Avatar. Siempre Juntos

By nicolasgodetti

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En lo que se van desarrollando como héroes y figuras mundiales, nuestros cinco protagonistas verán la vida pa... More

Introducción
Capítulo 1. Fin de la Fiesta, Parte 1 (Inicio del Libro 1: Loto Negro)
Capítulo 2. Fin de la Fiesta, Parte 2
Capítulo 3. Reflexiones
Capítulo 4. Firmeza y lealtad
Capítulo 5. Contención
Capítulo 6. Infiltrada
Capítulo 7. Máscara caída
Capítulo 8. Alianza rota
Capítulo 9. Fugitivo
Capítulo 10. Golpe de Estado, Parte 1
Capítulo 11. Golpe de Estado, Parte 2
Capítulo 12. Conspiraciones
Capítulo 13. A su disposición...
Capítulo 14. Él no es el único...
Capítulo 15. Agni Kai
Capítulo 16. "Nos volveremos a ver..."
Capítulo 18. Jefa Beifong
Capítulo 19. Relación complicada
Capítulo 20. En dudas
Capítulo 21. La propuesta
Capítulo 22. Noche alocada
Capítulo 23. En el punto de mira
Capítulo 24. Atormentados
Capítulo 25. "Hasta pronto, Señor del Fuego"
Capítulo 26. Recuerdos de un gran día
Capítulo 27. "Juntos venceremos"
Capítulo 28. El enemigo está dentro
Capítulo 29. Testigos en peligro
Capítulo 30. Alta traición
Capítulo 31. Corrupción y discordia
Capítulo 32. República Unida de Naciones
Capítulo 33. La boda de Aang y Katara
Capítulo 34. Princesa Izumi
Capítulo 35. Adiós a un grande... (Inicio del Libro 3: Crecimiento)
Capítulo 36. Nuevos habitantes en la Isla
Capítulo 37. ¿El primero de cuántos?
Capítulo 38. Padres primerizos
Capítulo 39. "En honor al Avatar Aang..."
Capítulo 40. Ruptura
Capítulo 41. Tiempos felices
Capítulo 42. Atentados a la Justicia
Capítulo 43. Tensión
Capítulo 44. Presionados
Capítulo 45. Amor y terror
Capítulo 46. Entre la espada y la pared
Capítulo 47. "Mi todo"
Capítulo 48. Técnica Prohibida
Capítulo 49. Corporación Col
Capítulo 50. Por segunda vez...
Capítulo 51. Más fuertes que nunca...
Capítulo 52. EL REY
Capítulo 53. Plenitud (Inicio del Libro 4: Orígenes)
Capítulo 54. Cicatrices
Capítulo 55. Amor es amor
Capítulo 56. Los hijos del Avatar
Capítulo 57. Cita "a ciegas"
Capítulo 58. Una nueva oportunidad
Capítulo 59. Un momento para recordar...
Capítulo 60. ALEGRÍA
Capítulo 61. Karith
Capítulo 62. "Ella es la mejor"
Capítulo 63. Mentiras y amores sin culpa
Capítulo 64. A un paso de...
Capítulo 65. La jugada de Yakone
Capítulo 66. El legado de los Sato
Capítulo 67. ¡Como roca!
Capítulo 68. Una Beifong más
Capítulo 69. Primeros verdaderos pasos (Inicio del Libro 5: Tío Sokka)
Capítulo 70. Futura Reina
Capítulo 71. Tío Sokka
Capítulo 72. "Nunca dejes de sonreír"
Capítulo 73. Heridas que no cicatrizan
Capítulo 74. Dejarse llevar...
Capítulo 75. Más juntos que nunca
Capítulo 76. Compañía Incondicional
Capítulo 77. Oogi
Capítulo 78. Tiempo juntos
Capítulo 79. Como una familia...
Capítulo 80. Reunión
Capítulo 81. Sometidos (Inicio del Libro 6: El Caso Yakone)
Capítulo 82. Jefa Invicta
Capítulo 83. Familia Beifong
Capítulo 84. El Encuentro
Capítulo 85. Esperanza
Capítulo 86. Yakone
Capítulo 87. Concejal Sokka, Parte 1
Capítulo 88. Concejal Sokka, Parte 2
Capítulo 89. El Juicio a Yakone, Parte 1
Capítulo 90. El Juicio a Yakone, Parte 2
Capítulo 91. Heredero (Inicio del Libro 7: El futuro)
Capítulo 92. Hojas de Vid
Capítulo 93. Opuestos
Capítulo 94. Realeza
Capítulo 95. Sueño Cumplido
Capítulo 96. Sin rumbo fijo
Capítulo 97. El futuro se hace presente
Capítulo 98. Industrias Futuro
Capítulo 99. Internas Familiares
Capítulo 100. Traspaso de Poder
Capítulo 101. Los hijos de Aang y Katara
Capítulo 102. La odisea de Suyin
Capítulo 103. Jefe Sokka (Inicio del Libro 8: Despedidas)
Capítulo 104. Relación Tóxica
Capítulo 105. LEYENDA
Capítulo 106. Sentimiento Igualitario
Capítulo 107. Un amor de verdad
Capítulo 108. Larga vida a la Reina Mai
Capítulo 109. El llamado a la protección
Capítulo 110. Un último baile
Capítulo 111. SIEMPRE JUNTOS
Capítulo 112. Un motivo para seguir
Capítulo 113. Dolor en la belleza
Capítulo 114. GRACIAS
Capítulo 115. Descendientes
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 17. Los Cuatro Temerarios (Inicio del Libro 2: República Unida)

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By nicolasgodetti

| OTOÑO (Marzo/Abril según H. Norte) - AÑO 110 DG |


Muchas cosas han cambiado en tan sólo dos semanas, entre ellas que Zuko restableció la paz aumentando los niveles de seguridad en todas las ciudades, pueblos y villas de la Nación. Proyectos como luz eléctrica para zonas urbanas han sido lanzados y todo parece ir sobre ruedas. Han sido muchos los intentos de dar con el paradero de Azula, pero nunca se logró.

En lo que la Nación del Fuego recupera poco a poco su grandeza y, principal y primordialmente para Zuko, el respeto con el resto de las naciones; el Avatar y sus aliados se marchan de Ciudad Capital, tal y como lo tenían pensado hacer al día siguiente del festín organizado por Zuko, pero sus planes se vieron un poco removidos y, apenas un mes después, pueden irse sin problemas.

Zuko ha decidido quedarse, en momentos así lo que menos puede hacer es distraerse, por lo que con Appa como medio de transporte, Aang, Katara, Sokka y Toph han partido de regreso a la República Yu Dao, con el fiel Momo como siempre a su lado. Suki ha optado por permanecer en Ciudad Capital, sirviendo como Guardiana de la Corona, tal y como los últimos diez años...

-Hemos llegado...- Anuncia Aang, ordenando a su bisonte comenzar a descender.

En lo que el bisonte volador va perdiendo cada vez más y más altura, sus pasajeros aprecian con mayor detenimiento la ciudad peninsular, la cual se está expandiendo y cuenta con edificios de gran altura al que sus arquitectos han llamado "rascacielos", ¡toda una innovación, sin dudas, para los pueblerinos que llegan a la República!

Al norte se alzan grandes montañas nevadas, lo que le da a la ciudad un ambiente tranquilo, frío y casi ártico. Tan pronto Appa aterriza en la bahía una gran multitud se agolpa frente a ellos, y cada uno de los recién llegados son aclamados. Es entonces cuando cuatro Oficiales Maestros Metal abren paso entre toda la gente, a la vez que una mujer de túnica rojiza viene en el medio.

-Avatar Aang, Jefa de Policía Toph Beifong, Guerrero Sokka y Maestra Katara, sean bienvenidos a la República de Yu Dao.- Anuncia la mujer de unos 26 años, sonriendo.

-Nos alegra mucho volver a verte, Kori.- Le dice Sokka, haciendo una reverencia.

-Dime que no han atrapado a todos los criminales en mi ausencia.- Comenta Toph, riendo.

-Por supuesto que no, te hemos dejado una muy buena ración para tu disfrute.- Contesta Kori. Hemos preparado habitaciones para todos vosotros en el Hotel "Cuatro Elementos", el hotel de mayor lujo de la República.- Dice Kori.

-¿Hotel Cuatro Elementos? Me suena a que me gustará.- Bromea Aang.

Poco a poco todos siguen a Kori, en lo que los oficiales Maestros Metal abren paso entre la multitud que ha ido a recibir a los héroes mundiales. Esta Fuerza de Seguridad fue fundada por la propia Toph, sus armaduras son metálicas y llevan en su cintura rieles de metal que les ayudan a atrapar a los criminales e incluso para impulsarse en lo alto del cielo...


~~~~~~~~~


Ya ha caído el Sol, y la Luna llena se ha alzado en lo alto del cielo. Aunque se encuentra tapada por grandes nubes de tormenta, un poco de su brillo puede escapar e iluminar las calles de la ciudad. Una vez en el Hotel en el que se hospedarán, todos han dejado sus cosas en sus respectivas habitaciones y han decidido bajar a la segunda planta, en donde Kori ha organizado un festín en su honor por la nueva visita del grupo y porque esta vez permanecerán.

Entre todos los presentes hay mucha nobleza entre las mesas. En una pequeña elevación del salón se ha ubicado la gran mesa rectangular en la que van Kori, Aang, Katara, Sokka y Toph, líderes indiscutibles del mundo. Una vez todos ya se han ubicado en sus lugares, las luces se apagan. Es entonces cuando Kori se pone en pie con una gran sonrisa, dispuesta a hablar.

-Hoy recibimos con gran honor a los fundadores de nuestro país, quienes siempre han puesto sangre y sudor por nuestro bienestar, y por el bienestar del mundo. Con agendas ocupadas y nuevos proyectos en mente, el Equipo Avatar se dispone a establecerse en la República. Nuestra estimada Jefa de Policía, Toph Beifong, retomará sus labores en las Fuerzas de la Ley, lo que asegurará el comienzo de una época de gran paz y equilibrio.

En ese momento Sokka y Aang cruzan miradas. ¿De qué está hablando? ¿No es que ya hay paz?

-Hemos atravesado tiempos difíciles, pero estoy segura de que con la presencia de nuestros héroes podremos salir adelante y volver a ser el gran centro de modernidad e innovación mundial que éramos hace sólo unos meses. ¡Muchas gracias, disfruten la noche!

En cuanto Kori termina su discurso vuelve a su asiento, el cual se encuentra entre medio de Aang y Sokka. Tiene a Aang y Katara por un lado y Sokka y Toph por el otro. Comenzando con su platillo, Kori mantiene su mirada en su cena, en lo que el guerrero del sur y el monje cruzan miradas una vez más, muy confundidos y, además, preocupados por lo que ella ha dicho.

-Y... ¿todo ha estado bien en Yu Dao desde nuestra partida?- Pregunta Sokka.

Soltando los cubiertos metálicos, Kori deja de cortar su trozo de carne y suspira. Con la mirada fija en su puré de papas se queda helada y pensativa unos segundos...

-En verdad, no.- Confiesa, bajando aún más la mirada a su vestido. –Les juro que se los contaría todo... mañana... No quería arruinar vuestra llegada trayéndoles problemas, se supone que yo soy la líder de la República, y yo debo ocuparme de todo... pero me es tan difícil.

-Tranquila, Kori, nosotros estamos aquí para ayudarte. Sólo dinos, ¿qué sucede?- Le dice Aang.

-Desde su partida a la Nación del Fuego, las bandas criminales han ido creciendo cada vez más, dejando los callejones y los sitios abandonados, y posicionándose estratégicamente en distintos puntos de la ciudad. El Jefe Interino de Policía ha intentado dar con ellos, pero todos los intentos han fracasado. Es el crimen organizado, que ha invadido a la República.- Relata la mujer.

-Esto no me agrada. Las bandas callejeras eran una cosa, pero si ni siquiera hemos podido dar con sus ubicaciones, es porque se ocultan muy bien en el bajo mundo de la ciudad. Si queremos atraparles tenemos que registrar toda la ciudad, los túneles subterráneos, TODO.- Dice Aang.

-Eh, cálmate un poco Señor Todo Registrador. No ganaremos nada buscando por todas partes como si estuviésemos desesperados. Sólo sembraríamos el caos entre los civiles.

-Pienso igual que Sokka. No podemos ir por ahí buscándoles como si de terroristas se tratasen, tenemos que organizar un sistema de espionaje, por lo que mañana mismo volveré a la Sede de Policía. Hay que reestablecer el equilibrio en la ciudad, y dudo mucho que el patético Oficial que dejé en mi puesto no haya hecho más que holgazanear.- Supone Toph.

-En realidad ha sido todo lo contrario. Haku ha demostrado gran conocimiento en las calles, y, gracias a él, ha caído toda la banda de Hurones de Fuego.- Dice Kori, sonriendo.

-Pero supongo que hay muchas más "bandas"...- Deduce Sokka.

-Bueno, todas estas bandas ustedes ya les conocen. Sólo se fueron por un mes.- Remarca Kori.

-Sí, pero ha sido como un año...- Dice Aang, suspirando.

-Supe lo que sucedió... ¿cómo está Zuko?- Pregunta Kori quien, con los años, se ha vuelto muy buena amiga y aliada del Señor del Fuego.

-Meh... ya sabes cómo es él, un día anda depresivo y al otro saltando de alegría.- Se burla Sokka.

-Debió haber sido un duro golpe que su hombre de mayor confianza le traicionara...

-Bueno, no es la primera vez que un Rey es utilizado como marioneta.- Comenta Toph. –Zuko es un hombre fuerte, saldrá adelante, está muy bien rodeado.

-Sí, qué bueno que ya no más por esa loca que tiene por hermana.- Gruñe Sokka.

-Oí que ella y Zuko se reconciliaron.- Dice Kori.

-¿Y eso qué? No deja de ser nuestra principal villana.- Vuelve a gruñir el guerrero del sur.

-Tú eres el único que sigue viéndola como una amenaza.- Le informa Katara. –Bueno... a ver, siempre tendré en la mira a Azula, ha hecho muchas cosas malas y he de decir que su redención fue muy rápida y abrupta, pero creo que todos merecemos segundas oportunidades.

-Aj, da igual... ya cállense y coman.- Pide Sokka poniendo sus ojos en blanco.

La cena sigue con calma, el grupo vuelve a cruzar unas palabras pero esta vez de temas no tan importantes y que son más bien personales. Que si la relación de Aang y Katara sigue bien, si piensan en una futura boda, que si es muy pronto, que si no, que Aang quiere Maestros Aire... Nada muy importante o primordial que pueda significar de mucho durante esa velada...

-Y, ¿tienen pensado quedarse mucho tiempo en la ciudad?- Pregunta Kori en cuanto ya están sirviendo el postre.

-No sé muy bien que harán Aang y mi hermana, pero Toph y yo decidimos permanecer aquí...

-Sí. La ciudad está hecha un caos, puedo sentirlo.- Dice la mujer ciega.

-Ya... yo... disculpen si no he hecho mi trabajo como correspondía. Es mucha presión y todos ansían la perfección de mi parte, y no soy capaz de ser la líder perfecta.- Dice Kori, apenada.

-No te preocupes, Kori, nadie lo es. Tampoco esperamos de ti que tengas a toda la ciudad bajo control en una gran paz, para eso estamos mis amigos y yo. Te ayudaremos.- Le dice Aang.

-Hotel "Cuatro Elementos" está muy feliz y complacido de recibirle, Avatar Aang.

-El placer es nuestro. Me da gusto volver a verle, Señor Sato.- Le saluda el monje.

-Hemos preparado las mejores habitaciones del Hotel sólo por vosotros. No obstante tengo entendido que uno de ustedes no permanecerá aquí mucho tiempo.

-¿Eh? ¿A qué se refiere con eso?- Reacciona Aang, quedándose mudo.

-Bueno...- Dice el sujeto, viendo por un par de segundos a Sokka, quien sigue con su postre.

-Sokka... ¿tienes algo que decirnos?- Le pregunta Aang, sonriendo.

-¿Qué, qué de qué?- Reacciona, soltando su tenedor al instante. –Oh, Señor Sato... hola...

-Buenas noches, Sokka.- Le saluda el hombre, haciendo una pequeña reverencia. –Estábamos hablando de lo que me mencionó en un halcón antes de vuestra llegada, que usted sólo estaría con nosotros un par de semanas.

-Oh, uh... ah sí, sí... eso...- Balbucea el guerrero del sur, cada vez más y más nervioso. –Eh... ¿qué les dijo exactamente?- Pregunta, llevando una de sus manos a su nuca.

-Bueno, nada de hecho.- Dice el sujeto de grandes joyas, cuando entonces ve las miradas confundidas del resto de los presentes. -¡Oh! ¡Lo siento mucho en verdad, Señor Sokka, no sabía que aún no les había dicho nada! ¡Me siento horrible! Espero sepa disculparme...

-Oh, no te preocupes Richard... Algún día iban a saberlo. Esperaba que fuera mañana.

-¿Saber qué? Sokka, ¿a dónde vas?- Interfiere Katara, mirándole preocupada. -¿Es algo malo?

-¿Qué? No, no... no es nada malo... Sólo que... esto... bueno, como ahora voy a establecerme en la ciudad de forma indefinida, yo, es que estuve pensando y...

-Te mudarás a tu propia casa.- Afirma Toph, mirando fijamente a la mesa.

-Eh... bueno, sí...- Murmura Sokka, bajando la mirada.

-¿Y cuándo planeaste todo eso? ¿Por qué no nos lo dijiste antes?- Le cuestiona su hermana.

-Ah... no tenía nada listo aún. Contacté al Señor Satohace un par de semanas, él es vendedor de propiedades y pedí una casa en los suburbios. Apenas hoy me comentó que consiguió el lugar ideal, y se los iba a decir mañana. Aún no tengo listo, por eso me pareció demás decirlo cuando ni siquiera tengo un mueble para poner ahí.- Explica Sokka, suspirando.

-Oh, pero como tu hermana, sabes que puedes confiar en mí para esas cosas...

-¿Estamos hablando de lo mismo? ¿Confiar? ¿En serio, Katara?- Dice Sokka alzando la voz. –No les he ocultado nada, además, tú eres quien decía hace no mucho que llegaría un punto en el que... bueno...- Agrega, apenas pronunciando las últimas palabras.

-Nos separaríamos.- Le completa Toph una vez más. –Tiene razón. No vamos a vivir todos juntos en una gran casa de por vida, Katara, somos todos adultos y queremos formar nuestras vidas. Sé que tú siempre nos has visto como una gran familia, pero es momento de volar...

-¿Volar? ¡¿Me estás tomando el pelo?!- Grita la maestra agua, sumamente enfadada. –No somos pájaros como para irnos cada uno por nuestro lado. Somos el equipo Avatar, debemos estar unidos. Sokka, somos hermanos, siempre vivimos juntos, ¿por qué ahora cambiar eso?

-Bueno es obvio que Toph y yo no nos mudaríamos a su Templo Aire.- Comenta Sokka.

-Nuestro lugar es en Yu Dao, aquí decidieron establecerse ustedes, y así lo haremos Aang y yo.

Mientras Katara dice todo ello, Aang le mira fijamente sin mover siquiera una pestaña. Él sólo le oye atentamente y, una vez termina de hablar, devuelve su mirada a su postre a medio acabar.

-Si me disculpan, iré a tomar aire fresco.- Dice el monje, poniéndose en pie.

-¿Quieres que te acompañe?- Le pregunta gentilmente su amada tomando su mano.

-Eh, no. Prefiero estar solo...- Responde el joven Avatar, sonriendo y marchándose.

-Señor Sokka, ¿le parece si mañana nos reunimos en el Centro Cultural del Reino Tierra? Suelo estar bastante por ahí, soy parte de la Embajada y tengo mi oficina.

-Me parece bien. Nos vemos, Richard.- Se despide el guerrero, asintiendo con la cabeza.

Una vez solos los tres, puesto que Kori se ha marchado a la vez que Aang a hablar con otros...

-No sé por qué querías esperar tanto.

-¡Ah, basta Katara! Lo pones todo mucho más difícil de lo que ya es. ¿Crees que me gusta dejarles atrás? Yo fui quien "creó" el Equipo Avatar, ¡los Cuatro Temerarios fue mi invención! ¿Cómo crees que quiero desintegrar al grupo? Es sólo que me gustaría casarme con Suki, tener una familia, una linda casa... ser recordado como un héroe, y no como el cuñado del Avatar.

-¿Te recuerdo quién derribó toda una flota de aeronaves de la Nación del Fuego?

-Uf, eso es historia antigua....- Bufa su hermano mayor.

-El punto es que no eres "el cuñado del Avatar", eres el Guerrero Sokka, así te llamó hoy Kori. Debes sentirte orgulloso por todo lo que has logrado, y creí que toda esa etapa de no sentirte especial había pasado cuando te volviste un gran espadachín.- Comenta Katara.

-La inseguridad siempre nos invade... es normal.- Dice Sokka.

-Oye, yo... perdona si antes te traté mal o si te traté de "traidor" por no contarme sobre tu idea de mudarte solo. Es sólo que aún nos veo como los Cuatro Temerarios, quienes viajan juntos por el mundo y vencen a cualquier villano. Quizá no quiero que te vayas porque... me da miedo.

-¿Miedo?- Pregunta esta vez Toph, quien había estado muy callada hasta ahí.

-Sí, miedo. Ya saben, nos separamos, tomamos distintos caminos. En estos momentos nuestros futuros no son del todo certeros.

-¿No lo han hablado aún? Yo creí que ya pensaban en una futura boda.- Dice Toph.

-¿Boda? Hm... es lo que más deseo... Vestirme de blanco, alzar a nuestros hijos en brazos, y ver el rostro de orgullo plasmado en Aang al ver que son Maestros Aire... Pero no es el momento, ni siquiera nos hemos situado aún. Sólo espero que no nos vayamos muy lejos.

-Aunque me cueste admitirlo, yo también tengo "miedo".- Confiesa Toph, apenada. –Siempre fuimos un mismo grupo, la misma banda, y el que ahora estemos esparcidos... no sé... sólo me hace atesorar más los momentos que vivimos juntos.- Añade, muy nostálgica.

-Todos estamos creciendo... sólo espero que podamos seguir siempre juntos...

-¡Oh, vengan aquí amigas queridas!- Exclama Sokka, abrazando a ambas.

El pequeño grupo de los tres permanece así varios minutos más, unidos, muy felices con ello.


~~~~~~~~~


Terminando de subir los escalones, Aang llega hasta la terraza de aquel gigantesco edificio que se impone en mitad de la ciudad. Corre aire fresco, no obstante, Aang ama esta temperatura y su gran abrigo le impide pasar por algún momento de incomodidad. Dando unos pasos hacia el borde, Aang admira la gran metrópolis que se ha encargado de fortalecer con los años.

Todo el esfuerzo, la constancia, dedicación y empeño que puso en aquella pequeña gran colonia se ven reflejados en los grandes edificios que superan el nivel de las nubes, incluso. Guardando sus manos en los bolsillos de su túnica, Aang sonríe viendo en la costa los muelles llenos de barcos pesqueros y de mercaderías.

La economía del país no podría ir mejor, los tratados comerciales con el resto de las naciones son muy buenos y, además, la actividad pesquera es de las más grandes en el mundo, aunque él es vegetariano, claro. Le alegra saber que, después de muchos años de lucha, la República Yu Dao es el legado que le ha dejado al mundo, una sola nación en donde maestros y no maestros de todo el mundo pueden vivir juntos en armonía y gran paz.

Todo aquel ambiente le produce una enorme paz, una inmensa tranquilidad que le distrae de lo que sucede, haciéndole sonreír como tonto, disfrutando del bello paisaje urbano que él y sus amigos se han encargado de fortificar tras los años. De repente, un ruido le altera y le hace dar un salto hacia el frente, acercándose demasiado a la cornisa y expulsando un soplido para enviar su cuerpo hacia atrás. Es ahí cuando choca contra algo gigante, cómodo y suave.

-¡Appa! Me asustaste...- Ríe Aang, acariciando la cabeza de su animal guía. –Cierto, hace frío, ¿y Momo?- Le pregunta, cuando entonces el lémur sale de su montura y vuela a su alrededor, terminando por caer en sus brazos, refugiándose en ellos. –Hola...

Viendo al pequeño lémur y al gigantesco bisonte volador, Aang se acobija contra ambos y sigue admirando la belleza de la gran ciudad, cuando entonces suelta un suspiro y Momo eleva sus orejas, un tanto sorprendido y confundido. Aang sonríe, recordando como fingía que el pequeño animal le hablaba cuando eran más jóvenes, e intenta lo mismo al oír sus sonidos.

-Lo sé, pero no permiten animales dentro.- Ríe Aang, acariciándole. –Aquí estamos bien, los tres, los últimos de nuestra cultura, juntos.- Susurra, bajando la mirada.

Momo hace un par de ruidos más, logrando que Aang expulse otro suspiro.

-No hay que sentirse mal por ello, sólo aceptar el dolor, y aprender que hubo razones para que el destino nos diese ese sufrimiento. Debemos aprender a aceptar que lo que ha pasado sucedió por algo, y miren, si ese día no hubiese escapado me habría asesinado Sozin....- Murmura Aang.

Esta vez es Appa quien suelta un pequeño rugido, removiéndose un poco en su lugar.

-Me gustaría saberlo, pero todo ahora es tan confuso. Ahora estamos en este hotel, pero Sokka va a irse a su propia casa, y supongo que Toph hará lo mismo. Ella es la Jefa de Policía y, con ese cargo, lo que menos debería hacer es irse a vivir a otra nación...

Momo se acurruca aún más entre sus cálidas manos.

-Bueno, después está Zuko, él es el Señor del Fuego, su destino es el Trono, y no podemos vivir eternamente con él. Y por último estamos Katara y yo. Si todo sale bien, en unos meses por fin nos mudaremos e inauguraremos el Templo Aire de la Isla...- Dice un tanto emocionado.

Momo eleva la cabeza mirándole con ambas orejas alzadas.

-Será nuestro nuevo hogar, Momo... y me ocuparé de hacer que se sienta como en casa...


~~~~~~~~~


Volviendo a su lugar, Aang toma asiento entre ambos hermanos de la Tribu Agua y, dedicándole una sonrisa a su amada Katara, ve que el baile comienza a tomar forma, aunque son muy pocos los que se atreven a salir y demostrar sus dotes en la pista.

-¿Sucedió algo interesante?- Pregunta el monje, sorprendido al ver cómo Sokka tiene toda la cara bastante húmeda, además de los ojos rojos. –Sokka... ¿lloraste?

-¿Qué? Mm, sí... quizá un poco.- Confiesa el guerrero sin levantar la mirada.

Aang pronto ve que, a pesar de haberlo encubierto bien, Katara y Toph también parecen estar tocadas emocionalmente, en especial cuando le pregunta algo a la Maestra Agua y ésta parece tener un gran nudo en la garganta que le impide formar una simple oración. Aang no sabe qué hacer, no sabe por qué sus amigos están así. Cuando por fin toma aire y va a decir lo que sea...

-Sokka, Toph y yo estuvimos hablando, de nosotros... de todo el grupo, de hecho.

-Oh... y, ¿qué tal?- Pregunta Aang, cuando de pronto su amada toma de su mano.

-Sokka se mudará pronto, y Toph también piensa hacerlo en un futuro no muy lejano. Y obvio que no voy a vivir más con mi hermano, ni iré al departamento o casa de Toph... Aang, tú y yo debemos buscar en dónde situarnos, y espero sea en esta misma ciudad.

-¿Qué no planeamos que nos mudaríamos al Templo Aire de la Isla?- Duda Aang, sorprendido.

-¿Pero tan lejos?- Se queja Katara, haciendo un pequeño puchero.

-No es lejos, Katara, sólo tú lo ves así...- Le dice Aang un tanto serio, frunciendo el ceño.

-Creí que viviríamos más en los suburbios, a un par de manzanas de Sokka.

-Y, ¿cómo ha ido todo en los últimos meses?- Le cuestiona Sokka interesándose en el tema.

-Por suerte muy bien. Hemos tenido que reformar algunos sectores con Tierra Control, así que la isla parece un poco más artificial, pero han quedado explanadas muy buenas en donde las principales edificaciones ya están a punto de ser acabadas.- Comenta Aang, sonriendo otra vez.

De repente una estruendosa y alegre música invade el salón. Se trata de la banda en vivo, la cual parece haber recibido la orden de comenzar con la verdadera fiesta. Los músicos van de aquí hacia allá por todo el escenario, y algunos incluso bajan y se mezclan entre la gente, en lo que continúan con sus instrumentos en mano tocando con gran pasión y felicidad.

Sin saber en qué punto de la noche, Aang y Katara se habían desprendido de sus sillas y se habían marchado a mitad de la pista para demostrar sus habilidades. Por su lado, Sokka se volteó para ver a Toph cuando entonces se da cuenta de que ella no está. Quizá se marchó temprano, pero lo raro es que no se despidió. Al no encontrarla, vuelve a su mesa...

-¿Te gustaría bailar?

-No. La gordura me lo impide.- Responde Sokka una vez se traga su tercer rebanada.

-Oh, vamos, estoy segura de que te mueves muy bien.- Le coquetea ella, acariciando su hombro.

-En serio, preferiría quedarme aquí y ver como los otros... se divierten.

-Sé que estás un poco decaído, pero no permitas que ello te impida ser feliz. Vamos, Sokka, ¿vas a dejarme plantada?- Le dice ella extendiéndole su mano.

-Ah, está bien...- Dice el guerrero un poco desganado, poniéndose en pie. –Pero más tarde no te arrepientas si logro opacarte, lo que probablemente sucederá.- Ríe, tomando su mano.

Juntos, Sokka y Kori salen de ahí y se acercan a la pista. Una vez ahí se unen poco a poco hasta que, tras unos segundos, ya están ambos bailando como dos locos. Sokka hace movimientos circulares e incluso lanza una pirueta cuando otros se mueven, con ambas manos sujetadas por Kori, sigue bailando hasta que, de repente, la música cambia.

-¡¿Pero qué...?!- Reacciona Sokka.

El joven adulto ve cómo como todas las parejas se abrazan entre sí y, entre toda la multitud, ve a su hermana abrazada a Aang en lo que él la lleva, ambos ríen y parecen estar platicando mientras continúan danzando al ritmo de la tranquila canción. No sabe bien en qué momento Kori se metió en sus brazos y le abrazó fuertemente.

Elevando la mirada, Sokka ve cómo la cabeza de Kori se hunde en su cuello y le besa de una forma... pasional. Ambos siguen danzando lentamente entre toda la gente, la cual está muy ocupada con sus parejas como para prestarles atención. En cierto punto de la canción, Kori mueve sus manos en la ancha espalda de Sokka, quien se queda inmóvil.

-¿Sucede algo?- Le pregunta dulcemente la mujer del largo y lacio cabello castaño.

-¿Mm? No... no...- Murmura él, a la vez que busca por todos lados un motivo por el cual escapar.

-Si te incomoda... podemos irnos.- Dice Kori, separándose unos centímetros de él.

-Es que... es un poco raro esto. Recuerdo que estabas con mi amigo Sneers...

-Eso acabó hace ya muchos años, es historia antigua.

-Aun así, es un aliado.

-Pero yo sé que quieres estás más aliado a mí, Sokka.- Le susurra en la oreja, llevando sus manos hasta su cintura y bajándolas lentamente hasta su propio trasero. –Tócame, Sokka.

-Entenderás que mi relación con Suki sigue bien.- Le dice él apartándose de ella al total.

-Sokka, es una fiesta, sólo quería bailar contigo. Y bueno, si surgía algo más...- Vuelve a acercarse seductoramente, pero Sokka se aleja nuevamente, esta vez molesto con su actitud.

-Esto no sucederá.- Le asegura él, marchándose a paso seguro.

Suspirando, Sokka termina por quedarse solo en la pista de baile y, entre toda la multitud, ve cómo Toph reaparece en el salón. Entonces no se fue...

-Creí que te habías ido a dormir.- Le comenta él una vez se reúnen.

-Sólo fui al baño por unos minutos, nada más.- Dice ella cruzándose de brazos.

-Ah, es que les pregunté a los guardias de los pasillos y me dijeron que no te vieron salir.

-¿Y tú por qué controlas si salgo o no del lugar?- Reacciona, frunciendo el ceño.

-Sólo es que... bueno, desapareciste de repente.

-No veo necesario el avisarte cuándo voy a hacer mis cosas.- Responde molesta.

-No. No quise decir eso, sólo que bueno... comenzó el baile y... es que...- Balbucea torpemente, rascándose la nuca totalmente apenado. –Quería bailar contigo.

-¿Ah sí? Porque sentí tus torpes pasos junto a esa mujer de "autoridad", JAJA.- Se burla Toph.

-Sí, ella me sacó a bailar. ¡Yo no quería, te lo juro!- Exclama él, bajando la mirada.

-Pues debiste quedarte con ella... yo no bailo.- Responde secamente, volviendo a la mesa.

-Oh, vamos Toph, no seas aguafiestas.- Ríe él, siguiéndola.

-Oigan chicos, ¡ya vengan o la música acabará!- Exclama Katara, acercándose junto a Aang.

-Toph no baila. Debe ser su regla del día de hoy a seguir.- Se burla Sokka.

-Deberías soltarte un poco Toph, al estilo Maestro Aire.- Comenta el monje del grupo.

-Tú cállate Pies Ligeros, y vete a danzar como una bailarina.- Dice fríamente la mujer de metal.

-Wow, hacía mucho que no me llamabas Pies Ligeros... Jeje, me agrada.- Ríe Aang.

-¿Por qué me tocaron amigos tan raros...?

-...y guapos.- Añade Sokka al murmuro de la Maestra Tierra y Metal.

-Bueno, si Toph no quiere bailar, entonces todos nos quedamos aquí.

-Pero... la pista... yo... yo...

-AQUÍ.- Remarca Katara, volviendo a su lugar.

Y cuando es aquí es aquí, ¿qué le vas a hacer? Aang no se opondrá a ella...

Una vez los cuatro están juntos se distiende una gran charla que se extiende por más de una hora. A sus ojos, y pies, la gente comienza a marcharse ni bien la madrugada avanza. La banda sigue tocando hasta que, en cierto punto, alguien les detiene. Vistiendo su gran tapado rojo y verde, simbolizando su pertenencia tanto a la Nación del Fuego como al Reino Tierra, Kori les ordena retirarse, puesto que en el salón no quedan más de cuatro personas, y esas son...

-Gracias por haber asistido a vuestra Cena de Honor. Estamos muy felices de haberles recibido, y con gran respeto les indicamos si pueden retirarse de la Gran Sala. Hemos preparado un sector en donde podrán continuar su conversación mucho más tranquilos, en lo que Limpieza inicia con su labor.- Explica Kori, casi levantándoles de su silla uno a uno.

-Ni te preocupes por ese "sector". Yo ya me voy a dormir...- Dice Toph.

-Sí, fue una noche muy agradable y divertida.- Comenta Aang.

-Gracias.- Dice Katara.

-¿Dónde está el baño? Han sido muchos pasteles...- Pregunta Sokka, estirándose.

Esperando fuera, Aang, Katara y Toph se reúnen con Momo, y una vez Sokka sale del baño, tras casi media hora, se van juntos a los últimos pisos del Hotel "Cuatro Elementos", en donde el Señor Chao y Kori les asignaron tres habitaciones muy grandes y cómodas. Llegando al gran pasillo que lleva a múltiples cuartos que son ocupados por otros huéspedes, el grupo se despide, a excepción de la feliz pareja que va junta hacia sólo una. Es hora de descansar...


~~~~~~~~~


Nota: No olviden dejar su voto, y claro si quieren comentar y compartir la historia, muy bienvenido es. Damos inicio a la segunda parte del fanfic, en donde suceden cosas increíbles e inesperadas. Hasta ahora vimos que los "protagonistas" fueron Zuko y Azula, pues bien ahora serán Sokka y Toph, aunque en realidad más Toph. Esto no significa que Aang, Katara y Zuko vayan a desaparecer, ellos también tienen protagonismo, sólo que un poco más reducido al de los ya mencionados.

¡Nos vemos el próximo viernes con el Capítulo 18! –Nico.

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