Capítulo 61|Inténtalo.

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Se puso a llorar, Henry sonrió dándole algunas palmadas en la espalda.

—Bueno gente, tenemos que irnos —avisó Ethan a su equipo—, mañana tenemos trabajo que hacer con el crecimiento de nuestra organización.

—Yo quiero quedarme un poco más —dijo Alex alzando una botella y sonriéndole como un niño pequeño.

—¿Tengo que decir que es una orden? —preguntó Ethan con audacia.

—La verdad es que me gustas más como amigo que como jefe.

Ethan rió, levantó de golpe a Alex reuniéndose con Jordan y Tripp.

—Si se puede viajar entre dimensiones, ¿podrá ser que un chicle cambie? Porque en este caso estamos viejos —dijo Tripp con voz de borracho—. ¿O de verdad consideran que una multiplicación es una equis?

—Llévenselo —dijo con vergüenza Ethan.

Jordan y Alex sostenían a Tripp firmemente.

Henry creó un portal que los llevaría a casa, Jordan, Alex y Tripp se despidieron con la cabeza mientras pasaban por el portal, justo donde Henry les había marcado.

Ethan se acercó a mi para abrazarme.

—No hace falta decirte que te cuides, ¿ah?

—Sigues pensando que soy tu niña pequeña —sonreí.

—Lo sigues siendo —contestó sonriente—. Pero ahora eres más fuerte.

Dicho esto me guiñó un ojo yendo al portal.

Scott avanzó también misteriosamente.

—¿A dónde irás? —le pregunté.

—Hablaré con Ethan.

Al terminar de responder únicamente saltó por el portal. Henry le restó importancia y lo cerró.

—Es que de verdad muchas gracias —siguió Emma entre lágrimas—. Keit cayó del cielo y todo empezó...

—Si amor, lo sé, estuve ahí —contestó Henry cansado—. Te llevaré a dormir.

—Y luego vi a ese monstruo y a ustedes en sus pies...

—Era en las manos...

—¿Estás peleando conmigo? —preguntó dolida.

Henry me volteó a ver pidiendo ayuda. Sin duda alguna, Emma siendo borracha, nadie la aguantaba.

Henry cargó a Emma como a una princesa llevándola a su cuarto, le había prestado el cuarto en el que Ethan y los demás se quedaron. Henry y Blake seguirían dormidos en el cuarto en el que se encontraba y yo en el de mis padres.

—Yo también puedo hacer eso —dijo Blake seguro.

—Quiero ver eso —reí.

Blake me alzó en brazos sin problemas ni dificultades, caminó llevándome a mi cuarto, al entrar cerró la puerta, continuó caminando y sin darse cuenta tropezó con una pata de la cama cayéndonos ambos encima de ella, siendo específicos él encima mío.

Ambos reímos y nos miramos fijamente, sus ojos reflejaban algo extraño, lentamente su rostro se fue acercando al mío y las risas desaparecieron dando paso a los besos.

Cuando sus labios tocaron los míos sentí una felicidad enorme, el beso continuó, esta vez más rápido, tiró de mi labio inferior con deseo.

—Keit... —dijo mi nombre.

Ambos seguíamos besándonos, lo buscaba con la misma urgencia que él tenía. Sus manos se posaron en mis muslos acariciándolos lentamente, a pesar de que traía pantalón.

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