Capítulo 86

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Malphite vigilaba a diario las instalaciones del Imperio en Bazzar. No sabía cómo se había separado de Jinx y el otro sujeto; pero cuando se dio cuenta, estaba completamente solo en uno de los pasillos, así que se había puesto a deambular hasta que salió de allí. Jinx no respondía sus llamados y no tenía la menor idea de cómo pilotar la nave en la que habían llegado, así que no se le había ocurrido otra cosa que "acampar" frente a esas instalaciones y esperar lo mejor.

Aquella mañana, luego de una semana, por fin vio una delgada figura escabullirse por una de las ventanas, dejarse caer sobre su trasero y escapar hacia la multitud de mercaderes y clientes más cercana. Se apresuró en darle alcance y, finalmente, se reunió con su mejor amiga.

— ¡Jinx! — se lanzó sobre ella, envolviéndola por completo con sus brazos. — ¡Lo siento mucho! ¡Gracias al cielo estaba viva!

— Yo también te eche de menos — su voz fue apenas audible.

— Veo que recuperaste a Carapescado, pum-pum y los otros — la apartó sujetándola por las axilas, como a un cachorro. — ¡Ahora podremos comer lo que se nos antoje!

— Ajá, sí, comida — dijo distraídamente y con la mirada perdida.

Malphite la observó con más detalle, no creía haberla confundido con otra chica tan flaca y pelirroja como ella, pero esta Jinx se estaba comportando... de manera extraña. ¡Ella jamás se tomaría el asunto de la comida tan a la ligera!

Mientras, Jinx tenía una sonrisa de oreja a oreja grabada en la cara, los ojos entornados y soñadores y estaba extrañamente "relajada", como quien acababa de tener el mejor de los días y sabe que el universo entero es suyo. Entonces, Malphite recordó que ya antes había visto una sonrisa así.

— ¿J-J-Jinx? – hablaba con voz templorosa. — ¿A-acaso te topaste con e-ese Ordinal otra vez?

— Kayn... — dijo, embobada.

— N-no me digas que...

— Kayn... —volvió a repetir, y parpadeó en destiempo.

— ¡Oh no! ¡Esto es mi culpa! — Malphite se llevó sus manos a la cabeza, desesperado.

— ¿Kayn?

— ¡Ese infeliz te lavo el cerebro!

— Kayn — tenía la mirada perdida.

— ¡Oh, Jinx! ¡Tú sufrimiento debió ser indescriptible! ¡Perdóname!

— ¡Kayn!

— ¡¿Qué te hizo?! ¡Voy a usarlo de bandera con esa hoz suya! — la sujetó de los hombros y la sacudió. — Debimos abandonarlo a su suerte en ese asqueroso planeta de quinta y...

— Ka... espera, ¿ese "asqueroso planeta"? — Jinx lo miro frunciendo el ceño. — ¡Ese es el mejor planeta de todo el Imperio, no lo insultes Malphite!

— ¿Jinx?

— ¡De no ser por lo que pasó en ese planeta, Kayn nunca me hubiera...! — no cabía en sí de la alegría.

— ¿De qué hablas?

— ¡Se me declaró! — empezó a revolverse en sus manos, cual pez fuera del agua. — ¡Al fin lo atrapé, Malph! Admitió todo mientras estaba apresada, fue romántico.

Malphite se quedó viéndola fijamente, mientras dibujaba una sonrisa por la alegría de su amiga, pero luego se petrificó de golpe y borró su sonrisa, que fue reemplazada por una cara de pocos amigos.

Blanco y negro (Kayn x Jinx) (Yasuo x Sona)Where stories live. Discover now