué?

— ¡Ya lo oíste! No lo repetiré — fingió estar enojada para ocultar su bochorno. — Luego de haber arruinado toda su vida, su fortuna, su reputación y eso, creo que es lo menos que podría hacer. ¿Tu no harías lo mismo?

Él no respondió. ¿Lo haría? Por supuesto que no, ¿pero acaso era lo correcto?

"Suficiente, Kayn. No permitiré que nos haga perder aún más el tiempo. No vendrá con nosotros o de lo contrarío cortaré su parlanchina cabeza".

En ese momento se toparon con Malphite, quien sujetaba cuidadosamente un muy pequeño paquete envuelto en papel regalo y tenía una sonrisa enorme de felicidad.

— ¡Jinx! Encontré el regalo perfecto para el capitán y sólo costó la mitad de mi paga, estaba de oferta.

— ¿A tí te pagan? Digo: ¡Es bueno saberlo! Ahora vuelve con él y yo seguiré con mi cit... digo, misión.

— Eh... respecto a eso — se llevó una mano a la nuca. — El capitán Yasuo acaba de llamar y preguntó por tí; le dije lo que pasó y, en resumen, quiere verte ahora mismo.

— ¡Malphite!

— Lo lamento, es sólo que fue lo único que se me ocurrió decir para mantener como sorpresa su regalo. Buenas noticias: aún tenemos el elemento sorpresa de nuestra parte — le guiñó.

— Supongo que nos veremos más tarde — Jinx se dirigió a Kayn, que ya no se encontraba en ninguna parte. — ¡¿Qué?! Lo hizo otra vez ¡No aprendió nada!

— Vamos Jinx, sabes que Yasuo podría tirar al espacio tu colección de granadas.

— Es cierto — volvió a ver al lugar donde había estado Kayn. — ¡Si no fuera tan sexy lo...!

Lejos de allí, Sona empezaba a sentir cierta inquietud: sabía que él estaba cerca ¿pero como era eso posible? ¿Acaso los grandes depósitos de ora de la capital habían atraído su atención? Aquello ero malo, realmente malo pero sentía que aún se encontraba a una distancia considerable... quizá no iba tras el ora de la capital después de todo, sino tras otra cosa que llamara su atención, ¿pero qué?

Las cosas se iban complicando poco a poco, primero el Ordinal obsesionado con ora, luego la muerte de su maestro, la posibilidad de revelar el verdadero secreto del Portal de Ora se acercaba y ahora él. Parecía que calamidad tras calamidad se sucedían, cada una peor que la última sin duda, después de todo él era peor que Kayn a su parecer. Tendría que tomar una decisión pronto.

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(*). Se refiere a acontecimientos del lore del skin de Odisea Ziggs.

Blanco y negro (Kayn x Jinx) (Yasuo x Sona)Where stories live. Discover now