"¡Toda lealtad debe tener un limite, capitán! ¡Hoy aprendí eso!", Sona recordó la petición que Zed le había hecho y sintió una dolorosa punzada en el pecho. "Obviamente, usted ya no puede ver con claridad la realidad de las cosas".

Yasuo permanecía completamente quieto, como si fuera del más duro material de la galaxia, ni siquiera parecía respirar. Aquello solo enfureció más a Sona, porque reflejaba la determinación de sus palabras.

"¡Voy a sacarlos del planeta mañana a primera hora y eso sera todo! ¡Ya no es menester que permanezcamos juntos!"

Resopló molesta y le dio la espalda, dispuesta a marcharse, pero el agarre de Yasuo a su muñeca izquierda la detuvo.

"¡Suélteme, capitán!"

— La conversación aún no ha terminado.

"No queda ya nada que decir".

— Entonces solo escucha lo que yo debo decir.

"¡Suélteme!", delgadas capas de ora empezaban a cubrirla sutilmente y el aire a su alrededor se agitaba.

— Sona, entiendo que estés molesta y no quieras escuchar, pero...

"¡No lo entiende!", gritó con todas sus fuerzas.

El ora se materializó al alrededor de Sona de golpe y se expandió como un gran domo, catapultando a Yasuo por los aires, pero este cayo de pie en las cercanías.

"¡Yo maté a su hermano! ¡Yo le arrebaté la vida!", algunas lágrimas empezaron a caer por sus mejillas. "¡Abandoné a mi único amigo por mi propio deseo egoísta y ahora lo he perdido para siempre! ¡Perdón Zed, perdóname! Y a usted, capitán Yasuo, ¡fui yo la que terminó por condenarlo!"

Yasuo se puso de pie y la observó con la misma tranquilidad que a un inicio.

"¡He cometido error tras error! ¡Causé dolor a mis seres queridos sólo para cumplir con mi deber...! Y aún así no pude hacerlo, todo fue en vano. ¡Soy un completo fracaso!", el ora giraba a su alrededor en todas direcciones, su orbe empezaba a perder su forma y las plantas que la rodeaban se desintegraban instantáneamente para luego formar parte del campo de ora.

— Sona...

"¡Claro que no lo entiende! ¡Nadie puede entenderlo!", el ora empezó a tornarse de color cobrizo. "Pese a todo lo que hice y dije, usted sigue siendo amable, sonriéndome y cuidando de mi, como si aún... como si yo aún fuera un ser humano digno de respeto. Yo... yo ni siquiera debería estar viva".

En ese momento volvió a sentir un fuerte agarre, esta vez en ambas muñecas. Yasuo se las había arreglado para alcanzarla y la sostenía con tal fuerza que empezaba a doler.

— Mientes.

"¿Q-qué?"

— Tu no lo mataste — Yasuo miró a los sorprendidos ojos de Sona. — Sientes que tu lo hiciste, pero no es así ¿cierto?

El ora que cortaba los hombros y rostro de Yasuo finamente, se detuvo y al mismo tiempo el fuerte ventarrón se apagó. Lentamente el ora recobró su hermoso color dorado y se fue elevando hacia la oscura noche, en forma de pequeñas esferas con bordes cambiantes que iluminaban todo el lugar.

"Te equivocas, tu hermano..."

— ¡Suficiente con eso!

Sona se encogió un poco.

— El murió cuándo te ayudo a huir del Ordinal, dio su vida por tu bien, no permitiré que sigas sintiéndote culpable y cubras al verdadero asesino.

Ella levantó los ojos con una expresión de completo asombro, vio que Yasuo la miraba fijamente pero no había nada de reproche u odio hacia ella en sus ojos. La soltó suavemente y luego apoyó su mano derecha en la mejilla de Sona, limpiándole las lágrimas con su pulgar.

— Sona, no fuiste tu quien lo mató, siempre lo supe — le hablo suavemente. — Todo lo que has hecho, todo lo que has sacrificado y a todo lo que dejaste atrás fue para cumplir con lo que tu consideras tu deber y es parte de ti ahora, rechazarlo sería como negarte a ti misma.

Sona aún tenía el asombro grabado en sus ojos, solo que ahora reflejaban también un gran dolor. Por los alrededores, las esferas pequeñas de ora iluminaban tenuemente algunas cuántas lágrimas atrapadas en sus ojos.

— Todos queremos dar lo mejor de nosotros, queremos poder cumplir con nuestras propias expectativas y sueños, pero no siempre es fácil. No eres mejor ni peor que nadie, Sona y estoy seguro que Zed piensa la mismo. Él estuvo orgulloso de ti hasta el fin y te pidió que lo ayudaras  porque sabía que eras la única que podía hacerlo por él porque confiaba en tí.

Yasuo dejó caer su mano y se apartó un poco para verla mejor.

— Mi hermano confió en tí, al igual que Zed y yo también. ¿Por qué tu no confías en ti?

A lo lejos se escuchó una corta explosión y el suelo se sacudió un poco.

— Bueno, mañana será un largo día nuevo, sé que aún tienes una misión que cumplir, te ayudaremos hasta entonces y luego tu... — Yasuo se calló por unso momentos, luego se estiró y dio un vistazo a sus heridas. — En fin, debo verificar que Jinx no explote el planeta mientras estamos en él. Ve a descansar Sona.

Repentinamente ella lo abrazó, cerró sus brazos a su alrededor y enterró su rostro en su pecho.

"¡Lo siento! ¡Lo siento tanto, Yasuo!", dijo mientras nuevas lágrimas brotaban.

— Está bien, ya pasó, ya pasó — le acarició suavemente la coronilla para consolarla. — Ya no estás sola, ya no más.

"Jamás debí haber dicho algo así", estrujó con más fuerza su espalda.  "Sabía que te lastimaría y aún así... perdóname".

— Todo quedará olvidado en este extraño planeta, Sona, tranquila. Esta locura llegará pronto a su fin.

"Quisiera poder usar la alteración del ora como una excusa, pero no es así, ni siquiera me ví afectada; por favor, acepta mis disculpas. El ora reveló un aspecto oculto de la personalidad y fue todo, es lo único que puedo deducir luego de que expresaras tantos... cumplidos y halagos hacia mi".

Yasuo se petrificó, ya ni siquiera acariciaba su coronilla, su mano se había quedado en la nada.

— V-veo que recuerdas eso — Yasuo se racó el mentón, nervioso. — Sona, respecto a todo lo que dije en ese momento...

Ella levantó su rostro sin romper su abrazo y lo ladeó, interrogativa.

— Yo... bueno, tu me... — sin darse cuenta iba dejando su blanco cabello hecho un desastre con sus manos. — Tu me pillaste: fue el ora.

Ella asintió y liberó el abrazó.

"Gracias por todo, Yasuo. Te debo más de lo que puedes imaginar".

— No tienes que agradecer, además es algo gracioso el como usas palabras formales cuándo te enfadas.

Yasuo notó el bochorno de Sona y decidió ponerse en marcha, pero entonces ella lo sujetó e hizo que se sentara a su lado.

"Solo un segundo", dijo mientras luz verde brotaba de sus manos y con ella recorría sus lastimados hombros. "En serio lo lamento".

Él solo la observó en silencio mientras Sona estaba inclinada sobre él, pasando cuidadosamente por sus brazos y hombros aquella cálida luz e intentó disimular su propio bochorno cuándo ella puso sus manos en su rostro, mirándolo fijamente con una leve sonrisa en sus labios.

"Buenas noches", dijo cuándo hubo terminado y se marchó dejando sólo a Yasuo sentado y sintiéndose decaído nuevamente.

Blanco y negro (Kayn x Jinx) (Yasuo x Sona)Where stories live. Discover now