Capítulo 237

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La tensión se cortaba con hilo fino en aquella oficina situada en la Ciudad de México.

- Claro que lo creo Pedro. Si no lo creyese no seguiría con él; decía Dulce María levantando la voz.

- Pues si es así, síganle con su relación. Sólo serán unos meses, tan pronto como la banda arranque, tú y Pablo romperán su noviazgo. Ya habrás terminado de grabar la novela y podrás dedicarte de pleno a tu disco, a tu sueño; respondía el productor intentando tranquilizarla.

- No es tan fácil...; suspiraba la muchacha echándose las manos a la cabeza.

- Dulce, habla con él. Lo entenderá, y si no lo entiende lo peor que te sucederá será que te deje...; le aconsejaba el hombre de manera insensible.

- ¿Lo peor que me suceda será que me deje? Convives con nosotros a diario, pero no tienes ni la más mínima idea de nuestra relación; gritaba la chica llena de rabia.

- Ya cálmate Dulce, siento si te ofendí, no era mi intención. Sólo serán unos meses, ¿cuántos llevan ocultando su relación? No les costará, tómenlo como una parte más de su actuación; insistía Pedro Damián intentando convencerla.

- No sé...; exhalaba la pelirroja envuelta en un mar de dudas.

- Será fácil, créeme. Televisa tiene a su disposición cualquier revista y programa de televisión con un simple chasquido. Haremos pocas fotos y daremos muchas noticias. Puro marketing, querida. Piénsalo bien Dulce... ¿Cuántas actrices se estarían tirando de las greñas por conseguir tu papel? ¿Cien, doscientas, millones? Pero yo sólo pensé en ti, en ti y en nadie más, porque creo en tu talento, lo llevo haciendo desde el primer momento en el que te vi; continuaba el productor con sus artimañas.

- ¿De verdad crees que será tan fácil engañar al público? A los fans de RBD, te aseguro que no. Creen fielmente en mi relación con Chris, y te aseguro que no abandonarán el barco tan fácilmente...; rebatía Dulce intentando hacerlo cambiar de parecer.

- Son niñas, nada más que eso, muy fáciles de convencer... Además de las revistas y los programas, unas cuantas fotos en el Facebook de tus amigas y se desilusionarán. Las robarán en segundos, las compartirán en los foros y en menos de una hora pensarán que aquello que veían en los conciertos era pura actuación, muchas incluso se volverán locas por esta nueva relación.; insistía el hombre en su discurso.

- Pedro, yo no quiero manchar mi imagen. Siempre he mantenido limpia mi reputación, nunca me he metido en estos fregados...; volvía a contestar la joven.

- Confía en mí. Siempre lo has hecho, ¿por qué hoy no? Te siento como una hija, no haría nada que te perjudicase. Será sencillo si pones de tu parte. Lo tengo todo planeado; afirmaba Pedro sin titubear.

- Está bien, que sea lo que Dios quiera...; suspiraba la muchacha mientras agarraba una de las plumas que reposaba sobre aquel escritorio.

El pasaje de un tren sin regreso ya estaba entre sus manos. ¿El destino al que se dirigía? Una incógnita que no estaba en sus manos resolver.


2.2. Before the moon... (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora