E x t r a 7

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Cubría su propia nariz y boca con sus manos para intentar atenuar su respiración sonora y agitada. ¡¿Por qué pasaba aquello?! ¡Él solo quiso ganar algo de dinero extra para su familia! Sin darse cuenta, había empezado a temblar cual hoja agitada por el viento ¡No, no, no, no! Intentando dominarse, se aovilló aún más contra la pared reforzada de la nave y, haciendo acopio de lo último que le quedaba de valentía, subió sus ojos hasta la ventana para mirar fuera de la habitación: no había ningún rastro de vida.

Espero un par de segundos más y desenroscó su largo cuerpo para ver y escuchar mejor. ¿Todo había acabado ya? ¿Era el único que quedaba? ¡Entonces era ahora o nunca! Sólo debía llegar a la sala de controles, hacer que la nave despegara y estaría a salvo. Golpeó el panel de la pared, haciendo que esta se abriera inmediatamente y él salió corriendo mimetizándose con el largo pasillo que lo esperaba, una de las ventajas de su especie ¡Vamos, podía hacerlo!

Mientras corría, contempló con horror los cuerpos mutilados de sus compañeros; los cortes estaban hechos tan limpiamente que apenas podía notarlos, más parecían dormidos en charcos de su propia sangre que muertos. ¡Cómo sea, no tenía tiempo para eso ahora! Un par de metros más y llegaría a su objetivo.

Llegó al pasillo en forma de "T", dobló la esquina velozmente, y en ese momento... lo vio. Sus ojos se abrieron grandemente y quiso gritar, pero se contuvo y se quedo petrificado observando lo que estaba al otro extremo de la "T" ¡Esa cosa había logrado entrar a la nave!; por su parte, su oponente acababa de desclavar sus negras cuchillas de un cadaver y se volteó en su dirección, dejando ver un fulgor dorado fantasmagórico en sus ojos. ¡Quería gritar, realmente quería hacerlo! pero parecía que no lo había notado gracias a su camuflaje natural, así que no desperdiciaría esa oportunidad. La sombra negra limpió sus cuchillas con un movimiento rápido y estas se retrajeron, ocultándose, luego revisó con la mirada que no quedara nadie con vida y se alejó silenciosamente por la parte larga del pasillo.

Cuándo ya no lo escuchó, corrió lo que le faltaba para llegar a la sala de controles y cerró la puerta tras de sí. ¡Lo había logrado! ¡Al fin esta pesadilla terminaría! Prendió la maquinaria y, al encender las luces externas, se iluminó la figura del hombre que llevaba la armadura dorada. Su corazón casi se detuvo de no ser porque sabía que la nave ya estaba a varios metros del suelo e, incluso si se las arreglaba para entrar, la sala de mando era la parte más reforzada de una nave de este tipo ¡Ni siquiera los misiles rastreadores del Imperio podían mellarla!

El hombre de armadura siguió con la mirada el despegue de la nave, mientras se hallaba de pie, estoico. ¡Sí! ¡Ya todo había acabado! Repentinamente, escuchó un golpe seco sobre él, levantó la mirada y se topó con la sombra negra de ojos fantasmales al otro lado del grueso acero transparente; ahora que lo notaba, era como una copia idéntica del hombre de dorado, solo que negra. Volvió su atención a los controles y apresuró la nave ¡Sólo debía salir de la atmósfera! Volvió a ver a la sombra y vio que ahora era el sujeto dorado el que estaba allí, sobre la cabina ¡No, eso era imposible! Volteó hacia el suelo y allí vio a la sombra negra, como si hubieran cambiado de lugares.

Con un solo movimiento, el hombre atravesó la gruesa cabina  con ambas cuchillas y desgarró las placas cual mantequilla, abriéndose paso dentro; cayó elegantemente de pie y luego lo observó fijamente en silencio.

—¡Para, por favor! — apretujó su cuerpo contra uno de los paneles.

El sujeto lo ignoró y se acerco lentamente a él.

— ¡No, por favor! ¡No quise matar a esas criaturas, en serio! —sus ojos empezaban a lagrimear.

Se detuvo tan cerca de él, que pudo ver su reflejo aterrado en sus cuchillas.

Blanco y negro (Kayn x Jinx) (Yasuo x Sona)Where stories live. Discover now