Capítulo 225

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Los meses pasaron, y la rutina había regresado a sus vidas: conciertos, entrevistas, sesiones de fotos y, por supuesto, nuevo disco. Lo habían titulado "Empezar desde cero", pues eso era lo que pretendían, darle un nuevo giro al grupo, a sus letras, a su música. ¿A sus vidas, quizás?

A principios del mes de noviembre, en una reunión exprés durante sus conciertos por Centroamérica, Pedro Damián y todo su equipo se lo presentó en exclusiva. Lo pondrían a la venta a finales de ese mismo mes, pero antes, los seis debían dar su visto bueno.

- ¿Estás segura de tu dedicatoria, Dulce?; preguntaba Luisillo.

- ¿Qué tiene?; rebatía ella extrañada.

- No sé, ¿no crees que los fans pueden llegar a sospechar de lo de ustedes?; insistía el hombre.

- ¿Más de lo que ya lo hacen?; reía la pelirroja.

- ¿Qué dedicatoria?; la cuestionaba Christopher extrañado.

- Una que hay por ahí escondida...; sonreía su novia guiñándole un ojo.

- La verdad es que Dulce puso todo su corazón en esa dedicatoria. Y eso nos vendrá muy bien a todos... Las primeras vondys que compren el CD pronto subirán sus palabras al foro, y eso no hará más que aumentar las ventas del disco, aunque sólo sea por la curiosidad de leerlas en primera persona y compartir teorías con sus amigas; carcajeaba el productor frotándose las manos.

- Qué buen negocio que somos, ¿eh Pedro?; ironizaba el greñudo buscando las palabras de su novia.

- No es eso Christopher, por supuesto que lo primero son sus sentimientos. Pero nunca deben olvidar que esto es lo que les da de comer...; comentaba el hombre, quién dio por terminada su explicación al ver cómo Uckermann lo ignoraba mientras se perdía en los labios de su novia, tan sorprendida como el propio productor y el resto de los allí presentes.

- ¿Y a éste qué le dio ahora? Menuda efusividad...; preguntaba Poncho extrañado.

- ¡La vas a dejar sin aire mijo!; gritaba Christian a carcajadas.

- Ya déjenlos... Lean la dedicatoria y lo entenderán todo; decía Annie sin dejar de mirarlos.

- «Gracias porque cuando creí que no había nada más apareciste tú. Gracias porque ya no quería soñar y llegaste tú. Gracias porque me hiciste creer, otra vez, que existe el amor. Porque me hiciste temblar con el sonido de tu voz. Gracias porque en el peor momento me cargaste en tu brazos y confirmé que existe Dios. Gracias porque me mostraste que aún queda camino por andar. Gracias porque a pesar de las dificultades siempre estuviste a mi lado. Gracias por recordarme, que el miedo es capaz de matar, que el orgullo te puede traicionar. Gracias por compartir conmigo tu corazón. Gracias por ayudarme a construir lo que soy hoy»; leía Maite cuando ya se le escapaban las primeras lágrimas.

2.2. Before the moon... (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora