Capítulo 27

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— Me alegra verte nuevamente.

— Igualmente, majestad.

— Deja de ser tan formal — Jarvan se acercó a Kayn y le dio una afectuosa palmada en la espalda.

— Veo que sigue resistiéndose a actuar a su altura...

Jarvan se apartó un poco y lo miro cautelosamente, algo avergonzado.

—... viejo amigo.

Los dos rieron y se pusieron a caminar por el inmenso salón del palacio real. Las columnas eran gigantestas, llegando a ser de la altura de tres pisos pero bastante delgadas y con arcos en su unión al techo. Las paredes estaban adornadas con estatuas hechas del más fino granito del Imperio, representaban antiguos reyes, emperatrices, sacerdotes, conversando entre sí; era como ver una animada conversación estática entre todas esas personalidades importantes de diferentes razas y especies a medio salir de la pared, con ropas y facciones detalladamente talladas. Había ventanales hechos con atmósfera foxen, es decir, que reflejaban hermosos colores en movimiento, dividiendo la humedad atmosférica constantemente y que se podía ver a través de ellos muy claramente.

Jarvan se detuvo abruptamente y se giro para ver directamente a Kayn. Habían llegado hasta el final del gran salón, muy cercanos a la puerta que daba a un gran pasillo, que era una de las tres salidas posibles que tenía la habitación.

— Mira Shieda, ¿recuerdas esto?


Kayn observó que Jarvan se refería a la detallada estatua de Jarvan III, el padre de su amigo. El hombre de rasgos duros parecía estar discutiendo más que conversando con su vecino más cercano, que era su abuelo. Claro que lo recordaba. Jarvan lo había mandado a hacer el día mismo de su coronación y había hecho mucho énfasis en que esa fuera justamente, la actitud de la estatua de su padre fallecido.

— La Corte se escandalizó un poco cuando la mandé a hacer así — rió por lo bajo y comentó con tono nostálgico — pero realmente quería que se viera así, a papá siempre le costo llevarse bien con mi abuelo y, además, tenía cierta tendencia al malhumor y a ser estricto con la política, a diferencia de mí.

— Si tu padre estuviera aquí mandaría a desmantelar eso y te emparedaría a ti en su lugar — lo dijo Kayn a modo de broma y le puso una mano en el hombro para animarlo, sabía que todo lo referente al antiguo emperador hacia que Jarvan encontrará diversos sentimientos.

— Todo ha cambiado tan rápido desde que soy emperador, Shieda. Tu sabes que llegué al trono lleno de optimismo y deseos de ayudar al progreso del Imperio, pero muchos me asocian con lo que ellos dicen que es "opresión". Quisiera que todo fuera más tolerante y todos se sintieran orgullosos de ser parte del Imperio.

— Recuerda nuestra charla sobre los gatos*, Jarvan. Nunca nadie estará contento del todo y es imposible que todo el mundo sea feliz, siempre habrá alguien que gane y otro que pierda. Sabes bien que para ellos "opresión" es lo que sea que corte sus instintos y excesos, el Imperio necesita normas y leyes a su altura, cómo toda sociedad moderna. No lo tomes personal, todos los emperadores son asociados al tiranismo y abuso por proclamar algo que a unos pocos no les gusta. Si fueras más tolerante, todo perdería el control.

— Los gatos — Jarvan pronunció mientras miraba las estatuas de sus ancestros. — Es cierto, los mencionaste justo antes de que partieras a Jonan* — endureció el gesto — Leí el informe sobre lo que pasó allí, pero quiero escucharlo de ti mismo, Shieda.

— Por supuesto.

Los dos se encaminaron al amplio pasillo y continuaron hablando mientras lo recorrían.

— Sé que tu y Nakuri eran amigos y yo conocía a algunos de los oficiales que estaban en el Pequeño Recordatorio*. Sé que no te agrada escucharlo, pero sé que no usas la palabra "amigos" en vano, entonces, ¿qué pasó en Jonan?

— Es bueno que leyeras el informe, pues no hay mucho más que agregar — Kayn caminaba con sus brazos cruzados en la espalda y a la altura de Jarvan. Habló tranquilamente —  Nakuri enloqueció, decía que finalmente había comprendido a los Templarios y que despreciaba su lazo con el Imperio. Intenté hacerlo entrar en razón, que viera el error que cometía, pero me ignoró y me atacó junto con algunos de sus hombres. Cuándo me defendí me acusó de traicionarlo y movilizó al Pequeño recordatorio contra mí y mi propia nave. Le dije que estaba loco, que no era ético involucrar a oficiales fieles e inocentes, pero no me escuchó.

— Procede.

— Sabía que aquello era un motín y que, de triunfar, podría llevar a una gran división en el ejercito del Imperio, pues Nakuri tenía un gran apoyo de otros oficiales de alto rango. — Se calló por un instante. — Así que ordené a la Corte de Fractal que hiciera lo que debía hacerse para castigar al traidor y mostrar que la deslealtad y desafío al Imperio es imperdonable.

— Ya veo — su voz era seria y no dejaba ver más.

Los dos se detuvieron frente a un grupo de arcos que dejaban ver una enorme fuente con la imagen exacta de Demaxia en su centro y diferentes planetas orbitando a su alrededor en todas partes y de todo tamaño; un hermoso jardín rodeaba la fuente.

— Mis disculpas por haber partido tan repentinamente, emperador. Una de las cómplices de Nakuri huyó y, debido al alto secreto del motín, fui personalmente en su captura. Usted comprenderá que lo apremiante de la situación no daba tiempo a formalismos.

— Es bueno que volvieras, Shieda. Supongo que capturaste a la criminal entonces.

— Así fue.

Había empezado a llover, eran una gotas finas pero la lluvia era intensa. La fuente seguía con su movimiento en silencio y poco a poco el ambiente fue oscureciendo por las nubes.

— Debido al alcance de la destrucción y bajas que acontecieron en Jonas, he mandado a una división especial para que revisen el planeta y sus alrededores, quiero saber cuánto pueda de todo este asunto. — Jarvan miró a Kayn ladeando el rostro y este lo imitó. — En cuánto a la criminal, mantenme informado de todo lo que acontezca, estaré aguardando más información sobre tu prisionera. Quedas a cargo de todo este asunto hasta que encontremos una respuesta clara, no obstante, no descuides tus otras asignaciones.

— Entendido.

— Aún tengo fe en poder alcanzar la gloria para el Imperio por mí mismo y mis ideales, Shieda. — Lo miró a los ojos. — Ejemplificaste muy bien las propuestas que me diste el otro día con lo de Nakuri, y confío en que el Imperio no necesitará mas de esos ejemplos.

La lluvia había empezado a caer más estruendosamente y ahora era dificil ver a través de ella. Hubo un silencio en el que solamente se escuchó la incesante tormenta. Jarvan suavizó el gesto y le sonrió, a lo cual Kayn respondió igualmente.

— Será mejor que me ponga al día, he de marcharme.

— Espero verte pronto nuevamente, Shieda.

Kayn se despidió atentamente y empezó a atravesar el jardín, pues en esa dirección quedaba la salida de palacio.

— Por cierto Shieda...

Kayn se detuvo y giro sobre sí para ver a Jarvan, que lo contemplaba en su mismo sitio guarecido de la lluvia.

— Linda hoz — le dijo aún con una sonrisa en su rostro.

El Ordinal se despidió con un asentimiento y luego se perdió en medio de la lluvia.

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Chan chan chaaaan!! Pregunta: que creen que quizo decirle Jarvan a Kayn? Es decir, quiero que el diálogo no manifiesto haya quedado bien expresado y claro, por eso les pregunto :P

(*) Acontecimientos de la historia corta canon de LoL


Blanco y negro (Kayn x Jinx) (Yasuo x Sona)Where stories live. Discover now