Somos 4

Capítulo 51|Héroe.

Seguimos caminando hasta una cueva, Henry iba a entrar, pero enseguida Peter lo detuvo.

—Se supone que todos los que poseen alguna habilidad o habitante de algún reino puede ver un portal, pero ellos no se fueron dentro de la cueva. De hecho fue por un costado de la cueva, justo ahí —apuntó—. Pero no veo nada.

Fruncí el ceño. ¿Qué estaba pasando? Ni siquiera yo podía ver el portal.

Volteé a ver a los demás, ellos también negaban con la cabeza.

—Eso quiere decir...

Giramos a ver a Emma, quien estaba parpadeando mientras negaba con la cabeza.

—Mierda —murmuró y Blake agrandó los ojos al leer su mente—. Él crea portales.

Me apresuré a tocar la pared. Tuve la loca idea de que podía ser invisible, pero mi mano no traspasó nada.

—¿Cómo iremos por Thea si no sabemos a qué reino se fueron? —cuestionó Blake rascándose la cabeza.

—Ese chico crea portales —susurré impresionada. ¿Qué tantas habilidades tenía al ser hijo de la bruja oscura?

Todos nos quedamos en silencio, hasta que frente a nosotros se abrió un portal, nos quedamos estáticos en nuestro lugar y luego nos preparamos para defendernos.

Sentí la presencia de alguien, así que volteé rápidamente encendiendo mis manos de fuego. Sin ver quién podría ser, lancé la esfera de fuego haciéndola estrellar con algo.

Vi como Scott también hizo lo mismo impactando ambos ataques, desaparecieron.

Volví mis manos a la normalidad. Scott tenía una ceja levantada ante mi ataque, alzó la mano derecha mostrándonos algo.

—Los reyes de agua no perdieron el tiempo, consideraban que dirigirse hasta un portal era tardado. Esto crea portales nuevos —alzó más lo que parecía ser un disco—. Lo sujetas firmemente apuntando al lugar donde quieres abrirlo y listo. Tiene dos usos, uno para abrir y otro para cuando quieras regresar. Tienen la misma regla, entras y sales por el mismo.

Todos miramos impresionados a Scott. Bueno... ¿se supone que no nos ayudaría, no? ¿Por qué estaba aquí?

Pude ver de reojo como Peter miraba extraño a Scott, luego volteó a verme. Asentí con la cabeza a lo que estaba pensado: su duda ante su confianza.

—¿Ahora tiene los poderes de fuego? —preguntó Peter anonadado—. ¿Enserio confías en él? —me interrogó.

Observé como Scott me miraba, y por primera vez no tuve alguna duda en él.

—Si — afirmé mientras Peter asentía. Scott inhaló profundo—. Confío en él.

—Entonces yo igual, es hora de irnos.

Todos pasamos por el portal, y al entrar nos topamos con una gran sorpresa.

Blake se puso delante de todos nosotros, contemplando por primera vez el lugar en donde nació.

Todo parecía un barranco, de esos en donde puede abrirse la tierra, se veía casi como un desierto, las casas estaban sepultadas... Casi no había nada de pie.

Blake se agachó y tocó con su mano la tierra, agarró algo de ella y la aplastó.

Escuché como gruñó. Se levantó de golpe y pateó una piedra furiosa.

—Tranquilo Smith —pidió Henry viendo cómo él se empezaba a alterar—. Todos nos sentimos así, no lograrás nada enojándote.

—Pero...