Capítulo 17

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Sona se hallaba completamente sola en una celda muy bien iluminada, con barras azules de energía en un extremo de esta y una especie de tabla que sobresalía de la pared del otro extremo a modo de cama; sentada en el suelo respiraba rítmicamente y mantenía los ojos cerrados.

Una voz se iba haciendo presente, al principio era sólo un zumbido, luego un susurro y finalmente pudo escucharla claramente. Empezó a mover el rostro de un lado a otro pero sin abrir los ojos, tratando de identificar de donde vendría la voz siniestra.

"Tu secreto, dame tu secreto".

Jamás se lo daría.

"Podría compartir el poder contigo".

No le interesaba el poder, solo la paz y supervivencia de la vida.

"Morirás lentamente".

No le temía a la muerte.

"¡Dámelo!"

No.

Pese a tener los parpados cerrados, empezó a divisar algo en la lejanía. ¿Un hombre? No, definitivamente no era un hombre, lo había sido pero ahora ya no. Aquel extraño ser estaba de perfil, parecía un hombre con la piel rojiza, con cuchillas saliéndole de los brazos y con un par de enormes cuernos en la cabeza que era redondeada sin ojos ni nariz. Un gran brillo rojizo se encontraba en su pecho y salientes parecidas a costillas lo rodeaban.

"Tus amigos morirán".

Sona no respondió.

"Tendrán una muerte tortuosa y lenta gracias a ti", la voz se escuchaba cada vez mucho más cerca y Sona seguía observando al curioso ser.

La respiración de Sona empezó a volverse agitada y el corazón a latirle descontroladamente. De pronto el ser apareció delante de ella, a tan sólo unos centímetros de sí. En su rostro ausente pudo ver los reflejos de todos los tripulantes de la Morning Star muertos, sus ojos extremadamente abiertos y sin vida, sus rostros deformados por una mueca de terror y dolor y sus ojos salpicados de sangre.

"¡¡DÁMELO!!".

Sona abrió los ojos rápidamente, jadeando y sintiéndose sofocada mientras el sudor le bañaba el rostro. Al mismo tiempo Kayn ingresaba al recinto de la celda. Sona lo ignoró, haciendo grandes esfuerzos por respirar mientras llevaba sus manos al pecho, luego se levantó y se dirigió a él. Ambos se observaron por breves minutos a través de las barras de energía que los separába.

— He de suponer que ya sabes porque estoy aquí — rompió el silencio Kayn.

Sona extendió el brazo a través de las barras y le tendió la mano con su palma hacia arriba. Él la observó y luego la tomó con su propia mano.

"Sé porque estás aquí, Ordinal Shieda Kayn".

— Perfecto, entonces dejemos de perder el tiempo: ¿qué es todo esto?

"Es una guerra, Ordinal... la última de todas".

— ¿A qué te refieres?

"Una guerra entre la vida y la muerte, llámela como guste: Armagedón, Apocalipsis, fin de los tiempos... todos esos conceptos casi extintos hoy en día son validos".

Kayn le sostuvo la mirada. Ninguno de los dos mostraba expresión alguna en sus rostros.

— ¿Quién eres? ¿Qué es Rhaast? ¿Qué es el ora realmente? ¿Qué es el Portal de Ora? ¿Dónde está?

"Son demasiadas preguntas y son aún más respuestas, Ordinal".

— ¿Te vuelves a negar a hablar? — Kayn hizo el amague de soltar su mano, pero Sona se la sujetó con fuerza.

"No es eso, Ordinal" lo miró a los ojos y Kayn volvió a sentir la misma sensación de la primera vez que se conocieron, aquella rareza, intriga y sensación de estar ante la clave de todo. "Lo que digo es que le mostraré las respuestas, todas las respuestas".

— ¿Por qué el cambio repentino? — la miró con desconfianza.

"He comprendido que ninguno de los dos ganará nada resistiéndose al otro". Imágenes de la criatura apocalíptica que había visto volvieron a la mente de Sona, pero se cuido de no mostrarle nada a Kayn. "Usted condenará a todos por su persistencia en mantener la hoz a su lado y yo condenaré a todos al negarme a darle respuestas que podrían evitar el fin".

— Si piensas que podrás engañarme tan fácilmente con unas simples palabras, tienes muy poco tiempo restante.

"El tiempo no importa, sólo la vida importa", Sona suavizó su agarre. "No pretendo engañarlo, sino mostrarle la verdad absoluta para dar una oportunidad a la vida".

— ¿Qué estas sugiriendo? — Kayn observó sus manos y luego la miró a los ojos con gesto serio.

"Tendrá todas sus respuestas, yo lo guiaré a ellas y será usted mismo quien decida de que lado ponerse en esta guerra: la vida o la muerte".

— ¿Cuál es el precio de tus secretos? Nada es gratis en esta vida.

"¿Precio? Si insiste en llamarlo así... yo diría que mi precio es la vida de toda la tripulación de la Morning Star: debe garantizarme que todos estarán a salvo".

Kayn vaciló un momento. Aquella respuesta no tenía mucho sentido para él, ¿le daría el mayor secreto del poder más grande del universo a cambio de unas cuántas vidas? Debía haber algo más como trasfondo. Sin embargo no perdía nada escuchándola, siempre podría consultar con Rhaast sobre lo que sea que fuera a oír y luego cortarle algún miembro a la joven si escuchaba algo que no le gustase.

— Bien, te doy mi palabra — esta vez fue él quien apretó con fuerza su mano. Dibujó una media sonrisa — Ahora muéstrame la verdad.

Blanco y negro (Kayn x Jinx) (Yasuo x Sona)Where stories live. Discover now