Capítulo 33|Hechizo congelador.

Comenzar desde el principio
                                    

Los espectros se dividieron. Una parte tomó el rumbo opuesto al de nosotros y otros...

—Maldición. Hay que escondernos —Blake me jaló a una parte de pared destruida.

Al escondernos podía escuchar la respiración repetitiva de Blake. Lo entendía, pelear con uno era una cosa, pero con todos ellos...

Y como si el destino nos odiara, uno de ellos nos encontró.

«Gracias universo».

El espectro alzó sus manos agarrándonos a Blake y a mí, una vez en el aire nos lanzó directo a los demás.

En un segundo estábamos rodeados y expuestos.

Blake se paró inmediatamente con la espada y empezó a pelear. Los espectros eran algo astutos y ágiles. Me levanté y con mis flechas empecé a dañarlos.

Ventajosamente no eran demasiado fuertes para resistir nuestros ataques.

Lo malo es que cada que acabábamos con uno, más llegaban.

—¡¿Cuántos más?!

Blake estaba presionado, ahora parte de los golpes de los espectros ya los recibíamos por cansancio. Uno llegó y me golpeó en el estómago, haciendo que cayera al suelo.

—¡Keit! —corrió hacia mi acabando con el espectro a su paso—. ¿Estás bien?

Levanté mi mirada y me alerté. Nuestro enemigo estaba preparado para lanzarse contra nosotros con espadas.

Los espectros bien podían confundirse con guerreros, solo que con más resistencia.

Blake giró su vista hacia un lado y maldijo en voz baja. Yo también giré, y al hacerlo también maldije.

Aparte de que estábamos ahora sí completamente rodeados, la espada de Blake estaba lejos de nosotros.

Y yo no estaba en excelentes condiciones para seguir peleando.

Hora de los poderes.

Todos empezaron a avanzar con sus espadas hacia nosotros. Agrandé los ojos cuando uno de ellos lanzó a otro contra nosotros. Blake solo me cubrió con su cuerpo.

Como el primer día que nos conocimos...

Esperábamos el impacto de todos, pero el sonido de espadas chocar entre ellas nos hizo alertarnos.

Se supone que no había nadie más aquí.

Blake se despegó de mi. Ambos mirábamos a aquel enmascarado. Luchaba con agilidad y destreza, estaba peleando con todos, sacó lo que parecía ser una bomba adhesiva y volteó a vernos.

—Tapad sus oídos.

Obedecimos y vimos como todos los espectros se retorcían en el suelo hasta el grado de desaparecer.

Blake y yo quitamos nuestros dedos lentamente de nuestros oídos. Me paré y apunté con mi arco a aquel hombre.

—Si nos quieres hacer daño estás muy equivocado. Retrocede y hablaremos.

Somos 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora