Capítulo 28

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— Siempre había querido venir a Demaxia — dijo Jinx con los ojos brillantes.

— Yo también, es muy bonita — Malphite le respondió.

— ¡Y eso que hemos visto muy poco!

— Es cierto.

— ¡Tenemos que recorrerla toda!

— Nada de eso. Enfóquense en nuestra misión — interrumpió el holograma de Yasuo desde el comunicador de ambos.

Jinx cruzó los brazos y puso mala cara mientras Malphite asentía vigorosamente al holograma. Yasuo notó la actitud de Jinx y concentró su mirada en ella.

— Ni se te ocurra perderte por ahí, debes cuidar a Malphite y ambos deben vigilar a ese Ordinal.

— Pero Yasuo, vinimos desde tan lejos...

— No. No confío en él y ustedes tampoco deberían fiarse de ese sujeto, hay algo extraño en todo esto. Eviten acercarse a esa hoz que porta y a él: te estoy viendo a tí, Jinx — Yasuo la señaló.

La joven sólo resoplo y Malphite se despidió del capitán.

— No es justo, nosotros tenemos que hacer de niñeras mientras Yasuo esta tranquilo en la nave.

— Sabes que el capitán no puede acercarse a ningún planeta del Imperio y que este en la capital es arriesgado.

— Es una simple excusa para dejarnos todo el trabajo a nosotros — ella dejó caer la cabeza sobre la mesa del café en el que estaban.

— Él evita hablar sobre ese asunto, me pregunto que...

Jinx dejó que Malphite hablara solo, pues realmente consideraba que Yasuo evitaba hacer el trabajo. Miro alrededor para ver Kayn ya había salido del palacio y se encaminaba en las calles de una zona comercial cercana. Las personas empezaban a salir nuevamente, pues la lluvia había sido pasajera y parecía que el clima sería ideal para una cita. Miro maliciosamente a Malphite.

— Realmente es una pena que Yasuo no pueda estar con nosotros.

— Si Jinx, es cierto.

— Deberíamos darle una sorpresa para que no se sienta solo en la nave con Lagarto Espacial.

— ¿Sorpresa? — Malphite la miró entusiasmado.

— Podemos comprarle un lindo recuerdo de Demaxia.

— Pero Jinx, el planeta es enorme, ¿qué podríamos darle? Elegir nos llevará horas y tenemos que vigilar a Kayn.

— ¡Oh! es cierto — Jinx se llevó su mano a la frente teatralmente. — Si tan sólo uno de nosotros vigilara a Kayn y otro comprara el regalo.

— ¡Ya lo sé! Tu compraras el regalo y yo vigilaré a Kayn — dijo triunfante.

— Espera, ¿qué? — Jinx levantó una ceja. — P-pero Malph, tu conoces mejor los gustos de Yasuo, tu eres quien le obsequió ese hermoso bordado para baño, ¿recuerdas?

— Es cierto, entonces debo ser yo quien le compre el recuerdo. ¿Estás de acuerdo? — miró en su dirección pero se sorprendió al ver que ya no estaba en su lugar ni en ningún otro sitio de la cafetería. Se sobresaltó al escuchar golpes en la ventana a su costado, era Jinx.

— Me parece injusto, pero acepto vigilar a mi nov... digo, a Kayn. ¡Te veo más tarde! — su voz sonaba amortiguada por el vidrio. Sacudió la mano a modo de despedida y se alejó corriendo rápidamente.

Kayn caminaba pensativo, pues las palabras de Jarvan le habían dejado claro que no toleraría acciones tan "llamativas" nuevamente y que ahora tenía interés especial por todo lo acontecido en Jonan. Aquello era malo, definitivamente malo ¿qué tanto sabía en realidad? ¿tenía conocimiento de toda la verdadera locura que había pasado ahí? ¿qué sabía sobre la templaria y sobre Rhaast? Detestaba que Jarvan lo pusiera a prueba para medir su agresividad y su lealtad.

Blanco y negro (Kayn x Jinx) (Yasuo x Sona)Where stories live. Discover now