Capítulo 212

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Tras informar a Claudia de lo sucedido, Dulce y Christopher se dirigen a su hotel con la intención de continuar malgastando su energía...

- Oye, se me acaba de ocurrir una idea...; decía la muchacha sugerentemente.

- Sorpréndeme...; respondía el joven expectante.

- Hay un lugar en el que nunca lo hemos hecho...; contestaba la chica girando su vista hacia la calle que pasaba frente a su hotel.

- ¿Aquí en medio?; la cuestionaba el greñudo con los ojos abiertos de par en par.

- ¡No menso! Tu auto...; carcajeaba la pelirroja.

- Es incómodo...; protestaba él.

- Pero lo podemos transformar en algo muy... ¿caliente?; rebatía ella dejando caer sus brazos sobre su cuello.

- Es imposible contigo...; decía Uckermann atrayéndola contra sí mientras mordía sus labios.

El joven condujo durante un rato, alejándose del centro de la ciudad. Dulce María, ansiosa, le había indicado que se adentrase por un camino que según un pequeño cartel los llevaba a una pequeña playa...

Durante el trayecto, sólo escuchaban el rugido de aquel motor, acompañado de las melodías que salían de la radio que amenizaba su viaje. El joven tenía la mirada clavada en el horizonte mientras la muchacha lo miraba de reojo, mordiendo sus labios imaginando lo que sucedería en apenas unos minutos...

Sin darse cuenta, Dulce ya desabrochaba su cinturón de seguridad mientras deslizaba su mano izquierda por su nuca, jugueteando con los pequeños rizos que conformaban su cabello. Él la correspondió posando su mano derecha sobre su muslo izquierdo.

Con las sensaciones a flor de piel, la chica se olvidó de dónde estaba, posando su vista y sus manos sobre la cremallera del pantalón de su novio. Tras una sonrisa pícara, Christopher desabrochó aquel botón que lo oprimía, bajando sus jeans blancos y su ropa interior hasta sus rodillas. Mientras, su novia lo observaba sin pestañear, sintiendo cómo el calor corría por sus venas al ver su miembro erecto pidiendo clemencia. Ella se la ofreció, introduciéndolo en su boca de un solo golpe, subiendo y bajando paulatinamente, saboreándolo con tranquilidad. El greñudo decidió tomar las riendas de la situación, marcando el ritmo de la muchacha posando su mano sobre su nuca.

Sin poder soportarlo, Uckermann paró su auto en el descampado vacío que se encontraba frente aquella playa perdida de Acapulco. Dulce se dio cuenta cuando alzó su vista, encontrándose de frente con los ojos de su pareja, que la miraban con ardiente deseo... En un segundo, el muchacho echó su asiento hacia atrás, tirando de sus brazos para que la joven quedase a horcajadas sobre él, dejando ver el minúsculo bikini blanco que se escondía sobre su vestido de lino. Sin dudarlo, Christopher desató los lazos que lo agarraban al cuerpo de la pelirroja, lanzando su braguita hacia la parte trasera del auto, dejando su parte más íntima al descubierto...

2.2. Before the moon... (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora