Capítulo 308

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En otro punto de la Ciudad de México, Dulce María no daba crédito a lo que sus ojos leían. Fran e Iliana, casualmente, habían decidido pasar la tarde con su amiga. Ellas tampoco entendían nada de lo que en aquella computadora veían...

- ¿Habrá tronado con Marian?; se preguntaba la pelirroja releyendo aquellos tweets.

Por suerte, alguien ya tocaba insistentemente la puerta de su hogar con la única intención de aclarar todas sus dudas...

- ¡Sam!; saludaba la joven realmente sorprendida.

- Me he encontrado con Christopher, he estado un rato charlando con él...; explicaba su amiga, sentándose sobre aquel sofá, intentando recobrar el aire que se había dejado en el camino.

- No sé quién demonios se las envió, pero tiene unas fotos que comprometen a Laura y a su amante. Ahí se dio cuenta que nunca lo habías traicionado. Mejor no quieras saber lo que le dije...; relataba Samantha, ante la atenta mirada de sus amigas.

- También me preguntó si tenías a alguien...; comentaba la güera cuando nuevamente tocaban la puerta del departamento de Dulce María.

- ¿Paty?; decía la muchacha, haciéndola pasar hasta el salón.

- ¿Ya le has contado, Sam?; la cuestionaba la mujer, enterada de su encuentro.

- Más o menos...; respondía su amiga.

- ¿Has visto sus tweets? ¡Es un cagón, y se lo hice saber!; decía Paty henchida de coraje, mostrándole el mensaje que le había enviado unos minutos antes.

- ¡Eres una ídola!; reía Iliana involucrándose en aquella conversación, escuchando cómo el timbre sonaba nuevamente.

- Pero... ¿quién más falta en esta fiesta?; preguntaba Fran entre risas.

- Será Zoraida, también le pedí que viniera... Y en realidad a ustedes también pero nunca atendieron mis llamadas; carcajeaba Samantha mirando a Fran e Iliana.

Cuando nadie quedaba por llegar a aquel departamento...

- No entiendo nada, ¿será que aún está enamorado de mí?; preguntaba Dulce María acongojada.

- Ay gatita, no seas ilusa. ¿Te creyó cuando tenía que hacerlo? No. Ahora que tiene las pruebas en su mano, ¿ha intentado arreglar algo? Ya no pido que tenga el coraje de pedirte perdón a la cara, pero ni una llamada te ha hecho. ¿Te vas a conformar con cuatro tweets mal escritos? Ay Dulce, si de verdad estuviera dolido y enamorado no habría dejado que cualquier vieja se metiese en su cama un par de semanas después, y mucho menos andaría presumiendo de ella como lo hace. ¿Quién te dice que no usó a Sam para que te venga con el chisme de lo arrepentido que está? Él, como todos, sabe que estás muerta con él. Te conoce más que nadie y sabe que con esos mensajes filosóficos, si nosotras no estuviéramos aquí, probablemente ya estarías en su departamento jurándole amor eterno. Como tú misma has confesado tantas veces, el sexo entre ustedes era increíble. ¿Quién te dice que con la Marian no se lo pasa ni la mitad de bien que contigo y sólo busca tenerte de nuevo bajo sus sábanas?; reflexionaba Zoraida, estrechando el estómago de su amiga, haciendo que las primeras lágrimas pidiesen paso para caer por aquellas mejillas sonrosadas.    

2.2. Before the moon... (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora