Cap 199

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Solo tuyo.

"Cariño, ¿recuerdas tu promesa?", Hyun levantó la vista de su pecho, mirándolo esperanzado. No estaba seguro de si eso contaba como amor, pero todo lo que quería en ese momento era la confianza de Saeng.

"Sí, por supuesto. ¿Por qué de pronto me lo preguntas?", dijo con curiosidad, rodeando con sus brazos el cuello de Hyun.

"Por nada. Tenía miedo de que lo hubieras olvidado". Como no quería que ese asunto afectará sus deberes militares, Hyun decidió mentir al respecto. Debido a que las cosas habían llegado demasiado lejos, su incertidumbre había aumentado.
La confianza que mostraba JaeJoong le provocaba pánico. Debía tener mucho cuidado de llegar al fondo de eso, de modo que pudiera desenmarañar ese lío.

Saeng le hizo una mueca. "¡Me estás tratando como a un niño de tres años! Relájate, tu coronel no es tan olvidadizo". Juguetónamente, él le pellizcó la cara. Tuvo que pellizcar con más empeño porque su piel era muy lisa. ¿Cómo era posible que su piel fuera tan delicada?

"Ouch, ¿estás tratando de arruinar mi rostro?". Él tomó su mano, preguntándose si tenía algo en contra de su cara. ¿Por qué lo había pellizcado tan fuerte?

"¡Sí! Una vez que te haya desfigurado, sólo serás mío", dijo con una mirada seria y maliciosa. Siempre y cuando Hyun no se viera tan deprimido como unos momentos antes, estaría feliz él. Verlo así sólo la hacía entristecer.

"No te preocupes. No necesito que me desfigures para ser sólo tuyo". A él no le importaba si hablaba en serio o no. Estaba dispuesto a creer todo lo que le decía, incluso si sólo era para consolarlo. Estaba dispuesto a aceptar cualquier cosa.

"¡Recuerda lo que acabas de decir! No coquetees con nadie a mi espalda, o acabaré contigo", Saeng se le había acercado para susurrarle esa amenaza al oído.

"Cariño, ¿por qué no acabas conmigo ahora mismo? Me encantaría que abusaras de mí", dijo él sonriendo maliciosamente. Sus manos habían comenzado a recorrer su cintura con frenesí.

"Basta. No he terminado de leer los informes", Saeng atrapó sus manos errantes. Él intentó zafarse de su abrazo, pero de repente él lo levantó y lo cargó en sus brazos.

"Hyun Joong, ¿qué estás haciendo?", gritó mientras se aferraba al cuello del hombre.

"Termina de leer esos informes mañana. Iremos a la cama ahora mismo", le dijo descaradamente. Llevándolo en brazos, se dirigió hacia el dormitorio con un sólo propósito.

"¡Pero tengo más trabajo que hacer mañana!", respondió poniendo los ojos en blanco. Las intenciones de Hyun eran demasiado obvias. Él lo devoraría de nuevo esa noche.

"Haces mucho alboroto". Tan pronto como entraron en el dormitorio, él lo beso ansiosamente, causándole una oleada de sensaciones con su contacto. "Hm...", como no esperaba tanto entusiasmo por parte de él, respondió a su pasión de manera instintiva.

Hyun lo llevó hasta la cama. Dejándolo caer rápidamente, se puso encima de él sobre el suave colchón, y jadeó ligeramente al mirarlo profundamente a los ojos.

"Cariño, ¿puedo?", le dijo sonriendo con malicia. Sus palabras educadas contradecían sus acciones lascivas, haciendo que Saeng quisiera abofetearlo. ¿Acaso no estaba ya encima de él? ¿Qué necesidad había de decir eso?

Saeng lo abrazó por el cuello y, sin previo aviso, le dio un apasionado beso. Lo había tomado con la guardia baja. Ese hombre siempre sabía cómo sorprenderlo.

"¡Cariño, no estás prestando atención!", la voz seductora de Saeng resonó en sus oídos. Si él iba a dejarlo en suspenso por un rato, definitivamente iba a mostrarle lo que era el verdadero dominio.

Él sonrió con alegría. "¡Bebé, cada vez eres más atrevido!". La admiración y la felicidad se traslucían en los ojos de Hyun, quien levantó las cejas hacia Saeng mientras lo observaba.

"¡Carajo! ¡Tú me enseñaste a ser así!". El no pudo evitar maldecirlo al ver su maliciosa sonrisa. ¿Desde cuándo era tan tímido? ¿Por qué no simplemente se dejaba llevar?

¡Ah! Si Hyun hubiera sabido lo que él estaba pensando en ese momento, la expresión de su rostro probablemente habría sido muy diferente. Definitivamente no sería simplemente la sonrisa feliz que portaba en ese momento.

"Bien. Ahora mismo te enseñaré a ser realmente atrevido". Enredando sus manos en el cabello de Saeng, Hyun se fue acercando hasta que pudo besarlo. Los ojos de él se iluminaron de felicidad al responderle apasionadamente. Su cuerpo se fue relajando bajo la influencia de sus caricias.

En la cama, Hyun solía actuar como un príncipe noble, amable y gentil, pero esa noche había algo diferente en él. Trató a su chico con más rudeza, probablemente debido a las palabras de JaeJoong.

El sexo fue la válvula de escape de toda su angustia y ansiedad. Sólo así sería capaz de sentirse seguro de que el hombre cautivador que yacía debajo de él era verdaderamente suyo. Nada ni nadie podría cambiar ese hecho.

Saeng no dijo nada cuando percibió la ansiedad de Hyun a través de sus acciones, sino que simplemente se acurrucó contra su cuerpo para estar más cerca de él. Él sería capaz de darle a ese hombre lo que le pidiera sin siquiera detenerse a reflexionar en ello. No importaba lo cruel que fuera, era la única persona a la que amaba.

Pero él no se lo hizo saber, prefería guardárselo hasta que estuviera seguro de que él le pertenecía, pues esa era su última línea de defensa. Sin eso, su existencia no tendría sentido, y no podía permitirse perderlo nuevamente.

Hyun trataba obsesivamente de despertar todo el deseo y la lujuria de Saeng, deseando que cada una de sus tentadoras expresiones se debieran a él.
¿Por qué tenía que haber llegado JaeJoong en ese preciso momento, para causarle problemas? ¿Se había tratado de algún movimiento calculado o era una simple coincidencia? Tenia que resolver ese asunto.

De modo que había entrado en panico y estaba confundido. Todos esos comportamientos inusuales en él lo llevaron a enfrentar un hecho inevitable: Saeng ya no era solamente una obligación. Había muchas emociones involucradas que no lograba entender.

La noche avanzaba un tanto que ese chico sensual y ese hombre intoxicante hacían el amor. La brillante luz de la luna se coló atravez de las ventanas y de las capas de las cortinas de seda hasta la habitacion se llenó de su calida medida que sus acciones se volvieron más frenéticas.

Continúa....
Un verdadero amor,  2a parte.

Un verdadero Amor. 1a Parte.Where stories live. Discover now