No se lo digas a nadie

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-No, no me refiero a eso, como pudiste guardar tu sola ese secreto?- Ginny abrazaba a su amiga quien por fin comprendía por todo lo que tuvo que pasar su amiga ocultando aquel amor.

-Fue un pacto entre los dos, debíamos hacerlo, pero ahora es diferente, el ya no me ama solo me utilizó para sacar información de Harry- Indicaba tristemente la castaña, pero su amiga todavía tenia sus dudas, ya que no era posible que aquello pasara.

-Hermione, no será que te está protegiendo?- Ginny se sorprendió sobremanera con aquella posibilidad ya que estaban hablando del frío y mezquino Draco Malfoy, quien no merecía el beneficio de la duda pero mas que nada la pelirroja tenía sus dudas.

-No, te mostraré la razón por la cual no me esta protegiendo- Hermione le mostró en aquel instante el broche de Cronos mientras que la pelirroja aún no entendía como aquella joya le daba a entender tal conclusión, así que la castaña le despejó la incógnita.

-Este broche nos ayudaba a detener el tiempo, este cristal rojo originalmente es un diamante, se torna de ese color cuando el amor es verdadero- Hermione le mostraba la piedrita roja y continuó.

-Cuando lo vi en BURGIN Y BURKES me mostró el suyo y era totalmente blanco, además si me estuviera protegiendo de algo creo que sería tarde, el es un mortifago Ginny y ni si quiera yo puedo cambiar eso, nuestro amor esta condenado por la maldita sangre- Finalizaba Hermione guardando el broche después de habérselo prestado a la pelirroja para que lo apreciara.

-Y por esa razón volviste con McLaggen, creo que ahora lo estas engañando, perdóname que te lo diga pero él se ve entusiasmado contigo, y no por que te haya puesto el cuerno una vez con Astoria lo hace mejor que tu en ese aspecto- Comentaba la pelirroja reprendiendo un poco a su amiga por aquella acción, mientras en ese momento la castaña se levantaba.

-Lo hice por dos razones Ginny, la primera es para olvidarme de Draco Malfoy y la segunda es para que Harry no intente siquiera acersarse, perdóname pero no siento por Harry mas que amistad, - La pelirroja aunque no lo pareciera le reconfortaba aquella respuesta ya que por sobre todas las cosas Hermione demostraba ser leal a sus amigos, en ese momento la castaña volvió a hablar.

-Te puedo pedir algo Ginny?- Preguntaba la castaña al mismo tiempo que aspiraba aire.

-Dime Hermione, lo que sea- Ginny se levantó de la cama para escuchar aquella petición.

-Prométeme, mejor dicho jurame que si me llegara a pasar algo, tu te encargaras de ellos, me refiero a Ron y a Harry, es decir, quiero que tomes mi lugar como cerebro del equipo- La petición de la castaña dejó bastante impresionada a Ginny tanto que se llevó una mano a la boca pensando lo peor, se imaginó de pronto que nunca volvería a ver a su amiga o que estaba dispuesta a cometer una locura.

-No te entiendo Hermione, me estas dando a entender que tu te irás?, por Malfoy?- Ginny corrió para ponerse al frente de la castaña todavía incredula y estupefacta de aquella petición.

-No lo se Ginny, las marionetts me están buscando, no me preguntes para que ya que ni yo misma lo sé, pero lo que si sé es que Harry aún tiene su lucha contra Voldemort y no quisiera dejarlo solo, hay tanto que le falta por descubrir y si algo me llegase a suceder quiero que seas tú la que lo cuide- Hermione miraba decidida a la pelirroja pero ésta no articulaba palabra alguna, pensaba que en cualquier momento la castaña huiría de Hogwarts en una misión suicida.

-Hermione pero no puedes, no permitiré que tu…- Ginny fue interrumpida por la castaña ya que necesitaba solo una respuesta.

-Júramelo Ginny, te acabo de confesar toda la verdad para que veas a que grado te tengo confianza y te quiero como una hermana, creo que es justo que me correspondas igual ¿No te parece?- Hermione tomaba furtivamente los hombros de la pelirroja esperando que le contestara, mientras que Ginny solo asentía con la cabeza difícilmente.

-Júramelo Ginevra Weasley- Alzaba un poco la voz la castaña.

-Te lo juro Hermione, cuenta conmigo- Finalizaba difícilmente la pelirroja. Seguido a esto la castaña le dio un fuerte abrazo en señal de aprobación, después decidieron que ya era hora de retirarse ya que habían hecho esperar mucho a McLaggen, bajaban por las escaleras para dirigirse al retrato de la señora gorda cuando en ese momento Hermione se detuvo para hacerle una última petición.

-Ginny, sobre lo que te acabo de contar, por favor… NO SE LO DIGAS A NADIE- Puntualizó Hermione.

-No lo haré amiga, así me torturen- Al decir esto, ambas chicas se dirigieron ahora sí donde el chico castaño esperaba a su novia, a decir verdad ahora Hermione se sintió un poco mas desahogada ya que pudo compartir con su mejor amiga aquel secreto que le pesaba como un lastre, descubriendo que en los momentos mas oscuros, el tener un amigo que te comprenda y no te juzgue puede ser un aliciente para continuar.

Si me amas... No se lo digas a nadieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora