Capítulo 40

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"No puedes esconderte".

La voz retumbaba en medio de la oscuridad.

"No importa donde vayas, siempre te encontraremos".

Ella miraba hacia todas partes, pero sólo podía ver la más profunda oscuridad.

"Solo hay una manera de terminar todo esto".

Se cubrió los oídos  y cerró fuertemente los ojos, intentando acallar esa voz.

"No hay opción".

Su respiración empezó a agitarse y su corazón latía desbocado, casi ensordeciéndola.

"Ven con nosotros o...", la voz sonaba lejana.

Abrió los ojos se golpe y se encontró con su propio rostro temeroso reflejado en una superficie lisa dorada.

"...muere", finalizó susurrando en su oído.

Sona se despertó incorporándose bruscamente en su cama, al mismo tiempo que buscaba a Zed con la mirada por toda la habitación; hubiera gritado si pudiera, pero en su lugar solo resoplaba pesadamente y su pecho subía y bajaba rápidamente. Sólo vio la oscuridad de la noche exterior y a Jinx durmiendo al otro extremo de la habitación mientras escuchaba como roncaba suavemente.

La templaria terminó de incorporarse suavemente y calmó su respiración. Algunos recuerdos de su pasado quisieron acudir a ella, pero los apartó decidida: no ganaba nada al lamentarse y desear que todo fuera como antes, porque nunca más lo sería. Eso era todo.

Volvió a meterse a la cama y frunció el cejo un poco, después de todo seguía molesta con sus amigos de la Morning Star, pues se la habían llevado sin consultarle y habían roto el trato con Kayn; ahora no quedaba ninguna oportunidad de volver a formar una alianza y hacerlo entrar en razón respecto a la hoz, todo tendría que ser por las "malas". Sabía que habían pasado semanas desde ese incidente, pero no podía evitar seguir molesta, ¿acaso no habían pensado que, debido a esa única acción precipitada, acelerarían el fin del universo?

De pronto escuchó un golpe en la puerta y vio que el reloj medio destruido de Jinx marcaban cerca de las 8 a.m. La puerta se hizo a un lado, dejando a ver a Malphite, que entraba de espaldas caminando hacia atrás y cubriéndose los ojos.

— C-con permiso señoritas. El capi me mandó a decirles que el desayuno ya está listo y que pronto arribaremos a Fhux por un par de asuntos.

Sona dejó de lado su malhumor momentaneamente. ¿Quién podría molestarse con alguien como Malphite? Con una sonrisa lo vio intentar salir repetidas veces sin encontrar la puerta y golpeando el muro hasta que al fin lo logró.

— Buenas... — Jinx se desperezó aún echada en la cama.

Sona saludo con la mano.

— Es raro que Malph venga a esta parte de la nave, ya sabes, porque es muy estrecha para él — bostezó. — Seguro Yasuo hubiera venido personalmente, pero creo que eso no pasará mientras ustedes dos siguan algo "raros", ¿no?

Sona simplemente guardo silencio. Jinx estaba en lo correcto, ella y Yasuo preferían evitarse mutuamente; ella porque estaba molesta con él por sacarla de Demaxia y él porque... ¿Por qué Yasuo la evitaba? Ni ella misma lo sabía, pero sea como sea, era mejor si los dos se mantenían alejados mientras estuvieran molestos.

— Si me preguntas, ambos deberían olvidar lo que sea que pasara y volver a hablarse — Jinx se levanto lentamente y, con la misma velocidad, se fue en dirección de la puerta. — Los dos parecen una pareja de casados con crisis de los 30.

Blanco y negro (Kayn x Jinx) (Yasuo x Sona)Where stories live. Discover now