Capítulo 217

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Tras subir aquella escalinata y cruzar los escasos metros que lo separaban de la tumbona en la que descansaba su novia...

- Ya me hiciste sufrir lo suficiente, veamos si puedes resistirte a esto...; decía Christopher a horcajadas sobre ella, agarrando sus muñecas con una mano, mientras la otra se perdía recorriendo su espalda, al mismo tiempo que sus labios reconocían el rostro, el cuello y los senos de la muchacha con besos apasionados.

- ¡Estás mojado!; chillaba Dulce María entre risas.

- Y más que nos mojaremos...; susurraba él sin soltarla.

Tras unos minutos de intensos besos donde la temperatura aumentaba constantemente, Uckermann decidió cumplir con la promesa que le había hecho a su novia hacía unos días en la soledad de su cuarto.

- Grrrr...; gruñía el joven, mordisqueando sutilmente el vientre de la chica, llegando a esa braguita que lo encendía en segundos y que lentamente hizo bajar por las piernas de la muchacha utilizando únicamente su boca y sus dientes.

- Vamos a protegernos...; insinuaba el greñudo agarrando la crema solar, dejando caer una gotita sobre su monte de venus, masajeando tiernamente su zona íntima.

- Y ahora nos giraremos, no quiero que te quemes...; susurraba Christopher, toqueteando las nalgas de su novia.

- Oye, yo también quiero...; refunfuñaba Dulce girándose sobre él.

- Shhh... Ahora seré yo el que juegue contigo. Tú has desayunado, yo no; insinuaba el joven cuando sus labios ya saboreaban sus pies, sus piernas, su pancita, sus senos, su boca... hasta llegar a su vagina, con la que decidió juguetear hasta que sintió cómo se contraían los músculos de su pareja mientras su flujo ya se perdía sobre su boca.

Tras unos segundos de clemencia...

- Ahora estaremos a mano; aseguraba la pelirroja haciéndolo caer sobre la hamaca que había estado ocupando hasta hacía unos segundos.

- Aquí hay algo que sobra, y algo que falta...; decía ella sugerentemente, deshaciéndolo de aquel bañador aún húmedo cuando ya tenía entre sus manos aquella crema solar a la que tanto provecho le habían sacado y con la que ya acariciaba la erección del muchacho.

2.2. Before the moon... (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora