—No, ¿tú oyes algo? —Gesher de inmediato se giró hacia él, tan alerta que alzó el arma—. ¿Desde dónde?

Por alguna razón, el brusco cambio de Gesher a modo defensa puso a Nolan algo nervioso. Tanto que examinó las otras caras a la espera de que alguien dijera algo diferente con respecto al sonido.

Pero el soldado joven negó con la cabeza, indicando que tampoco escuchaba nada. Vyd también, aunque sus ojos amarillos resaltaban entre la noche.

Nolan entendió que nadie oía eso a pesar de que él sí...

Lo cual lo hacía más raro...

Aunque de pronto le vino a la mente lo que Mack le había dicho mientras avanzaban hacia la entrada de la mansión: "Te veo muy asustado, puede ser por eso que percibes los sonidos con mayor fuerza".

Y pues sí, cuando él se asustaba terminaba todo sugestionado, je, je.

Mm. ¿Tal vez era eso? ¿Tal vez el ruido no era nada raro sino producto de algún árbol o animal en la lejanía que solo llegaba hasta allí?

Aunque Gesher había dicho que el conjunto residencial fue desalojado...

¿Qué podía originar un ruido así?

Iba a preguntar por esa duda, pero de repente algo dentro de sí (algo que ni siquiera comprendió) lo llevó a decidir que mejor no lo mencionara.

Fue su voz interna (o eso pareció): «no lo digas».

—No, ahora creo que fue algún árbol. —Nolan le quitó importancia con un gesto—. Sigamos.

Gesher lo miró un momento como si sospechara algo...

Pero luego se dio vuelta y todos siguieron.

Bueno, Nolan también decidió ignorar el sonido para no afectar su rendimiento en la misión, y al mismo tiempo para concentrarse en algo más importante:

Tenía que lograr hablar con Vyd.

Sí, sí, encontrar la caja era lo primordial. El momento y el lugar no eran los más propicios para relaciones. De hecho, estaba todo demasiado jodido como para pensar en cuestiones amorosas.

PERO: no sabían si iban a salir vivos de esa.

Sonaría dramático, pero tampoco sabían si habría un mañana. Todo era muy incierto y peligroso y aterrador, y ni idea de cómo se desarrollaban esas cosas de los sentimientos, porque Nolan no era filósofo para tratar de entender el origen y el momento en el que llegó a estar seguro de esto, pero solo lo supo:

Quería pasarlo con Vyd. Quería pararse a su lado y enfrentar los últimos peligros sabiendo que era junto a él. (Y... también quería tocarlo, olerlo, y pedir le que fuera suyo, pero, ajá, eso era calentura aparte).

Como fuera, antes de que pasara cualquier cosa mala, le diría la verdad. Dentro de él latía una fuerte y valiente esperanza, porque después de la turbulencia en el avión no le quedaban dudas de que todavía había una oportunidad.

Al menos UNA. Pero no debía cagarla.

Bien, vio a Vyd caminando adelante. Se preguntó si era cosa de los STRANGE, porque desde atrás con la gabardina, las botas todas enormes, y el caminar tranquilo pero atento a cualquier amenaza, se veía imperioso, más fuerte que el resto.

Determinado entonces, Nolan decidió aprovechar ese mismo instante para acercársele. Infló su pecho (para ver si eso impresionaba un poquito y ayudaba, uno nunca sabe), sostuvo su arma con mayor firmeza, y sus piernas se impulsaron en dirección a su anhelado rey de la electricidad.

S T R A N G E © [Parte 1 y Parte 2]Where stories live. Discover now