2.2. Before the moon... (2)

Capítulo 282

En el interior de aquel jacuzzi...

- Estamos solos...; susurraba Dulce María colocándose a horcajadas sobre él, haciendo que sus manos se adentrasen en aquel bañador que ya comenzaba sobrar.

- Más solos estaremos en nuestro cuarto. Vamos...; pedía Christopher, tomándola de las manos, abandonando aquel spa que tan poco habían aprovechado.

Pasaron su última noche en Bogotá más despiertos que dormidos, despidiéndose a la mañana siguiente en el mismo aeropuerto en el que se habían encontrado apenas una semana antes.

A pesar de estar concentrados en sus proyectos, la pelirroja regresó a la capital colombiana un mes después, con la única intención de celebrar los 23 años que cumplía su novio. El greñudo, por su parte, terminó las grabaciones de la primera temporada a finales del mes de noviembre, regresando a su país natal, con el tiempo justo de celebrar los 24 que cumplía su pareja. Su Diva Vondy, como él mismo la calificó en una de sus redes sociales, despertando la euforia de todos aquellos que aún creían en su relación, sin ser aún conscientes de la verdad que se escondía tras aquellas especulaciones.

Siguió jugando con ellos un par de semanas después, justo el día que se cumplía un año de aquel beso que todos recordaban, y del que Christopher también se acordó, invitando a Dulce María a una rica cena y que ella aceptó gentilmente. Al fin y al cabo, no les resultaba tan complicado verse cuando ambos compartían toalla en aquella playa de Tuxpan en la que habían decidido descansar antes de regresar a la Ciudad de México para celebrar la Navidad junto a sus familias.

Plenos de felicidad recibieron el año 2010, sin ser aún conscientes de cómo cambiarían sus vidas en aquellos doce meses que los marcarían para siempre...

Él vivía entre el DF y Los Ángeles, ultimando los detalles de su primer disco como solista, esperando su llamado para rodar la segunda temporada de aquella serie que tan buenas críticas estaba recibiendo: Kdabra. Ella, por su parte, también viajaba de una ciudad a otra con el mismo fin, aunque un nuevo proyecto ya llamaba a su puerta: su primer protagónico en un film de tirada internacional, por el que se tendría que mudar durante un tiempo a Santiago de Chile.

Poco se veían, pero el tiempo que compartían lo aprovechaban cómo sólo ellos sabían: irradiando amor por los cuatro costados, aunque algunos ya planeasen destruir todo aquello que tanto les había costado conseguir.