Capítulo 213

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Ya sobre él, Dulce María continuó con su particular quehacer en aquella noche estrellada... Fueron las manos de la pelirroja las que tomaron partido en aquel juego de dos, acercando sus partes íntimas, haciendo que se acariciasen en el interior de aquel auto sin dejar de masturbarlo.

Ambos gimoteaban, y sus cuerpos sudados, sus ojos en blanco y el color rosado de sus mejillas advertían lo que uno y otro anhelaba... Sin dudarlo, Christopher apartó las manos de su novia, echándolas hacia atrás cuando ya elevaba sus nalgas con la única intención de introducirse en su interior. Apenas necesitaron un par de embestidas para perderse en un orgasmo salvaje que los llevó a su particular mundo paralelo, un mundo paralelo muy húmedo...

- Mi gitana...; suspiraba el muchacho, atrayéndola contra sí, besándola como si fuera su última vez.

- Ven aquí...; pedía la chica apartándose de él, saltando hacia la parte de atrás de aquel coche.

Christopher pronto se deshizo de la ropa que seguía a la altura de sus rodillas, cayendo sobre ella en la zona trasera de aquel auto. También optó por quitarse su camiseta, quedando desnudo sobre la mujer. Su novia continuaba con la parte superior de aquel bikini blanco que resaltaba su tono de piel, mientras que el vestido de lino que traía seguía enrollado a su cintura.

Sin dejar de besarla, el greñudo comenzó por rozar su vagina, acariciando sus labios lentamente hasta que se decidió por introducir en ella su dedo índice, luego el corazón, masajeando su clítoris, produciéndole un placer sublime al que ella responde meneando su pelvis al ritmo que él le marca con sus dulces caricias, caricias que no abandona hasta que consigue que la muchacha se corra sobre él.

Lograron calmarse entre tiernos besos y dulces caricias, aunque esa tranquilidad poco tiempo duró... En segundos, Christopher la había deshecho del vestido con el que se había presentado en la White Party de su hermana Claudia. Mientras, ella desataba los cordones de la parte superior de aquel bikini que ya se perdía entre los asientos. Se miraron a los ojos, sonrientes y desnudos, y en un instante Dulce decidió sentarse nuevamente sobre él, esta vez dándole la espalda, agarrando las manos de su pareja mientras las dejaba caer sobre sus pechos voluminosos.

- Quiero probar algo nuevo...; suspiraba Dulce insinuándose sensualmente.

- ¿Estás segura?; preguntaba Uckermann sabiendo a qué se refería.

- Ajam... Hazlo; imploraba la muchacha.

Con sumo cuidado el joven colocó su pene en la entrada de su trasero mientras ella apoyaba sus manos sobre los asientos delanteros, moviéndose lentamente sobre él. Tras un rato en el que ambos evitaron hacerse daño, Christopher se decidió por acompasar sus movimientos a los de su novia, acariciando sensualmente los pechos de los que no había apartado sus manos. En escasos segundos su ritmo se aceleró considerablemente, y la embestida final hizo que el greñudo explotase de placer en su interior.

- ¿Estás bien?; preguntaba el chico preocupado después de un tiempo.

- Mejor que nunca...; respondía ella girando sobre sí misma, dejándose caer sobre el cuerpo de su novio.

2.2. Before the moon... (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora