Tanta atención me abrumó.
Y les diré algo sobre gustarle a una chica: Una vez te nota una, no hay retorno. De pronto era el tipo más genial del salón. Y es que Jessica Russo no era cualquier chica. Era LA CHICA.
—Invítala a salir, Max —me animó Edgar.
Nosotros no éramos amigos. Al contrario. Sin embargo, como ya dije, repentinamente yo era genial y todos querían ser mis amigos.
—No lo sé —dije, tímido.
Entiéndanme, era mi primer experiencia con mujeres.
Cuando la profesora de álgebra llegó, el ambiente se calmó un poco. Menos mal... Leí una vez más la nota que me envió Jessica y me pregunté qué pensaría de mi de saber que no soy tan bueno con la guitarra. Porque de pronto todos querían saber más sobre nuestra banda, lo que emocionó a Eric y Sam, y nos dio un nuevo estatus a los tres y popularidad.