S T R A N G E © [Parte 1 y Pa...

By Alexdigomas

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¿Qué harías si una noche encuentras a un chico semi desnudo y cubierto de sangre en tu patio? ¿Qué harías si... More

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Hello Stranger (?)
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Epílogo
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Nota Importante
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STRANGE - SEGUNDA PARTE
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56 - Parte 1
56 - Parte 2
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Explicación
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By Alexdigomas

Demasiadas preguntas, muy poco contexto


MACK

Tras lo sucedido con la chica número dos y de ser salvados por el casi ángel Nolan, me llevaron al área de emergencias para examinarme.

Estuve varias horas en la habitación porque me había quedado la cabeza como embotada y una rara sensación de debilidad. Así que tomaron unas muestras, me examinaron y luego permanecí recostada en la camilla recuperando la orientación y el aire.

Hasta que las enfermeras se fueron y Nolan entró.

—Mi padre se encargó de sedar a la chica para que no ataque a nadie más —me informó, cerrando la puerta tras de sí—. Y ya están atendiendo a Ax. Está un poco aturdido, pero estable. Le van a revisar los oídos por el sangrado. No hay peligro.

Tras decir eso se acercó a mí y me abrazó con fuerza y anhelo como si no nos hubiéramos visto en años.

Bueno, en realidad se tiró sobre mí en la camilla, y su enorme peso de chico que medía un metro ochenta y dos me aplastó.

Así de bruscos eran sus modos de abrazar, nada nuevo.

—Mack, perdóname —soltó como una disculpa que anhelaba darme—. Perdóname por haber tardado tanto en sacarte de esa celda, pero primero Madelein debía estar muerta para que estuvieras segura. —Me apretó mucho los brazos, dramático y negado a abandonarme de nuevo—. ¿Estás enojada conmigo? Dime si lo estás, y si quieres darme un golpe no te contengas, lo aceptaré.

A decir verdad...

Había extrañado muchísimo ese drama.

—No voy a golpearte porque no estoy enojada contigo, Nolan Roberto —fui sincera y también traté de devolverle el abrazo a pesar de que me estaba aplastando toda—. ¿Por qué lo estaría? Te extrañé.

—¿Me extrañaste a pesar de que acepté que te metieran en la celda sin explicación? —resopló, divertido—. No te creo, esperaba encontrarte enojada y echando humo por el culo.

Un momento.

¿Que él qué?

—¿Mm? —emití porque no entendí de qué hablaba.

—Gesher te lo dijo luego, ¿no? Él me aseguró que te lo explicarían apenas te sacaran. —Ignoró que su peso estaba encima de mí y empezó a soltar las cosas muy rápido—: Juro que fue la peor decisión que tuve que tomar en mi vida, Mack. Estuve muy asustado y preocupado porque no sabía si confiar en ayudar a Gesher cuando me pidió todo esto, ya sabes que no confío en nadie más que en ti, pero en cuanto vi a Madelein matando entendí que era un verdadero peligro, y no podía planear yo solo su muerte, así que supuse que sería beneficioso trabajar con Gesher; pero por otro lado la idea de que te metieran en la celda no me gustó porque estarías encerrada y además estarías sola en esos intentos de regresión con mi padre...

Otro momento.

—¿Intentos de regresión? —lo interrumpí de repente, ceñuda. Aunque él no podía ver mi expresión porque tenía su barbilla apoyada sobre mi hombro.

—Para ver qué era esa verdad que la chica bloqueó dentro de tu mente con su poder —afirmó él—. Gesher también aseguró que te diría que ella dejó parte de su poder dentro de ti de forma intencional. Te lo dijeron, ¿no?

Tuve esa incómoda y preocupante sensación de que algo no encajaba.

En verdad, ¿no había ni un momento de paz?

—Sí me dijeron eso, que hay algo bloqueado en mi mente por su poder. —No mentí, pero intenté con cautela ahondar más en el asunto—: Pero, ¿qué más dijo Gesher?

—Que tratarían de llegar hasta eso mientras nos ocupábamos de Madelein. Quería estar ahí contigo, pero Madelein podía descubrir el plan. También me hizo entender que yo iba a ser un riesgo si sentía que estabas pasándola mal por estar encerrada, lo cual tiene sentido porque soy tu protector y puede pasar eso de que me vuelva loco...

Tragué saliva, escuchando cada palabra que salía rápido de su boca.

Era otra cosa típica de él. Nolan no podía tardar demasiado en contarme las cosas o se aceleraba cuando por fin las soltaba.

Pero el motivo de mi perplejidad y del frío que recorrió mi espalda fue que de golpe entendí lo que estaba tratando de explicarme: que Gesher le había pedido decidir si me meterían en la celda o no.

Y claro que no, yo no había tenido ni idea de eso. Nadie me había explicado nada ni antes ni después.

—... igual él aseguró que estarías a salvo allí, porque morirías si Madelein llevaba a Ax y a los demás a la cueva, ya que el poder de la chica está dentro de ti y eso como que te ata a ella —continuaba Nolan—. Pero en serio, Madelein estaba loca. Incluso trató de matarme a mí, solo que todo salió bien, sorprendentemente...

—Ah, ¿y Gesher te explicó cómo iba a ser el método de regresión? —pregunté, aunque sin delatar que apenas me estaba enterando de todo aquello.

—No, por eso le dije que no podía hacer nada que te lastimara, y lo amenacé, Mack, en serio lo amenacé. —Un tono de entusiasmo animó su voz—. ¿Puedes creerlo? Le dije que si eso de mantenerte en la celda era una mentira o si te tocaba un solo pelo, lo mataría, porque soy yo quien debe protegerte. —Su ánimo bajó de golpe y fue sustituido por las dudas—. Pero, siendo honesto, no sabía si iba a tomar una buena decisión. Solo que algo dentro de mí me dijo que no estarías realmente en peligro, ni siquiera sé qué fue... El punto es que tuve mucho miedo de que nos traicionaran y de que todo saliera mal por mi culpa. ¿Qué tal? ¿Lo hice bien? ¿Te aburriste mucho esperando? ¿Te enojaste? ¿Pensaste que no iría por ti? Siempre te he dicho que soy el único hombre que no te decepcionaría.

Permaneció sobre mí a la espera de una respuesta, como siempre, ansioso de que nos apoyáramos mutuamente.

¿Y cuál podía darle? Acababa de entender que Nolan no sabía que durante esos días encerrada me habían sometido a esas tortuosas inyecciones para recordar.

Más importante: acababa de entender que Gesher le había mentido.

Bueno, nos había mentido a ambos.

Ambos teníamos versiones diferentes de lo sucedido esos últimos días. Aunque lo que me parecía más grave era el hecho de que Gesher había puesto a Nolan a tomar una decisión tan complicada.

Y lo peor era que con facilidad podía imaginarme a Nolan muy asustado por no saber qué hacer, porque las decisiones serias siempre habían sido difíciles para él.

Me causaba un nudo en la garganta y un enorme sentimiento de culpa el imaginarlo parado frente a Gesher, obligado a responder «sí o no» por el riesgo de que «Mack puede morir», pensando lo mismo que había repetido dos veces sobre mí mientras me contaba lo que me había perdido:

«Yo soy tu protector».

«Soy yo quien debe protegerte».

Desde que nos enteramos de que mi padre lo había hecho mi protector, yo había estado muy enojada por el hecho de que manipulara su nacimiento. Demasiado.

Era algo horrible. Era algo que ambos ni siquiera habíamos conversado a fondo por lo extraño que se sentía.

Ese concepto de haber nacido por mí... me causaba impotencia, me parecía muy degradante.

Pero en este momento, por primera vez, sentí algo más que enfado.

Sentí tristeza.

Una profunda aflicción. Lo que cualquiera llamaría «un dolor en el corazón».

Porque me cayó encima el balde de agua fría de la realidad, y entendí lo cruel que el experimento de mi padre había sido para él.

Si yo le decía a Nolan que Gesher le había mentido y que en realidad me habían inyectado contra mi voluntad, él sentiría que había tomado una mala decisión.

Sentiría que mi sufrimiento había sido su culpa, porque podía ver que Nolan ya lo estaba asumiendo como su destino: cuidarme, tomar la mejor decisión por mí, amenazar para protegerme.

Incluso acababa de admitir lo mucho que se había asustado y lo mucho que había dudado ante una gran responsabilidad como la que el maldito de Gesher le había puesto en frente.

«Ojalá pudiera liberarte, Nolan» pensé.

Aunque ni siquiera podía hacer eso.

Tragué saliva para aliviar el repentino nudo en mi garganta y puse mi mano sobre su cabello despeinado.

Nolan había estado conmigo durante toda mi vida, en cualquier momento y cualquier situación. Toda su infancia, su madre había querido obligarlo a ser alguien diferente, a cumplir las responsabilidades o costumbres de lo que ella creía que debía ser un "hombre", y eso lo había marcado para siempre.

En cierto modo, mi padre lo había condenado a algo parecido.

Pero no, yo nunca apoyaría ese absurdo peso.

Tampoco sería de nuevo la niña egoísta que solo se había sumido en su dolor. Ahora lo veía todo diferente, porque debido a ese mismo egoísmo había perdido a mi madre cuando siempre tuvo razón sobre lo malo que había sido mi padre.

Así que a pesar de lo dañino que había sido recibir las inyecciones, decidí no hacerlo sentir mal por haber aceptado que me encerraran.

Esa sería la primera vez que le ocultaría una verdad tan dolorosa, solo porque no dejaría que él se sintiera responsable por nada.

—Sí, lo hiciste bien —le dije con una voz tranquilizadora—. Y estoy orgullosa porque creo que fuiste muy inteligente al seguir el plan, fuera cual fuera.

—¿En serio? —preguntó como si eso no tuviera mucho sentido.

—Siempre confié en que harías algo para ayudarme —asentí.

—¿Creíste que yo podía solucionarlo a pesar de que suelo empeorarlo todo? —Él en serio estaba asombrado por eso—. ¿Confiaste en mi torpeza?

—Confié en la inteligencia de mi mejor amigo —lo corregí, aunque el lindo momento de mejores amigos se interrumpió con brusquedad porque me di cuenta de que ahora él tenía su nariz clavada en mi hombro y que estaba aspirando con fuerza por las fosas nasales como un perro curioso—. Nolan, ¿qué demonios haces? ¡¿Acaso me estás oliendo?!

Él inhaló con mayor fuerza como si tratara de reconocer algo.

—¡Sí! Es que resulta que desde que me desmayé me he estado sintiendo muy raro y ahora percibo olores con mucha intensidad —reveló, moviendo la punta de la nariz por mi cuello de forma rápida y exploratoria—. Puedo detectar casi todo por los olores, y lo curioso es que tú no hueles mal como cuando Madelein apareció. El de ella era un olor horrible que no entiendo por qué tenía...

—¿Madelein olía mal? —Quedé muy confundida—. ¿Y de qué desmayo hablas?

—¡UN MOMENTO! —soltó de repente debido a un olor en específico en alguna parte de mi cuello—. ¡Huele...! ¡Huele como...! —Pegó mucho la nariz y de seguro ensanchó mucho las fosas nasales para inhalar—. ¡¿Ese es el rastro de...?!

Alzó la cabeza y ambos nos miramos cara a cara. Su expresión se había transformado en una muy exagerada de total desconcierto.

—¡¿Qué?! —pestañeé.

—¡¿Follaste?! —soltó—. ¡¿Cuándo?!

Okey, me sorprendió mucho que detectara algo que sí había pasado.

Aunque me sorprendió el doble darme cuenta de que en uno de sus ojos, alrededor del iris, se veía un perfecto y delgado aro negro.

Eso era algo que él nunca en su vida había tenido.

—¿Qué tienes en el ojo? —reaccioné de golpe, ya en extremo perdida—. ¿Y qué desmayo fue ese? ¿Cuándo pasó?

—¡¿Tú cuándo tuviste tiempo para follar con Ax?! —rebatió con alteración como si eso fuera más importante—. ¡Es el peor momento!

—¡¿Qué desmayo?! —insistí, también alterada.

—¡¿A ustedes los calienta estar al borde de la muerte o qué?!

—¡Eso en tu ojo no se ve normal! ¡¿Cuándo apareció?!

Empezamos a hacernos preguntas al mismo tiempo en voz alta, y por un momento fuimos dos adolescentes caóticos que necesitaban saber todos los chismes que se habían perdido, hasta que él me interrumpió con los ojos entornados:

—Respuesta por respuesta. —Me señaló en una advertencia de trato.

—Respuesta por respuesta —acepté.

Estuvimos hablando y nos contamos absolutamente todo lo que cada uno sabía sobre sobre cada cosa.

Aunque pasó algo un poco raro.

Cuando intenté contarle sobre eso de haber estado dentro de los recuerdos infantiles de la chica número dos, me descubrí teniendo problemas para evocar con exactitud muchas de las escenas.

Me trabé intentando repetir palabras que había dicho mi padre, y con otras ni siquiera pude pronunciarlas porque de repente no las recordaba...

Pero bueno, incluso le di algunos detalles de haber estado con Ax (porque Nolan pervertido no iba a desaparecer aunque estuviéramos en el fin del mundo).

Hasta que nos quedamos en el tema de Madelein.

—Gesher la estuvo espiando y se dio cuenta de que Madelein estaba teniendo comportamientos extraños —trataba de explicar él—. Como que por un momento... dejaba de ser ella. Sangraba por la nariz, reaccionaba con cierta agresividad verbal a situaciones que la estresaban, y lo más raro fue que en una grabación de su oficina la pilló vomitando y luego... ¿estás preparada para escuchar esto?

—Creo...

—Se comió su propio vómito.

—¡Qué asco! —Arrugué la cara con repulsión.

Nolan asintió lento en un: «lo sé, lo sé».

—Entonces... estaba teniendo comportamientos muy erráticos sin que nadie se diera cuenta. Después de este par de meses él llegó a la conclusión de que alguien le hizo algo, pero esa mujer en definitiva ya no parecía ser ella misma. Y ahora a su cuerpo muertito le están haciendo pruebas para ver qué encuentran.

—Qué extraño... —admití, medio pensativa—. ¿Cómo alguien puede... transformarse así?

—No lo sé, pero aunque hemos visto a Ax comiendo gusanos, laboratorios secretos con celdas, y que por eso mismo puedo decir que ya nada me sorprende mucho, esto sí que fue muy pero muy raro —admitió Nolan— porque cuando ella me estaba atacando, sentí que... era otra persona. Como que dentro de ella había un monstruo. ¿Sueno muy loco?

—Me acabas de decir que ahora de la nada puedes detectar olores e incluso te apareció un aro en el ojo —le recordé en un suspiro— ya no sé qué es lo más loco, ni tampoco qué es lo más peligroso.

—Oye, ¿y sabes qué también es curioso? —mencionó él como si se acabara de acordar—. El bichito de metal que encontramos me salvó de ser asesinado por Madelein, luego se subió a mi hombro, pero cuando yo iba a ayudarte porque sentí que estabas en peligro, saltó y desapareció por el techo... Pero la cosa es que me ayudó, ¿cómo es posible que pasara eso?

Me quedé algo asombrada por el hecho de que esa cosita de metal lo había ayudado. Pero no hubo tiempo para profundizar en eso porque de repente la puerta de la habitación se abrió.

Eran Gesher y Teodorus, el padre de Nolan. Él iba con su usual bata médica y Gesher con su uniforme, intimidante.

Al verlo sentí una punzada de rabia, pero disimulé.

—¿Por qué la chica atacó a Ax de esa forma? —me preguntó Teodorus, desconcertado, en cuanto ambos se detuvieron junto a la camilla.

De acuerdo, la situación ya era más grave, así que debía ser sincera. No era algo que pudiéramos enfrentar solo Nolan y yo.

Solo que, de nuevo, en el intento de resumir lo mejor posible las cosas que había visto en los recuerdos de la chica número dos, mi mente se llenó de nubarrones que no me permitieron unir cabos por completo.

De hecho, las imágenes mentales fueron un poco más difíciles de alcanzar.

Me extrañó, pero usé las partes más claras:

—Ella quiere ser la número uno —les confesé, forzándome a resumirlo—. Y creo que trató de quitarle los poderes a Ax sin importar si eso iba a matarlo. Lo sé porque lo vi en sus recuerdos.

—¿En sus recuerdos? —Teodorus quedó intrigado.

—Ax y yo tratamos de desbloquear lo que ella no nos permitía ver —expliqué—, pero parece que se dio cuenta, despertó e intentó evitarlo, y no sé cómo, pero durante ese caos del choque entre el poder de Ax y el de la chica, caí en un par de recuerdos que le pertenecían a ella. La chica quiere su lugar, lo ha querido desde hace años porque mi padre prometió dárselo, pero creo que él no lo cumplió porque MANTIS nunca permitió que intentaran algo así, ya que eso podía matar a todos los individuos. —Desvié la mirada, medio inquieta—. Esto que diré sonará horrible, pero... no pueden dejar que ella despierte por ahora. Si recupera sus poderes podría atacar a Ax de nuevo. En verdad iba a acabar con él...

Gesher se mantuvo quieto con las manos juntas por delante como un soldado que solo escuchaba.

Teodorus, por su parte, pestañeó y hundió las cejas, aún confundido.

—Pero eso de ser la número uno... —dijo como si le fuera difícil creerlo—. ¿Tu padre en verdad se lo prometió?

—Supongo que iba a ser un gran logro científico para él... —asentí. Luego sacudí la cabeza, otra vez confundida por lo poco que podía evocar—. No lo sé, en los recuerdos se veía muy obsesionado con todo lo que tenía que ver con los poderes de ella —suspiré, nada contenta de admitirlo, pero lo hice—: Mi padre estaba insanamente fascinado con el proyecto STRANGE, ya lo confirmé. Él pensaba que la chica número dos era la más poderosa de todos. Creo que en cierto modo todo eso lo volvió loco.

Teodorus miró al suelo, muy pensativo.

Ni idea de por qué parecía que no les encontraba sentido a mis palabras, pero yo solo estaba diciendo la verdad.

¿No me creía?

—¿Viste algo más sobre la noche en la que él te encontró espiándolo desde la cocina? —me preguntó Gesher—. ¿Como el rostro del hombre que lo acompañaba?

—No vi el rostro, pero esa noche mi padre bajó a su laboratorio y le contó a la niña sobre algo que había descubierto junto al director de MANTIS. Supongo que ese "director" que él mencionó debe ser el mismo que ustedes descubrieron que ahora es el director de esta organización.

—De acuerdo, entonces Godric y el ex director de MANTIS trabajaron juntos en todo —dijo Gesher—. Eso ya lo tenemos claro.

—Excepto en su plan de hacer a la chica la número uno —aclaré— porque mi padre mencionó que el director no quería eso, que lo que él quería era matar a los individuos.

Nolan intervino, orgulloso de tener información que respaldaba lo que se estaba hablando:

—Eso es cierto. En la llamada que el director tuvo con Madelein, ella dijo que matarlos era lo que él tanto quería, pero al parecer él necesitaba más tiempo. ¿Para qué? No lo sé, pero todo apunta a que ese tipo sí quiere deshacerse de ellos.

Al escuchar eso me pregunté: si ella y él tenían el mismo objetivo contra los STRANGE, ¿por qué estuvieron en desacuerdo en esa llamada?

Agh, era todo un maldito enredo.

Gesher miró a Teodorus.

—Cox, diles lo que encontramos en Madelein —le pidió.

—¿Qué encontraron? —quise saber, temerosa de que todo pudiera ponerse el triple de peor.

En los ojos del padre de Nolan se notó cierta preocupación.

—Bueno, según los resultados de los análisis de Madelein... —dijo con una nota de suspenso—. Había algo de sangre de los individuos de STRANGE en su cuerpo.

Nolan y yo lo soltamos al mismo tiempo:

—¿Qué?

—Es que es muy confuso, porque creo que ella intentó alterar su humanidad a través de inyecciones hechas con la sangre de los individuos —nos explicó Teodorus con detenimiento—. Es decir, los resultados arrojaron una coincidencia con el ADN de los individuos. No entiendo por qué. Convertir a un humano normal en un STRANGE es imposible. Y quedó más que demostrado porque todo su cuerpo, su cerebro y su propia sangre se contaminó con esas inyecciones. Pero sí, básicamente eso fue lo que la transformó de esa manera tan monstruosa.

La explicación fue clara, pero a mí me dejó muy perpleja una sola cosa.

—¿O sea que ella misma se inyectaba sangre de los individuos? —pregunté a pesar de que lo había oído, pero es que quería una total confirmación.

—Sí —asintió Teodorus—. Y nosotros no teníamos muestras de la sangre de los individuos hasta que llegaron aquí, porque solo eran accesibles para MANTIS. Entonces puedo asumir que Madelein las empezó a robar de las muestras que tomamos de Ax, Vyd y la chica antes de que escaparan.

Me quedé en silencio con un solo pensamiento: No.

Eso no podía ser posible.

Era lo que me había dejado atónita y fría, el hecho de que ninguno de ellos había estado realmente dentro de la organización. Las muestras solo eran ilusiones creadas por la chica número dos, no provenían de sus cuerpos reales.

Pero no podía decirlo.

No lo dije.

—¿Entonces desde que llegamos aquí ella estuvo tratando de convertirse en una de ellos? —preguntó Nolan con la nariz arrugada en un gesto de asco por la intención tan desagradable.

—Obtener poder podía ser una de las razones por las que lo intentó, pero también pudo haber muchas más —respondió Gesher esa vez—. No lo sabemos y ya no puede decirnos, pero me encargaré de apresar a las personas que la ayudaron con ese experimento, porque tuvo que haber necesitado más que solo la sangre. Es posible que ellos tengan algunas pistas.

No entendí cómo lo había logrado si cada vez que habían sacado una muestra de sangre lo habían hecho a una ilusión, a un engaño al cerebro...

—Mack, ¿viste algo más en esos recuerdos de la chica número dos? —me preguntó Teodorus—. ¿Algo que podamos considerar importante?

Dios, ni siquiera estaba segura de si debía confesar todo.

Pero las cosas estaban enredándose cada vez más, volviéndose más peligrosas. ¿Quién más iba a ayudarnos?

Si es que de verdad podíamos recibir ayuda real de alguien...

—Sigo sin estar segura de la razón por la que ese recuerdo de la cocina en específico estaba bloqueado en mi mente, pero resulta que esa noche vi algo que mi padre descubrió junto al director —revelé, tomando el riesgo—. Es una caja, pero todo con ese objeto fue muy confuso...

—Intenta explicarme así sea lo más confuso posible, por favor —me animó Teodorus, muy interesado.

Nuevamente me forcé a encontrar en mi mente los trozos de momentos en los que la caja estuvo ahí, pero por alguna razón solo me causé un enredo a mí misma.

Me pregunté si estaba tan embrollada porque tal vez había sido mucha información recibida demasiado rápido.

¿Quizás por eso mi mente no podía ordenarla...? Pero también, estar allí había sido muy inestable con la chica persiguiéndome.

Raramente, algunas cosas ya estaban algo difusas a pesar de que podía asegurar que escuché muchísimo...

De todos modos, seguí soltando lo que iba llegando a mi cabeza:

—Dijo que la caja les pertenecía a los individuos porque la encontraron en la cueva en donde ellos nacieron. Quiso que la niña le dijera si la recordaba, pero ella no tenía ni idea de qué era. Luego... mi padre en verdad parecía muy alterado porque yo la vi aquella noche. Y tiempo después bajó al laboratorio y le dijo a la chica ya adulta que nadie, ni siquiera el director, debía acceder a ella. Pero lo más curioso siempre fue eso, que Godric lucía demasiado decidido a ocultarla de todo el mundo. Era como si le asustara mucho la idea de que fuera encontrada. ¿Tiene... sentido todo esto?

Ni Gesher ni Nolan demostraron encontrarle sentido. Fue Teodorus quien alzó las cejas, de repente muy extrañado por algo.

—Espera un momento... —murmuró, y luego miró rápido a Gesher, muy asombrado—. ¡Cuando te reuniste con ese ex empleado de MANTIS para obtener información y grabaste la conversación, recuerdo que él también mencionó algo sobre una caja!

—¡Ah, es cierto, es cierto! —reaccionó Nolan con mucha más sorpresa, al parecer también recordando lo mismo—. El tipo dijo esto: «pero los rumores iniciados por alguien que sí estuvo presente durante ese juicio aseguraron que el director había enloquecido. Al parecer, para defenderse dijo cosas sobre que el proyecto STRANGE debía ser eliminado, cosas sobre una caja que había que encontrar, sobre que el científico que antes había sido su preferido, era un peligro porque estaba ocultando la verdad...».

—El director no enloqueció después de todo —comentó Gesher.

Teodorus hundió las cejas alzadas, esa vez en un gesto de análisis mental, y empezó a dar pasos por la habitación como uno de esos investigadores teniendo su momento de deducción.

Lo escuchamos murmurar:

—No, no estaba loco. Podemos ver que todo lo que dijo el ex empleado era cierto. Y ahora sabiendo que tu padre y el director trabajaron juntos, podemos asumir que Godric era su científico favorito...

Nolan puso una cara de: «raaaro».

—Recuerdo que Godric le dijo a la niña que ambos, en secreto, estaban tratando de descubrir su origen —añadí por si eso ayudaba—. Es decir que sentían un profundo interés mutuo por los individuos, ya que ellos estaban haciendo algo que al resto de MANTIS no le interesaba. Debían de sentir la misma fascinación por el proyecto, ¿no?

Teodorus siguió uniendo cabos con mucha seriedad:

—Sí, me parece que los dos eran un equipo. Pero es obvio que luego dejaron de serlo porque el director dijo que ese científico estaba loco. Por alguna razón, él dejó de creer en el proyecto STRANGE y de sentir lo mismo que Godric, tal vez hasta se puso en su contra. Pero, ¿por qué? ¿Qué causó esa separación e hizo que el director acusara a Godric de esconder una verdad? Y ahora supongamos que esa caja de la que él también habló en el juicio sea la misma que viste que tenía tu padre... ¿Por qué el director dijo que había que encontrar una caja que Godric enfatizó que nadie podía encontrar? ¿Será esa caja la que contiene... la verdad?

—También se nota la división porque en los recuerdos era obvio que mi padre quería que los individuos vivieran, y ahora el director dio a entender en la llamada que quiere matarlos —añadí yo a los cuestionamientos—. Es decir, podemos asumir que Godric los quería vivos porque eran su obsesión, sobre todo la niña, pero ¿por qué razón en cada recuerdo estaba eso de que el director de MANTIS deseaba asesinarlos?

Teodorus asintió lento.

—Y la verdad no tendría sentido que el mismo director los quisiera muertos si los STRANGE siempre han sido la fuente económica más grande de MANTIS. Su muerte habría implicado el derrumbe de la empresa —teorizó, intrigado y desconcertado en niveles iguales—. Entonces, ¿qué fue tan grave como para ambos dejaran de pensar igual? ¿Qué los hizo cambiar de opinión? Siento que nos falta mucho más contexto. Todo esto debe estar incompleto...

—A menos que ese ex director en secreto odiara a MANTIS y solo quería matar a los individuos para que la empresa se fuera a la verga. —Nolan también emitió su propia teoría con una risa nerviosa.

Pestañeé, mirándolo. En realidad, eso no sonaba tan loco... ¿O sí?

Otra vez intenté traer todos los trozos posibles. Y otra vez fue extrañamente complicado.

—No lo sé, porque en todos los recuerdos el temor que se veía en mi padre cuando hablaba del director, me hizo entender que ese hombre era muy peligroso —pude admitir—. Aunque si tanto desea matarlos, ¿por qué pedía tiempo en esa llamada con Madelein que ustedes escucharon?

—Mack, espera, ¿en algún momento Godric fue más específico acerca del porqué nadie puede encontrar la caja? —preguntó Gesher.

Tuve la gran certeza de que lo había escuchado, pero ¿en cuál parte?

Así que me quedé allí, mirando a la nada con las cejas ligeramente fruncidas, con todo el peso de los demás a la espera de mi respuesta.

Pero fui incapaz de alcanzar otra vez gran parte de las cosas que sabía que había presenciado. Solo empecé a sentir un pequeño dolor de cabeza.

—Sé que lo escuché, pero no puedo recordarlo... —admití, desanimada por no encontrar la respuesta—. No sé por qué estoy segura de que vi todo y ahora la mayoría de las cosas están difusas...

Gesher intervino con un gesto de que lo tomáramos paso a paso, porque el ambiente se tornó un poco angustiante para todos.

—¿Al menos recuerdas si en algún momento Godric dijo en dónde se encuentra? —me preguntó.

Eso sí estaba claro para mí. Incluso me causó un escalofrío tener que decirlo.

—En la mansión —revelé tras unos segundos—. Él la escondió allí.

—¡Ah, un momento! —intervino Nolan de nuevo. Como si otra vez se hubiera acordado de algo—. Hay algo que también deberíamos pensar. ¿Por qué Madelein ordenó que trataran de llegar a lo que estaba bloqueado en la mente de Mack? ¿Cuál de todas las partes que Mack vio, quería saber ella?

—Es cierto, yo seguí sus órdenes —concordó Gesher, pensativo—. Es decir, primero dijo que era para saber a dónde habían ido los individuos, pero luego dijo que necesitábamos llegar a la parte bloqueada. ¿Qué quería encontrar?

Sabiendo que Madelein se había inyectado sangre de los STRANGE, quién sabía para qué, tuve la ligera sospecha de que tenía que ver con ese asunto.

De hecho, a mi mente llegó algo sobre unas células y unas moléculas que se podían mover y quise decirlo para ver si Teodorus lo entendía...

Pero en ese instante la puerta se abrió abruptamente y alguien irrumpió en la habitación tan rápido que nadie pudo detenerle.

¿Quién era? Ni idea.

Pero la extraña figura avanzó hacia mí a pasos tambaleantes y apurados, como quien va hacia algo que necesita alcanzar con urgencia. Llegó a la camilla en donde yo estaba paralizada de la impresión, y puso sus dos manos alrededor de mi cara, buscando algo en mi rostro.

Su toque estaba muy frío. Me hizo pensar en un océano...

Pero sí, todo fue tan inesperado y confuso que todos reaccionaron tarde.

—¡¿Qué es eso?! —Nolan fue el primero que demostró su horror, y se adelantó con toda la (espantada) intención de arrancarme a la figura desconocida de encima.

Pero Gesher se apresuró a evitarlo y lo agarró del brazo.

—¡Es el individuo número cinco que rescataron junto a los demás individuos gracias a la explosión de energía! —informó para que Nolan no intentara defenderme de forma violenta.

—¡Pero la está atacando! —Nolan trató de zafarse para llegar a mí.

—No, no me está atacando —salió de mi boca sin pensar—, y no te acerques.

En realidad, yo no tenía ni idea de eso. Pero no me sentí en peligro a pesar de que esta persona desconocida estaba invadiendo mi espacio personal.

Aunque, el saber que era parte de STRANGE también me hizo reaccionar de una forma familiar y comprensiva, por lo que decidí quedarme quieta, esperando a ver qué haría.

Contemplé el rostro frente a mí, tan cerca que cada detalle solo me paralizó más:

No tenía cabello, su piel era agrietada como un suelo reseco, grisácea y opaca. Su boca fina y larga. Sus cejas delgadas y claras. Sus rasgos afilados y extraños.

Tenía una imagen andrógina bastante peculiar e interesante...

Genéticamente, ¿era un chico? ¿era una chica? ¿O ambos? ¿O ninguno? No logré definirlo, y eso mismo me pareció absolutamente especial.

Aunque el resto de su cuerpo inspiraba más pena que miedo, porque un tanque (aparentemente de reserva de agua) le salía de la espalda y le abarcaba desde la espalda baja hasta la parte trasera de su cabeza.

Sabiendo que MANTIS había modificado a muchos de ellos, no dudé de que ese tanque estuviera incrustado en su cuerpo.

Y de que durante todo su tiempo de encierro lo había pasado muy mal, porque le habían vestido con una bata blanca, pero se le veían los brazos muy delgados, las clavículas muy marcadas y el cuello largo con la piel pegada a los desnutridos músculos.

Por último, a pesar de que su mirada lucía desorientada, como si estuviera batallando entre la consciencia y el desmayo, sus ojos eran algo que pude identificar como cristalinos, porque parecía que luz se reflejaba en ellos y permitía admirar una mezcla tornasol dentro de sus iris.

Muy hermosos...

Me encontré entonces experimentando la misma empatía que había sentido hacia Ax cuando lo encontramos herido en el patio. La misma compresión y simpatía...

—¿Estás bien? —me atreví a preguntarle mientras seguía escrutando mi cara, ya que su estado no lucía muy coordinado.

Movió los labios como si quisiera decir algo.

Pero ningún sonido salió de su boca.

—No entiendo —fui sincera.

De nuevo me pareció que formó una palabra con el movimiento de sus labios, pero tampoco oí nada.

—Este individuo no puede hablar —reveló Gesher al notar que yo estaba luchando por comprenderlo.

—¿No? —Quedé atónita.

Gesher asintió.

—Podría decirse que es mud... —Por un momento se confundió en cuanto a cómo debía referirse a número cinco para no equivocarse. Luego sacudió la cabeza y lo resumió—: Solo no es capaz de hablar.

Otra vez, sus labios se movieron, pero no lograba captarlo... ¿una "L"? ¿"le..."? ¿"lle..."?

—¿Y cómo se comunicaba entonces? —pregunté, genuinamente confundida.

—Tal vez... no lo hacía —me respondió el padre de Nolan con cierto pesar—. O nunca lo ha hecho.

Oh joder, ¿había sido obra de MANTIS?

De todas maneras, número cinco volvió a mover los labios para formar una palabra, pero en esa ocasión junto a un gesto de dolor.

En verdad parecía que iba a desmayarse, y también parecía que aun así necesitaba decirme algo con mucha urgencia.

—¿Llé...? —traté de pronunciar yo misma a medida que su boca se movía—. "Llé" ... "pa"... no, "ba"... no, no...

—Creo que es un "va" —dijo Nolan con los ojos entornados, ahora analizando también lo que número cinco trataba de decir.

—¿Lleva...? —seguí intentando de descifrar—. Sí, "llévame..." ¿no? No, "¿te?" ¡Llévate!

—"Lo" —completó Nolan de pronto.

Formé la palabra en mi mente. Al darle sentido, sentí la ligera inquietud de la confusión. Pero también un mal presentimiento.

Luego la repetí:

—¿Llévatelo? 


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