Esa cabeza inclinada hacia atrás...

Los ojos cerrados...

Así que eso era lo más cercano a cómo podía verse Vyd recibiendo algún tipo de placer.

Ah, Nolan admitió mentalmente que gracias al cielo tenía guantes, porque le vino la abrumadora certeza de que, si sus dedos desnudos hubieran tocado la mandíbula de Vyd en esa posición, el ritmo cardiaco y la razón se le habrían descontrolado.

—Pero también tengo la impresión de que Ax los quiere, ¿cierto? —siguió comentando Nolan (claro, tuvo que hacer otro carraspeo de garganta antes para no hablar ronco).

Y hablando de gargantas...

Los ojos de Nolan no pudieron evitar fijarse en eso.

Su intención era chequear los cables, sí, pero no pudo porque, joder, la posición de la cabeza un poco inclinada hacia atrás también dejaba ver el cuello de Vyd en toda su extensión.

Allí, la piel que cubría los tendones parecía suave y algo pálida. Hasta era hermosa la forma en la que se marcaban ligeramente las líneas que conducían a los huesos de la clavícula y de los masculinos hombros.

Pero en especial era atrayente la manera en cómo esa ligera hendidura de la base del cuello se contraía con suavidad al ritmo de su serena respiración.

Lo hizo preguntarse también cómo luciría con la respiración acelerada, pesada de placer...

—Sí, pero él no lo aceptaba antes porque no sabía lo que es «querer» —opinó Vyd, trayendo a Nolan a la realidad, aunque muy ajeno a lo que le estaba sucediendo internamente—. Pero ahora que lo sabe es capaz de expresarlo más, solo que de forma muy torpe. Eso, ligado a que está perdiendo sus poderes y su vida, lo tiene tan alterado.

El recordatorio de la muerte que los acechaba hizo que Nolan pestañeara y volviera a la realidad.

Se dio cuenta del desvío en el que estaba cayendo su mente al analizar demasiado el cuerpo de Vyd, y se reprendió a sí mismo.

¡No era momento para pensar como un calentón!

Debía enfocar su cabeza. Debía controlarse.

Solo que, demonios, ¿por qué el lugar era tan pequeño? ¿por qué los detalles de Vyd estaban tan cerca? Ya sabía que se sentía muy atraído hacia él, pero la cercanía estaba resultando ser una distracción.

Aunque, de todas formas, esa vez sí se forzó a examinar los conductos y cableados de la mandíbula.

—Esto se ve extraño —admitió, concentrado a la fuerza en la anatomía interna del rostro—. Sí, creo que algo se rompió. Algo se ve quemado también. Mi padre tendrá que revisarlo en ese caso.

—Aunque lo revise no creo que pueda arreglarlo, porque son materiales que solo tiene MANTIS. —Vyd sonó algo amargo—. Sí, esos malditos fueron lo suficientemente crueles como para asegurarse de que los necesitara para siempre si quiero funcionar...

—Pero no puedes pelear así. —Nolan se opuso rotundamente.

—Una última vez sí.

Las cejas de Nolan se fruncieron, ahora con indignación. En el fondo era miedo, pero lo demostró con exaltación.

—¡Ninguna última vez! —lo regañó, y en el furor de su temor añadió—: No te pasará nada. Yo no dejaré que te pase nada, porque también tengo poderes.

—Solo para defender a Mack. —Vyd le recordó.

—Pues los activaré para defenderte a ti y a Ax y a todos —sostuvo Nolan, firme, a pesar de que él no tenía ni la más mínima idea de cómo activar algo. Pero suspiró, y no se enfrascó en eso—. Como sea, tienes sangre en el pecho. —Solo que volvió a tragar saliva debido a lo siguiente que diría—: Debes quitarte la camisa para revisar cuál fue la herida.

S T R A N G E © [Parte 1 y Parte 2]Where stories live. Discover now