S T R A N G E © [Parte 1 y Pa...

By Alexdigomas

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¿Qué harías si una noche encuentras a un chico semi desnudo y cubierto de sangre en tu patio? ¿Qué harías si... More

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Hello Stranger (?)
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Epílogo
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Nota Importante
Extra #1
STRANGE - SEGUNDA PARTE
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Resumen de la historia
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56 - Parte 1
56 - Parte 2
56 - Parte 3
Explicación
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By Alexdigomas

Toc, toc

—¿Quién es?

¡La persona que sí le va a avisar a la policía!

Escuché las llaves cayendo sobre la mesita junto a la puerta. 

Ax giró la cabeza en un microsegundo como un robot que acababa de detectar un sonido inesperado. Temí que reaccionara como con el televisor, pero su movimiento fue precavido e interesado, como si la voz le causara curiosidad.

Mi cerebro procesó la situación de golpe y de repente noté el lío que era él:

Estaba sucio, ojeroso, rasguñado, herido, y lo peor: cubierto de sangre seca. El olor que expedía se percibía a distancia. En sí, parecía un completo demente salido de una película de terror. Si mamá lo veía, el problema iba a ser de proporciones colosales.

Debía sacarlo de allí.

Rápido.

Pensé. Ella tenía que pasar el pasillo para llegar a la cocina. Es decir que, si no me quedaba como una tonta ahí parada, podía esconderlo.

—Ax, escúchame —le susurré, mirando hacia la entrada de la cocina con nerviosismo—. Tienes que esconderte. Si quieres quedarte aquí, mi mamá no debe verte, ¿entiendes? ¿Lo entiendes? Si te escondes, te quedas. Si te dejas ver, te entregará a la policía.

Más claro no pude haberlo dicho, y de otra forma de seguro no lo habría entendido. Su respuesta fue inmediata: un asentimiento de cabeza.

Era todo lo que necesitaba.

Rodeé la isla, cogí a Ax por la muñeca y atravesamos la entrada más cercana que daba de nuevo a la sala de estar. Allí nos apegamos a la pared, valiéndonos del oído. Si algo caracterizaba aquella enorme casa era que cada habitación se conectaba con otra, así que debíamos ser en extremo cuidadosos.

Podía escuchar los tacones de mamá resonar en su adorado suelo de mármol mientras avanzaba por el pasillo.

—¿Mack?

Mamá llegó hasta la cocina. Ax y yo nos deslizamos en lateral. Ella caminó cerca del refrigerador, justo por detrás de la única pared que nos separaba. Entonces aproveché para movernos en dirección al pasillo.

—¿Qué demonios huele así? —se quejó mamá en solitario—. ¿Mack? ¡¿Qué has hecho aquí?!

Mis latidos aumentaron su ritmo.

Por precaución me llevé el índice a la boca y le hice un «shhh» a Ax. Él me miró de reojo y se mantuvo quieto. Al mismo tiempo, los tacones de mi madre se movieron hacia la sala mientras que ambos regresábamos agachados hacia la cocina.

Pasamos ocultándonos gracias a la isla, mirando hacia atrás. La escuché moverse al otro lado, tratando de encontrarme. Si nos levantábamos un poco sería capaz de vernos, pero continuamos en cuclillas hacia la puerta de cristal que daba al patio.

Con sumo cuidado y una lentitud casi desesperante pasé el seguro para abrirla. Sonó un click y de inmediato los tacones de mamá reanudaron el andar. Abrí la puerta, la atravesamos y la cerré con rapidez.

Conduje a Ax a través del patio, aún sin cantar victoria. Mi primera idea había sido meterlo en el sótano porque creí que tendría tiempo de prepararlo, pero ahora la única opción viable era la casa de la piscina.

Por primera vez en mi vida agradecí vivir en un lugar tan grande.

Seguimos el caminillo que daba a la casita. Lo bueno era que estaba a una distancia considerable de la casa grande, que no tenía ventanales y que una formación de arbustos repletos de flores la rodeaban dándole un aire oculto.

Llegamos hasta ella, abrí la puerta y metí a Ax allí. Él estaba totalmente desconcertado, pero también alerta.

—Iré a saludar a mi mamá para que no sospeche nada —le expliqué. Sus ojos se fueron desde mi rostro hacia el techo, desde el techo hacia mí, y desde mí hacia las paredes—. Volveré rapidísimo. Tienes que quedarte aquí. No salgas. No hagas ruido. Nada. Espera a que regrese, ¿sí? Si sales, ella llamará a la policía. No intentes salir. Solo... escóndete.

Esperé un asentimiento, pero en cuanto mi madre gritó:

—¡Mack! ¡¿Acaso tienes los audífonos puestos?! ¡Que vengas ya mismo!

Supe que no podía esperar más. Había un noventa y cinco por ciento de probabilidades de que la situación terminara mal por una cosa o por la otra. Ax podía actuar de forma inesperada y joderlo todo, pero tenía que arriesgarme.

Cerré la puerta de la casita de la piscina y corrí de nuevo hacia la casa grande. Antes de entrar a la cocina inhalé hondo para calmar el agite.

—Hey —saludé con ánimo al tiempo que atravesaba la puerta como si nada, como si no tuviera a un desconocido escondido a metros de distancia.

—¿En dónde estabas? ¿Por qué huele tan mal? —preguntó ella rápidamente.

Dejó unas bolsas con nombres de diseñador sobre la isla, y de inmediato me repetí sus datos en la mente. Considerando lo defectuosa que era mi memoria, a veces temía olvidar quienes eran las personas que me rodeaban.

Así que mi madre era Eleanor Cavalier.

Edad: Cuarenta y uno.

A simple vista era la mujer de siempre: alta, voluptuosa, con una adorada colección de faldas de tubo, cabello largo de color azabache y las mejillas redondeadas y contorneadas. Ya no había muchas similitudes entre nosotras. Compartíamos los labios curveados y la nariz recta, nada más.

Mamá era todo maquillaje, ropa y perfumes, y yo ahora era... bueno, simple existencialismo, sudaderas, camisetas, casi un ente contrario.

Llevaba cinco días sin verla. Se suponía que nada cambiaba en ese corto periodo tiempo, pero con cada viaje que hacía, a su regreso, mi madre parecía una persona distinta.

—No he sacado la basura desde hace días —aseguré, tratando de sonar lo más convincente posible. Aproveché entonces para cambiar el tema muy rápido—: ¿Qué tal Seúl? ¿Es cierto que no puedes mirar a los empresarios a los ojos?

Su expresión se suavizó. Desconfiar de mí no entraba en sus prioridades.

—Fantástico, logré firmar un nuevo proyecto, y sí que los miré a los ojos —informó y deslizó las bolsas hacia mí—. Me dio tiempo de hacer unas compras y me vine rápido. Tengo que comenzar a trabajar ya mismo. Pero mira, te traje algo de la colección de temporada.

—Genial, me lo probaré todo —mentí. En realidad tenía toda la ropa que me regalaba colgada en el armario desde hacía mucho—. Gracias.

Ella miró el plato de sándwiches.

—¿Desayunas a esta hora? —amonestó—. Sabes que no me gusta que tengas un desbalance en tu alimentación...

—Ah, no, es que Nolan estaba aquí —me apresuré a decir—. Sabes que come como por diez. Luego su mamá lo llamó y tuvo que irse antes de terminarlos.

Mamá asintió.

Después hubo un silencio en el que ella se dedicó a revisar su teléfono.

Los silencios eran comunes entre nosotras desde la muerte de papá.

—Estuve en el jardín —mencioné.

Mamá elevó la mirada y sonrió.

—Wau, eso es un gran avance.

Desde su muerte tampoco pisaba el jardín, y al hacerlo había encontrado a un extraño ensangrentado que no decía más de cuatro palabras. Pero claro que eso no iba a decirlo ni loca.

—Y está todo muerto —añadí—. Se puede hacer un ritual satánico allí.

—No piensas hacer uno, ¿o sí? —bromeó ella.

—Creo que hay que... arreglarlo —me atreví a decir.

Desvié la mirada y pensé en lo genial que era el mármol.

—Bueno, sabes que puedes contratar a alguien si quieres —replicó mamá.

Sabía que su mirada estaba fija en el celular.

—Sí, quizás lo haga.

Otro silencio.

Pasé el dedo por los dibujos del mármol.

—¡Bien! —habló ella y me dedicó una sonrisa condescendiente—. Estaré en el estudio. Pruébate la ropa. Más tarde hablaremos de la universidad.

—De acuerdo.

—Y saca esa basura —añadió en tono de orden—. Huele como si hubiera un cadáver en la alacena.

Se alejó resonando los tacones. Su estudio se encontraba en la última planta de la casa, y cuando se metía ahí no salía ni porque se estuviera incendiando medio país.

Aguardé unos segundos por precaución, luego cogí el plato con los sándwiches y salí apresurada al patio.

Esperé que Ax todavía estuviera en la casita. Como había dicho Nolan, tampoco sabía si la palabra normal aplicaba para él, por lo que era probable que escapara al ver esa como la oportunidad perfecta para no responder nuestras preguntas.

De pronto me sentí algo nerviosa.

Bueno, no podía hacer nada en caso de que se largara, pero si no lo encontraba sería como perder todas las posibilidades de aclarar mis dudas.

Sería como perder de nuevo una respuesta y caer en ese constante vacío que había en mi mente cuando trataba de recordar.

Abrí la puerta de la casita y entré echando un largo vistazo.

Aferré las manos al plato.

Ax no estaba.

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¡Hola! Aquí Alex :D

¿Qué tal las cosas hasta ahora? ¿Les está gustando? Dejen sus teorías no importa lo locas que sean. De hecho, mientras más locas, mejor. (?)

Aún no tienen idea de nada, ¿cierto? Ese es el punto jajaja pero no se preocupen que poco a poco se irá descubriendo todo. Sé que este capítulo es muy corto y no pasaron muchas cosas. En el documento de la historia este y el capítulo 6 son uno solo, pero resulta tan largo que decidí separarlos para que no se les haga tedioso. 

Y no se me desesperen. Ahora es que pasarán cosas entre Mack y Ax. También hay salseo como dicen por ahí jsajsajka. Esta vez sí habrá romance, pero a mí manera.

Noté que les gusta Nolan. Le tendré echado el ojo. ;)

¡Muchísimas gracias por seguir leyendo! Me animan un montón a subir capítulos muy rápido. Los amo con toda mi alma oscura y sensible.

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