Platinada Tentación

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-Draco?- Pregunto la castaña esperando que el rubio le respondiera pero no fue así, por lo que se adentro mas a la habitación y se dirigió al comedor que ahí se encontraba, al pasar por ahí observo que había una hielera con una botella de champagne que se estaba enfriando, había dos lugares con los cubiertos ordenadamente acomodados y en el centro de la mesa un platón con fresas y manzanas frescas, lo que le abrió un poco el apetito a la castaña. Miro a su alrededor y se podían apreciar cuadros de Rousseau cosa que le encanto a la chica Gryffindor, tomo una de las fresas y se dispuso a seguir observando aquellas pinturas.

-Llegas puntual mi nutria te estaba esperando- Indicaba la voz de Draco haciendo que la castaña se sobresaltara un poco y lo miro. Draco aun no estaba vestido, se había terminado de bañar por lo que solo llevaba una toalla verde en la cintura.

-Dra... Draco, me asus... taste- Indicaba bastante ruborizada la castaña.

En ese momento Hermione observo el hermoso cuerpo de Draco Malfoy, su piel era blanca como la nieve, observo aquellos hombros anchos creados por los entrenamientos de Quidditch mismos que estaban marcados y sumamente atractivos, observo su bien formado pecho que desembocaba en un definido y marcado abdomen, jamás hubiera imaginado que Draco pudiera esconder esa hermosura en el uniforme de Slytherin. Pudo ver también aquellas piernas bien torneadas y fuertes, simplemente aquella toalla dejaba muy poco a la imaginación. No pudo evitar sentirse vulnerable ante aquella figura tan hermosa y platinada que combinada con las gotas de agua lo hacían ver bastante sensual y provocativo.

En ese momento el chico platinado camino naturalmente hacia el tazón de fruta y tomo una fresa, sus labios rosados y carnosos se abrieron para morder aquella pequeña fruta, los ojos grises de Draco miraban con tranquilidad y deseo a la castaña. Ella no podía articular una sola palabra ya que en ese momento deseaba ser aquella fresa que el rubio estaba probando.

-Fresas, tu aroma, tu esencia- Draco se aproximaba aun mas a Hermione haciendo que esta tuviera el corazón casi saliéndose del pecho de la mezcla de emoción, nervios, excitación.

-Dra...co, deberías.... parar- Indicaba difícilmente la castaña, pero no pudo contenerse mas, reprimir aquel deseo que también la quemaba.

-Al diablo!-Hermione se lanzó como una fiera leona a los brazos del rubio quien le correspondió de la misma forma.

Draco comenzó apasionadamente a tomar de la cintura a la castaña, ella se dejaba llevar por aquellos besos y caricias que sabían a fresa y a encino dulce, Hermione devoraba ansiosamente aquellos labios carnosos que tanto le agradaban, los mordisqueaba, los lamía, los disfrutaba, era como si en aquel momento el platinado resultara ser un platillo suculento que incitaba a ser comido, se aferro a su espalda aun mojada por la ducha acariciando cada centímetro de la piel blanca de Draco, esto hizo que el chico soltara un gemido de placer, que sonaba tierno, erótico, música para los oídos de Hermione.

El Rubio beso y lamió su cuello, consumiendo el aroma que tanto lo enloquecía, recordando la primera vez que había tropezado con ella, aquel olor que lo hacia perder la razón. Toco por primera vez sus pechos, que ahora estaban bien formados y redondos, el rubio los toco con sutileza, con ternura, con pasión, deseaba comérselos, hacerlos suyos de una vez, con otra mano toco el derrier de la castaña y bajando lentamente a su bien ponderado trasero, jamás hubiera imaginado que su novia estuviera realmente hermosa, sensual y apetitosa, acaricio sus caderas haciendo que también la castaña se estremeciera con aquellas caricias.

Lentamente el muchacho la llevo al sofá donde decidió disfrutar aun mas de aquel momento y prolongarlo lo mas posible, la recostó y en ese momento se puso encima de ella para disfrutarla mejor, ella solo se dejaba llevar por aquel instante notando que el rubio ya tenia una erección bastante pronunciada y a lo que pudo notar el rubio estaba bien dotado cosa que la asusto un poco.

-Draco... debemos parar- Indicaba la castaña quien aun seguía besando el cuello del chico mientras que sus manos estaban ocupados en aquel trasero hermoso.

-Parar que?- Draco hizo caso omiso a la sugerencia de Hermione pues ahora estaba completamente excitado, deseando comérsela como aquella fresa.

-Esto Draco, aun no...- Hermione tenia que tener cordura para terminar aquel juego de besos y caricias ya que aun no se sentía preparada para algo mas, quedaba claro que lo deseaba pero sus principios y su educación se lo impedían.

Draco le dio otro beso en la mejilla y decidió parar, estaba demasiado excitado y sudoroso para recobrar algo de conciencia por lo que se recostó en el pecho de la castaña para calmarse un poco, también quedaba claro que el deseaba hacer suya a Hermione pero el tenia que respetar el hecho de que ella debía dar ese paso.

-Discúlpame Draco, debes odiarme, yo misma comencé y.. - Indicaba Hermione sintiéndose culpable por haber provocado al chico.

-No te preocupes mi nutria, yo también lo deseo, no sabes cuanto, pero quiero que seas tu la que me lo pida, y no te preocupes no estoy molesto- Le comentaba el chico platinado dándole un beso tierno en los labios para indicarle que todo estaría bien.

-Te amo Draco y es lo que mas deseo, tenme paciencia si?- Le devolvía el beso y una caricia a la mejilla.

El chico por fin se pudo levantar sin problemas ya que se habían "bajado" los ánimos un poco, la tomo de la mano y la condujo al comedor para servirle una copa de champagne y servirle unos filetes de pollo con ensalada de verduras que había en un platón que habían traído antes del servicio a la habitación.

El chico aprovecho para ponerse unos vaqueros y unas pantuflas dejando al descubierto su pecho claro y hermoso, su cabello estaba revuelto y rubio lo que lo hacia lucir sumamente sensual. Hermione se imagino despertando con el cada mañana, tal vez así luciría cuando ambos tuvieran el dia libre, ella con una delicada bata preparando el desayuno mientras el rubio con solo unos vaqueros dejando su pecho al descubierto, esa definitivamente seria lo mejor y lo mas glorioso que pudiera pasarle en la vida.

-Que tanto me miras Hermione?- Preguntaba el rubio quien estaba cortando con el cuchillo el filete que tenia en su plato.

-Nada, es solo que te ves hermoso, tal vez por eso muchas chicas de tu casa están a tus pies- Comentaba la castaña mientras cortaba también el filete.

-Pues yo solo tengo ojos para una sola- Indicaba Draco dándole a entender que las demás chicas no le importaban.

-Ah si?, para quien si se puede saber- Comentaba sarcásticamente la castaña para bromear un poco.

-Pues se trata de una insufrible sabelotodo, castaña y que huele a fresas, es una Gryffindor, ¿La conoces?- Comentaba Draco siguiendo la broma.

-Ha de ser una mojigata, sobre todo fea con algunas pecas y que se la pasa comiendo libros como grageas bertibop- Hermione sonaba un poco divertida por haberse auto descrito de esa forma.

-Pues si, es así, pero no se, solo tengo ojos para ella- Finalizaba el rubio con una sonrisa en los labios sin dejar de mirarla.

-Pues yo solo tengo ojos para uno solo- Hermione sintió que era su momento de batear aquel comentario para seguir con el juego.

-Pues dime quien es para matarlo ahora mismo- Comentaba divertido Draco apuntando ligeramente con el tenedor a la ojimiel.

-Pues es un huron albino, presumido, pesado, ególatra, orgulloso, celoso e insufrible Slytherin- Indicaba Hermione retándolo con una sonrisa de satisfacción.

-Pero así me amas verdad?- Draco la miraba con ternura, ya que se dio cuenta que la castaña lo aceptaba con sus errores, sus defectos, su personalidad y su alcurnia.

-Con todo el corazón- Hermione tomaba un trozo de filete y se lo daba en la boca al chico platinado mismo que lo tomo cariñosamente.

Si me amas... No se lo digas a nadieWhere stories live. Discover now