Te dejo en libertad

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-Me hubiera gustado tanto que me llegaras a amar tanto como amas a Malfoy- Finalizaba Cormac haciendo que la castaña se ruborizara y sorprendiera sobre manera, no tenía idea de cómo se habría enterado de todo aquello el chico, pero en ese momento alguien se aproximaba nada contento, un aroma a encino dulce platinado.

-McLaggen!- Draco estaba realmente molesto pero no con él, sino con Hermione por haberle mentido sobre los sentimientos que Harry tenía hacia ella.

-Esta conversación es privada Malfoy que rayos haces aquí?- Cormac estaba de lo más tranquilo mientras que Hermione se le habían ido las palabras de la boca, sabía de antemano que se había delatado.

-Nada que te interese idiota, yo soy libre de andar donde se me pegue la gana ¿Como ves?- Draco estaba irritado poniéndose frente al castaño en actitud desafiante, deseaba descargar su ira con el primero que se le atravesara por el camino y el Hufflepuff representaba esa grandiosa oportunidad pero en ese momento Hermione los apartaba.

-Basta ya!, ¿Acaso no tuvieron suficiente ustedes dos con lo que paso en el campo de Quidditch?- Hermione estaba preocupada ya que conocía a la perfección el carácter de los dos chicos, y sabía que no iba a resultar nada bueno de todo eso.

En ese momento Draco observó a la castaña, era obvio que estaba enojado con ella por ocultarle lo de Potter pero recordó la ocasión que lo había curado con las hojas de Maple a pesar de que en ese tiempo estaban separados, por lo que decidió no tratar mal a la castaña. En cambio Cormac decidió que era el momento de terminar aquella pantomima.

-Pues pregúntaselo a él, que fue quien intentó aturdirme en lugar de buscar la snitch, creo que te ama tanto que no soportó verte conmigo otra vez, ¿No es así Malfoy?- Cormac fulminó el coraje que sentía Draco cambiando radicalmente su estado de ánimo, en ese momento el platinado estaba contrariado, no creía que ya estaba enterado de la relación que tenía con ella.

-No digas estupideces McLaggen, sabes que entre esta.... esta....- Malfoy definitivamente no podía decir el calificativo que humillaba a la castaña, pues ahora eran palabras que lo herían a él.

-Lo ves?, ya no la llamas como antes- Cormac hizo una pausa mientras que la castaña estaba conteniendo la ira del platinado y miraba con suma vergüenza a su ex novio.

-He visto como la miras Malfoy, mejor dicho, he visto como se miran mutuamente, y si me lo preguntas, al principio me costó trabajo aceptarlo pero me di cuenta de que no podía competir contigo, siempre supe que había algo más que odio entre ustedes dos- Cormac daba ahora en el blanco, tanto que Malfoy no podía articular una sola palabra.

-Hermione, vi como lo curabas en la enfermería, jamás en la vida te he visto más preocupada por alguien- Cormac se dirigía a la castaña quien no se atrevía a mirarlo siquiera pues ya no le quedaban mentiras que elaborar, en ese instante Draco estaba helado pues todo aquello era verdad.

-Cuando Hermione volvió conmigo en las tres escobas, lo hizo para darte celos debido a que se enteró de lo de Astoria, mientras que en ese momento tu mirada no era de odio, conozco esa mirada y era de desesperación- Finalizaba el chico quien estaba derramando lágrimas por recordar todo lo anterior a las vacaciones, en ese instante Draco se ablandó y comprendió el estado del chico, pues él había sentido eso mismo cuando se vió forzado a abandonar a Hermione.

-Desde cuando lo sabes?- Comentaba bastante serio el platinado mientras que miraba a la castaña en señal de que no tenía alternativa.

-Desde el año pasado Malfoy, pero no te preocupes, su secreto esta a salvo conmigo, jamás diré nada- Mencionaba Cormac secándose las lágrimas observando que la castaña estaba apunto de llorar, en ese momento la miró con dulzura cosa que hizo que la chica tuviera el impulso de abrazarlo.

-Perdóname Cormac!... esto.... no lo decidí yo, tu eres un gran chico y te quiero mucho, no te mereces esto- Hermione lloraba en los brazos de McLaggen y por primera vez Draco no sintió celos, conocía muy bien la naturaleza de la mujer que amaba pues sabía que le dolía bastante lastimar a otros. Hermione lloró por un rato y McLaggen la apartó tiernamente secando sus lágrimas.

-Yo también te quiero Hermione, eres una gran chica, que ama de verdad y con mucha intensidad, comprendo lo que ustedes dos han tenido que soportar, un amor así merece sobrevivir- Cormac finalizaba con una gran sonrisa mientras que la chica se apartaba un poco, en ese instante el castaño se puso frente a frente con el chico y le tendió la mano.

-Prométeme que la protegerás Malfoy, la dejo en tus manos, por que si me entero que la haces sufrir esta vez no dudare en ser yo quien te pueda patear el trasero- Comentaba Cormac con una sonrisa retadora, mientras que Draco le estrechaba la mano fuertemente.

-Con mi vida McLaggen, tenlo por seguro, y gracias por guardar este secreto, en adelante tienes mi respeto- Draco también sonreía seriamente, pues estaba conciente de que McLaggen era un gran ser humano.

En ese instante el chico se despidió de aquellos dos para dirigirse nuevamente a su siguiente clase, y aunque estaba algo triste por no ser correspondido por Hermione, se sintió bien de poder ayudarlos, pues no debía ser fácil ocultar aquel amor marginado por las clases sociales y los abolengos de sangre. En ese momento Draco no le importó y abrazó a su castaña para desaparecer con ella a otro lugar donde no pudieran verlos, notó que la chica seguía llorando de tristeza pero la comprendió, después de todo no esperaba que se revelase en aquel momento su relación y menos con su exnovio.

-McLaggen es un gran tipo- Comentaba Draco consolando a la castaña mientras que ella se apartaba un poco con una tierna sonrisa.

-Es un gran hombre, pero al que amo es a ti, y quiero que eso nunca se te olvide- Hermione lo volvía a abrazar haciendo que Draco se sintiera más feliz, pues si en ese momento había terminado su alción con el castaño, comenzó a comprender más y más los sentimientos de su Hermione.

-Perdóname por ser un celoso, pero es que a veces siento que te quiero solo para mi, eres tan hermosa, tan sensual, tan inteligente, y sobre todo tienes un corazón bondadoso, incluso me he preguntado que haces con un tipo arrogante y ególatra como yo- Draco le acariciaba las mejillas mientras que la chica le tomaba la cara con las manos mirando aquellos ojos grises.

-Te amé desde el primer momento en que te vi, arrogante, ególatra, presumido, terco y obstinado. Creo que eso es lo que más adoro de ti- Hermione le daba un beso apasionado en los labios, mismo que correspondió el platinado de la misma manera.

Aquellas dudas que Draco tenía sobre su castaña se habían evaporado, al ver la forma en la que la chica lo amaba simplemente se sentía otro, era obvio que su naturaleza era el ser celoso y posesivo, pero Hermione lo estaba enseñando a confiar, a otorgar la libertad de amar sin cadenas, una lección que ahora estaba bien aprendida por el platinado pues aquel amor ahora era a prueba de todo, y ese amor no solo representaba su felicidad sino una enseñanza de vida que ni su padres ni el colegio Hogwarts le habían dado a conocer.

Si me amas... No se lo digas a nadieWhere stories live. Discover now