Capítulo 307

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Christopher, aún en aquel café, tecleó en su celular un número que ya se sabía de memoria, aunque nunca tuvo el valor de pulsar aquella tecla verde... ¿Qué le diría? ¿Cómo se enfrentaría a ella? No podía, no sabía cómo...

Sin pensarlo demasiado, optó por la vía fácil, haciéndole llegar todo lo que quería decirle a través de aquella pantalla. Al fin y al cabo, aquella red social era el único elemento tangible que los mantenía unidos de unos meses para acá...

La tarde de aquel domingo, 13 de marzo de 2011, marcaría un antes y un después en su malograda relación.

- «Hoy me voy tranquilo, porque sé que yo he tenido el error y quiero aprender a superar los problemas de mi camino. Te amo.»; escribió en su teléfono, compartiendo con todos sus seguidores aquella confesión.

Evitando el revuelo que causaría aquel tweet, guardó su teléfono, agarró las llaves de su auto y se dirigió a su departamento. Quería estar solo.

Veinte minutos después, el joven ya se tumbaba sobre el sofá que presidía su salón. Aquel en el que tantos momentos había compartido con ella, sólo con ella. Echaba de menos sus caricias, sus abrazos, sus besos... La echaba de menos a ella. La echaba de menos como nunca antes lo había hecho...

- «Una de las cosas más fuertes de la vida, es saber que alguien dio todo por ti y tu mente se apodera y ensucia todo.»; escribía nuevamente, desahogándose una vez más con aquellos mensajes que no hacían más que alterar la tranquilidad en la que vivían sus seguidores.

- «Valoren a cada persona en este mundo. Den amor.»; insistía él con un nuevo tweet.

- «La mente se apodera de los seres humanos, a todos nos pasa, es un proceso.»; continuaba con su alegato.

Y en aquellos momentos, no eran sus fans los únicos que no entendían qué estaba ocurriendo. Más de una docena de llamadas perdidas esperaban en su celular. Sus amigos, sus compañeros, su novia... ¡Nadie comprendía qué demonios estaba ocurriendo!

Uckermann no tenía ganas ni intenciones de contestar los interrogatorios que lo esperaban y, una vez más, respondió a su manera.

- «Sólo digo que todos tenemos que vivir el presente, lo que nos rodea, valorar cada cosa que nos rodea y amen... ¡Amen!»; escribía nuevamente, dejando su teléfono sobre aquel sofá del que ya se levantaba con la única intención de regalarse una ducha de agua fría que aclarase sus ideas y pusiese en orden aquellos sentimientos completamente pisoteados por las últimas noticias.

- «Si algo me malviaja en esta vida y me hace enojar es la falta de pantalones. Da la cara. Disculpar nuestros errores buscando excusas ridículas como el poder de esa mente que no podemos controlar es el principio de la mediocridad. No te reconozco Christopher, no lo hago...»; se podía leer en aquel celular que permanecía en el mismo lugar que su dueño lo había dejado minutos antes.

2.2. Before the moon... (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora