Si me amas... No se lo digas a nadie

Te ofrezco el paraíso.

-Aceptado?, jaja, no me hagas reir Dumbledore, a ti mejor que nadie te constó la muerte de varios de nuestra especie fueron perseguidos y asesinados por observar que tan solo les dabamos una poción para calmar los nervios, ¿y ahora tu me hablas de aceptación?, de verdad que pense que Merlín era patético, pero veo que me equivoco- Se burlaba claramente Lilith pero el longevo profesor no cambiaba su expresión apacible.

-Ese es tu enfoque de las cosas mi estimada Lilith, claro que fuimos perseguidos e incluso incinerados si tu lo prefieres, pero eso no me negaras que se debió a magos y a brujas que también se dedicaron a hacer el mal, tu misma fuiste quien instruyó a Herpo, un malvado hechicero que asesino a millones de inocentes y eso mi querida "maestra" tambien te consta- Respondía el director del colegio mientras que la bruja borraba la sonrisa de su rostro pues ahora Dumbledore estaba contraatacando.

-Se lo merecían esos malditos Dumbledore y lo sabes, siempre fuimos perseguidos por considerarsenos peor que la fiebre africana, pero no solo a los muggles, todos los de tu sexo se han creido los reyes del universo así que he vuelto para romper con esa regla, aunque no creo que haya problema contigo o si?- Preguntaba con sisaña la bruja.

-A que te refieres Lilith? no se de estas hablando, por que no crees que sea problema para mi- Preguntaba de nuevo el profesor quien esta vez borraba aquella sonrisa de su rostro para cambiarla por una expresión de suma curiosidad.

-Me refiero a que tu no eres como todos los demás hombres que conozco, y no precisamente lo digo por tu gentileza que siempre te ha caracterizado mi querido Albus- Liltih estaba a punto de destilar su veneno ya que al parecer tenía un as bajo la manga que haría que el profesor bajara la guardia y cuando este se vió ligeramente sorprendido aquella bruja con el rostro de Hermione continuo.

-Sorprendido Albus?, ya lo creo que si, creo que no tengo por que refrescarte la memoria acerca de tu familia y mucho menos el terrible deceso de tu queridisma hermana a la cual abandonaste por seguir a tu compañero por llamarlo de alguna manera- Lilith se sentaba derecha mirando a los ojos del director mismos que estaban sorprendidos de aquella confesión.

-Pero... no entiendo como es que tu sabes eso- Preguntaba algo nervioso el director.

-Sencillo mi querido Dumbledore, debido a tu relacion con aquel hombre conocido como Benjamin Sarandeo con el cual viajaste por varias partes del mundo colmandose de conocimientos tu hermana sufría de severa esquisofrenia, espero que recuerdes las carencias economicas que tu familia paso gracias a ti- Litlith mencionaba con tono hiriente y lascivo, era como intentar clavar una daga profunda a los recuerdos enterrados de Albus mismo que seguía sorprendido del conocimiento que tenía ella de su pasado.

-No entiendo como es que te enteraste de lo de mi hermana pero te aseguro que no tengo nada de que avergonzarme, hice todo lo que pude para que mi familia estuviera lo mejor posible, y en cuanto a la relacion que dices tenia con Sarandeo tienes razon, me vi obligado a renunciar a no solo al amor de mi vida, sino al amigo y al confidente que tenía en el- Respondía con seguridad el director del colegio mientras que la bruja sentía que estaba ganando terreno al llegar a su yugular.

-No me digas que sientes la conciencia tranquila despues de lo que obviamente hiciste para obtener reconocimiento, no me negaras que te gustaba la fama incluso mas que a Voldemort, creo que debes saber que no tienes ninguna diferencia con el, solo que a ti siempre te ha gustado jugar al heroe, con aquel disfraz de alma caritativa y comprensiva, pero creo que no con todos funciona mi estimado Dumbledore, tu deseabas una larga vida como la de tu mentor, por lo que aproposito te pinchaste con la rosa azul o me equivoco?- Liltih realmente deseaba darle donde mas le dolía ya que en mucha parte conocia el pasado del profesor mientras que éste no decía ninguna palabra, otorgando asi mas puntos para la bruja.