Capítulo 293

729 60 1
                                    

Tiempo después, Dulce María y Christopher permanecían entrelazados, con sus cuerpos desnudos entre aquellas sábanas de satén...

- Te extrañé mucho...; susurraba el joven jugueteando con el cabello despeinado de su novia.

- ¿Por eso viniste?; preguntaba la muchacha dulcemente.

- Sí...; sonreía el chico.

- Podías avisar... Estuve preocupada por ti; refunfuñaba la pelirroja.

- ¿Avisar? Con lo bonito que fue ver tu cara al abrir la puerta...; reía él.

- No te burles de mí...; respondía ella golpeando su brazo.

- Aunque aún no sé cómo no sospechaste nada. Más de un día sin hablar contigo, ni un mísero mensaje. Fran negándose a una copa de vino, echándote de su cuarto...; carcajeaba el greñudo.

- Malditos...; ronroneaba Dulce, golpeándolo nuevamente.

- Estás tan linda cuando te enojas...; decía Uckermann cayendo sobre ella, besándola una vez más.

- Oye, ¿y cuánto tiempo te quedas?; preguntaba la joven, ahora apoyada sobre su pecho.

- ¿Cuánto me dejas?; respondía el muchacho pícaramente.

- ¿Es necesario que responda?; contestaba la chica, mordisqueando el labio inferior de su pareja.

- Un par de días me dio la discográfica, luego ya me voy a Brasil a promocionar; informaba el greñudo.

- Mucho cuidado con lo que usted hace por esas tierras. Lo tendré vigilado día y noche. Ya sabes que Twitter es mi mejor aliado...; advertía ella socarronamente.

- Ay Dulce, llevo cuatro años soltero. ¡Hasta fama de gay me echan! ¡Vi comentarios en los que decían que Guillermo era mi novio! ¿Piensas que alguien se acercará a mí?; reía él.

- Por si acaso, yo me conozco la intensidad de algunas fans...; reprendía la pelirroja.

- ¿Sabes qué? Mejor dejemos de hablar de Brasil y disfrutemos de nuestros días aquí. ¿Qué te parece si revivimos viejos momentos y viajamos Casas del Bosque?; sugería Christopher realmente feliz.

- Me encantaría...; aceptaba Dulce María besándolo tiernamente.

Así, durante aquel fin de semana, la joven pareja disfrutó de los encantos que le ofreció la región de Valparaíso, visitando aquella viña donde cuatro años antes habían sellado su amor bajo un espino centenario, también la pequeña cabaña en la que habían vivido su particular noche de amor.

Y aunque este amor en el que vivían no iba a desaparecer, nunca lo haría, sí estaba a punto de hacerse añicos tan pronto como cada uno regresó a sus ocupaciones profesionales... Tal vez, aquella gitana con la que se habían cruzado meses antes en Tlacotalpan no estaba tan equivocada en sus augurios...


2.2. Before the moon... (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora