Capítulo 65|Prisioneros.

Start from the beginning
                                    

Exhaló aire y asintió resignado, fue de nuevo por el camino anterior y continuamos andando. Después de varios minutos caminando en silencio vimos a lo lejos una cueva pequeña, entramos con precaución y nos quedamos alerta ante cualquier amenaza.

—Ahora necesitamos luz, esto se está poniendo cada vez mejor —bufó.

—No nos adentraremos más, quizá solo un poco para poder refugiarnos por la noche —mencioné tomando dos rocas que vi en el suelo—. ¿Ves ramas por ahí?

Recogió unas cuantas y caminamos un poco más para poder hacer fuego. Dejó las ramas en el suelo acomodándolas, ya bien ubicados me agaché y troné las dos rocas hasta crear chispas, inmediatamente prendieron fuego incendiando la madera.

Me senté en el suelo totalmente para frotar mis brazos con las manos, la cueva era muy grande y el fuego apenas se propagaba, esto me iba a dar más frío por la noche.

Me sobresalté cuando sentí como mi espalda se sintió de pronto más tibia, cuando giré para atrás vi como Blake me ponía su sudadera que se quitó encima.

—No Blake, yo...

—Póntelo, no hace tanto calor como creíamos. Las noches son claramente heladas aquí.

Le agradecí apenas en un susurro y lo sujeté para subirlo y taparme también los brazos. Vi como después de rodearme se sentó de espalda a la fogata, en dirección a la única entrada que había.

—¿No dormirás? —inquirí.

—No tengo sueño, podré montar guardia, ya sabes, por si no estamos solos —respondió de inmediato.

Mordí mi labio inferior. Vi su sudadera y después a él. Se lanzó alguna vez por Keitlyn a lo desconocido, en ese momento me era lógico pensar que era porque sentía algo por ella, pero esta vez también se lanzó conmigo. No se trataba de una persona, sino de todos... Blake nunca perdió nada cuando aún no sabíamos de nuestras vidas... pero ahora que nos tiene a nosotros no quiere experimentar lo que se sentiría. Él es la clase de persona que en verdad moriría por cualquiera de los tres.

—Vaya...

—¿Qué? —se giró atento.

—Solo estaba pensando en que siempre cuidas de todos, somos un equipo y... después de tanto no conozco tu vida realmente.

—¿Mi vida? —sonrió con nostalgia y algo de dolor—. No es la gran cosa realmente.

—Debiste estar tan solo todo este tiempo... —murmuré y él sonrió sin mostrar los dientes—. ¿Quisieras contarme...?

Se giró y alzó los hombros asintiendo.

—Bueno... supongo que lo que debes saber primero es que llegué al orfanato como un bebé como todos nosotros. Crecí y fui rechazado múltiples veces por distintas familias que venían a adoptar, era triste ver como poco a poco mis compañeros de habitación se iban felices a sus nuevos hogares, jamás tuve algún amigo fijo en todo ese tiempo por eso. La señorita Luz era una clase de directora, ella me hacía sentir bien cuando los días eran grises, fue la única persona a quien tuve en mi vida en ese entonces —rió un poco con tristeza—, hasta que murió debido a un infarto, tenía apenas 27 años, esa fue la causa de mis pesadillas cada noche. La vieja rutina nuevamente se presentó, y con ello los chismes, los niños empezaron a hacerme burla y a decirme cosas de que era extraño y por eso no me adoptaban, que mis padres de veras que no me querían ni un poco, también inventaron que tenía una maldición al no ser escogido nunca, incluso llegué a creerlo. Hubo un día que exploté y golpeé a un chico, sangró y yo fui castigado... ese día lloré mucho.

Somos 4Where stories live. Discover now