Capítulo 72

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Jinx y Malphite deambulaban por el planeta–ciudad, buscando rumores e información sobre Jonan y Zago, mientras que Yasuo y Sona buscaban sobre los templarios y averiguaban que tanto se sabía sobre ella en general y su relación con el Ordinal del Imperio y Rhaast.

— ¿Saber sobre el planeta borde Jonan? — una joven con piel oscura y manchas verdes hablaba con Jinx. — No amiga, nadie sabe mucho de esos planetas, solo al Sindicato y mineros de ora les importan, ya sabes, después de todo son buenos lugares para tráfico y explotación ilegal de ora.

— Es mejor alejarse de ellos si no tienes una buena razón — intervino un hombre que tenía un ojo biomecánico, mientras que sus otros cuatro restantes eran biológicos al parecer. — Dicen que cosas extrañas pasan en ellos.

— ¿Ah, sí?— Jinx estaba interesada. Sus ojos brillaban y su voz se agudizaba. — ¿Cosas como explosiones y así? ¿Nuevas armas y explosivos del Sindicato o del Imperio quizá?

— No, asesinatos — dio un mordizco a su comida.

Malphite y ella se miraron, ahora él era el interesado y ella la aburrida.

— A mí me interesa volar cosas, pero no soy fan de hacerlo con las personas... o al menos no mucho — ella se encogió de hombros. — Andando, Malph.

— Dicen que hay algo o alguien que está matando indiscriminadamente en los bordes — continuó el hombre.

— Bueno, fue un placer charlar con... — Jinx se marchaba.

— Solo se sabe que es de color dorado — volvió a masticar su comida. — Dorado como el mismo ora.

— ¿D-dora...? — Malphite intentó decir, pero fue interrumpido.

— Vaya color — la joven se mofó. — Pensé que dirías que estaba bañado en sangre de sus víctimas o algo así, anciano.

Jinx estalló en risas y se limpió algunas lágrimas que le habían salido.

— ¡Dame esos cinco! — levantó su mano, pero la joven la ignoró.

— Si esta misma noche vi a un tipo que parecía usar una armadura dorada en...

— ¡¿Armadura...?!

— ¡¿...dorada?

Malphite inició la pregunta y Jinx la terminó, ambos alarmados, abriendo sus ojos desmesuradamente. Aquello era simplemente imposible, impensable, inconcebible; Zed no podía estar ahí, no en Soirée, no precisamente ahora.

— ¡Dinos más de ese tipo! — Malphite gritó.

— Wow, calma amigo, aquí todo tiene un preci... — la chica parería aburrida.

Le arrojó un manojo de polvo de ora puro, que provocó que empezará a toser.

— ¡Habla! —Jinx la sacudió.

— E-era un hombre alto, esta-ba usando una... — estornudó ora — una especie de sobretodo gris oscuro que lo tapaba todo, pero pude ver que su pechera era dorada y el recubrimiento de sus dedos igual. S-solo lo ví un instante en medio de todo el gentío, luego se había ido.

Jinx miró a Malphite y este le devolvió la mirada, alerta y ansioso.

— ¿Dónde lo viste?

— Estaba por el distrito 8.

— ¡Vámonos, Malphite!

Ambos salieron corriendo calle arriba, mientras Jinx desplegaba la pequeña pantalla imersora de su comunicador.

Blanco y negro (Kayn x Jinx) (Yasuo x Sona)Where stories live. Discover now