Hasta que, aún atónito, solo sacudió un poco la cabeza.

—Yo también soy la creación de alguien más —fue lo que le dijo—. ¿Lo olvidaste?

—No lo olvidé, pero la diferencia es que al menos tomas tus propias decisiones; yo no podré —suspiró Nolan sin poder evitar sonar abatido al admitirle la horrible verdad que tanto quería hacerle ver—. No importaría cuánto quiera a alguien, cuanto le desee o cuán importante sea para mí, porque en el momento en el que deba cumplir el objetivo por el que fui creado, nada existirá. Ninguna otra cosa o persona será prioridad. Quizás hasta no recordaré que hay más gente en mi vida. ¿Y no deberías recibir más que eso? Fue lo que yo pensé al alejarte, que no deberías ser dejado de lado o abandonado; deberías tener a alguien que pudiera dar la vida por ti. —Nolan habría deseado darse con una piedra contra los dientes antes de decir lo siguiente, pero tuvo que admitirlo, de repente con las cejas un poco fruncidas y los labios apretados—: Como ese soldado. Por más insoportable que sea, al menos él podría defenderte y morir en ello si fuera necesario. Aunque no creo que sea el indicado para ti, pero si te gusta tanto...

A pesar de que ambos estaban sosteniéndose la mirada y Nolan esperó la devastadora confirmación de que sí le gustaba mucho el tipo, en ese momento Vyd solo miró hacia otro lado con conflicto. Ahora también con las cejas un poco fruncidas, como molesto con todo lo que debía estar pasando por su mente.

Aunque, como fuera, Nolan volvió a sentirse hipnotizado por el color amarillo, y por la realización de que Vyd tenía esa forma de «ojos de cazador» que resultaba bastante atractiva.

De hecho... de repente fue muy consciente de la postura en la que ambos se encontraban: uno frente a otro, tan cerca que las puntas de sus botas casi se tocaban. Y en especial: con sus manos enguantadas (parte del uniforme) puestas sobre los hombros de Vyd.

Se había precipitado tanto a confesarse que no había caído en cuenta de que lo tenía casi acorralado contra la pared, y de que lo estaba tocando, sintiendo con sus palmas la firmeza de sus clavículas, y con sus dedos la dureza de su espalda, misma que ya había visto desnuda en aquella sala de La Organización y cuya imagen lo había hecho perderse en fantasías.

Ah, pero en ese momento procesó la cercanía, el contacto, y por supuesto que una sola cosa le vino a la mente: la chispa.

Otra vez.

Pasó por su mente el latigazo del recuerdo que todavía no sabía si era recuerdo. Y con ello, de nuevo, las palabras de Mack, que si quería averiguar si había sido real solo tenía que besarlo...

—¿Ahora entiendes mis razones? ¿Entiendes que no fue porque te odiara o porque no me gustaras, o porque deseaba herirte? Sino porque mereces que te quieran, y yo sabía que quizás no podía hacerlo —añadió Nolan entre el silencio que se había prolongado, deseando besar a Vyd.

Y lo deseó con tal fuerza e intensidad que, ya embelesado, deslizó una de sus manos desde el hombro de Vyd en dirección a su cuello. Lo hizo lento, hipnotizado por la idea de que sus labios estaban a un pañuelo de distancia.

Vyd ni siquiera pareció darse cuenta, porque cuando volvió a hablar lo hizo con un repentino decaimiento, como si todos tus pensamientos respecto a la situación hubieran concluido en una honda sensación de tristeza. También, mirando al pecho de Nolan, incapaz de sostener sus ojos en ese momento.

—Lo entiendo... —respondió él. Su voz fue diferente. Nolan lo detectó, y por un lado le alegró que ya no tenía esa frialdad con la que lo había estado tratando, porque la coraza se había roto. Pero por otro lado lo preocupó, porque era desanimada y baja, muy cercana a la resignación—. Querías que te viera como un mal tipo para que me alejara de ti porque estuviste seguro de que no podías sentir nada por mí. Tenías un motivo, y lo cumpliste... Supongo que eso es suficiente para que ya olvidemos y cerremos todo lo que pasó.

S T R A N G E © [Parte 1 y Parte 2]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant