Capítulo 281

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Los días que tenían en la capital colombiana eran pocos, pero muchas las ganas de estar juntos. Tras su día de descanso, Christopher debía retomar las grabaciones de la serie por la que estaba en el país, y Dulce María no dudó en acompañarlo, cualquier ratito era bueno para estar a su lado. Las pocas horas que le quedaban las aprovecharon perdiéndose entre las calles bogotanas, descubriendo sus monumentos más emblemáticos, sus rincones más secretos.

Hoy era el último día de la pelirroja en Bogotá, y Uckermann aprovechó las ventajas que le ofrecía ser el actor protagonista para pedir una nueva jornada de descanso. La pareja viajó a un pequeño hotel perdido en medio de la nada, recomendando por uno de los asistentes de producción de la serie. Contaba con un pequeño spa, el lugar ideal para desconectar del mundo, suficiente para disfrutar del relax que aquel espacio les regalaría en su último día en compañía.

Llegaron a media tarde, y tras dejar su equipaje en la habitación que habían reservado, se alistaron para disfrutar del pequeño balneario que tenían a su entera disposición. Sin esperarlo, nadie estaba disfrutando de aquellas aguas termales, por lo que podrían disfrutar de ellas a su pleno antojo.

Tras unos largos en aquella piscina climatizada, interrumpidos por unas cuantas persecuciones que terminaban siempre en un juego de cosquillas sibilinas, decidieron relajar sus espaldas bajo aquellos chorros de agua a presión. Se regalaron tiernos arrumacos sobre la cama de burbujas que compartían, antes de aumentar la temperatura de la sauna en la que acababan de entrar...

- Aquí no hay cámaras de seguridad...; insinuaba la joven, sentándose sobre él.

- ¡Estás loca! Puede entrar alguien en cualquier momento; reía el muchacho entrelazando sus brazos a su cintura.

- ¡Pero si no hay nadie!; carcajeaba la chica, mordisqueando su cuello.

- Mejor lo dejamos para más tarde...; rechazaba el greñudo su propuesta, haciendo que los labios de su novia dejasen su cuello para recrearse en los suyos.

- Aburrido...; respondía ella haciéndose la enfadada, abandonando sus piernas, saliendo de aquella sauna.

- ¿A dónde vas?; preguntaba él sorprendido.

- A comprobar si el jacuzzi me da más alegrías de las que me das tú...; contestaba la pelirroja, indignada por la actitud de su novio.

- Estúpida...; reía el hombre corriendo tras ella.

Fue así como se adentraron en uno de los jacuzzis, disfrutando del agua caliente y de la fuerza con la que aquellas burbujas chocaban contra su cuerpo. Christopher se recostó, aprovechando los bordes de aquella bañera para estirar sus brazos. Dulce, cuando su falso enojo ya se había evaporado, apoyó su cabeza sobre su pecho, haciendo que todo su cuerpo quedase bajo su brazo izquierdo. 

2.2. Before the moon... (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora