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Okey, es momento de tener una incómoda conversación


NOLAN

Tras el inesperado disparo de Ax, Gesher pidió a todos que se fueran de la sala de preparación.

Todos salieron algo descolocados por lo rara que había sido la situación. Excepto Nolan.

Nolan Cox estaba extremadamente aliviado porque el soldado no había logrado tocar a Vyd. Y, intentando aprovechar la oportunidad, intentó interceptarlo para finalmente hablar con él.

Pero Vyd se fue rápido, como si lo que menos quisiera fuera ver gente.

Así que a Nolan solo le quedó cambiar de objetivo, porque en realidad había alguien más con quien, sorprendentemente, quería hablar.

Por eso se apresuró a detener a Dan cuando iba por el pasillo, justo al salir de la sala.

—Dan, ¿qué es lo que te sucede? —le preguntó Nolan a su hermano apenas este se giró para encararlo. No había nadie más alrededor—. Quiero que seas honesto, ¿de verdad estás recuperado?

—¿Por qué me preguntas eso? —le respondió Dan, afilado—. No creo que en toda tu vida te hayas interesado en si estoy bien o no. ¿O solo quieres encontrarme una debilidad para ir a decírsela a Ax?

Nolan pestañeó, tan impactado que toda su cara lo demostró.

—¿Qué...? —emitió, ahora más confundido por ese Dan todo anti-Dan. Luego no pudo contenerse más y soltó lo que estaba pensando—: Okey, ¿por qué demonios estás actuando así de odioso? Entiendo que yo sea grosero, pero que tú lo seas no es algo normal. Que le busques pelea a Ax, tampoco. Tú no eres así, siempre mantienes la calma.

—Ax intentó matarme —enfatizó Dan con una obviedad obstinada—. ¿Te parece que debo ser «el paciente Dan» al hablar con él?

Okey, tenía un punto.

—No, pues sí entiendo que puedes estar molesto, pero tú no eres la clase de persona que se pondría a discutir de esa manera —puntualizó Nolan, tratando de explicar lo inusual del asunto. Tras eso, miró a Dan con curiosa preocupación—. La verdad es que estás raro. ¿No te sientes raro?

Dan lo miró como si estuviera loco.

—¿Raro?

Pero Nolan no se sentía loco. De hecho, ahora que lo tenía más de cerca sin la tensión y el riesgo de que podía caerse a golpes con Ax, pudo dedicarse a detallarlo mejor.

Entornó los ojos y analizó cada milímetro que conformaba a Dan, sin importarle si eso lo hacía sentir incómodo o no.

—Mm, sí, no lo sé, hay algo raro en ti —murmuró a medida que sus ojos recorrían los detalles de su hermano al igual que un visitante mirando alguna pintura en algún museo—. Es decir, casi fuiste asesinado y eso puede explicar el aspecto cansado. Pero, ¿qué con el cabello desaliñado cuando desde pequeño te encantaba tenerlo tan peinado como el Capitán América? ¿O las ojeras más oscuras cuando tu piel siempre ha sido perfecta y fresca? ¿O el aire de malhumor? ¿O que los vasitos sanguíneos de tus ojos en realidad se ven más hinchados de lo normal?

Nolan, sumido en su análisis, incluso extendió la mano en un inconsciente intento de abrirle más un párpado a Dan.

—Hasta creo que tus pupilas están un poquito dilatadas y tu respiración se escucha algo acelerada... —añadió, queriendo ver eso mejor.

Pero Dan le manoteó la mano para que la alejara, lo cual sobresaltó a Nolan y lo sacó de su examinación.

—¿De qué demonios hablas, Nolan? —le reclamó, claramente molesto—. Deja la tontería. Solo estás buscando excusas para que todo sea mi culpa y no la de Ax porque es tu maldito amigo del alma.

S T R A N G E © [Parte 1 y Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora