Dio la impresión de que Vyd lo dudó unos segundos.

Luego asintió.

Pero Nolan recordó que permitir ser expuesto de esa forma no era nada cómodo para Vyd.

Es decir, Nolan también recordaba que un tiempo atrás le había insistido en que le mostrara qué había debajo del pañuelo, tal vez con muy poco tacto, pero ya no pensaba igual sobre el asunto.

Porque la verdad era que todo había cambiado. En todos los sentidos. Desde sus pensamientos hasta sus intenciones.

Ahí descubrió lo primero: que estaba deseando ser lo más empático y cuidadoso que había sido jamás.

Ya no quería hacer aquello incómodo para Vyd con insistencias o tonterías, así que aplicó una táctica para suavizar el hecho de que debía descubrirse:

Hablarle mientras procedía a quitarle el pañuelo hasta que encontrara el momento perfecto para confesar sus sentimientos.

—¿Sabes? Te quería preguntar algo sobre Ax —empezó a conversar Nolan. Por suerte no se notaba el nerviosismo en su voz—. Después de lo que pasó con número cinco tengo la sensación de que a él le afecta mucho emocionalmente que los individuos mueran. ¿Es eso cierto?

—Lo es —le respondió Vyd. Su voz, por otro lado, era neutral, e hizo que Nolan se diera cuenta de algo más: extrañaba demasiado la voz animada de Vyd—. Y no solo le pasa a Ax, los demás también experimentamos algo. Cuando uno de nosotros muere, se siente como si algo fuera extraído de nuestro cuerpo. Como si nos lo arrancaran. Es doloroso primero, casi parecido a un ataque al corazón, y luego queda un vacío. Mentalmente, es como un intenso episodio depresivo. Es triste y extraño, además de que nos deja muy débiles. Pero sí, es cierto que Ax lo siente con mayor fuerza

Nolan apartó el pañuelo y lo dejó sobre uno de los estantes.

La cara de Vyd, esa que tanto le avergonzaba, quedó el descubierto.

—Suena devastador... —admitió Nolan con respecto a la sensación producida por la muerte de un individuo.

El próximo paso era chequear si algún cable o conducto se había roto o había hecho cortocircuito, y para eso era consciente de que tenía que alzar la cara de Vyd y mirar muy de cerca las partes de su mandíbula que estaban cubiertas por ese material transparente.

Era un acto que implicaba contacto. Otro movimiento riesgoso.

Pero Nolan estuvo seguro de que con todo su esfuerzo podía manejarlo, por lo que, todavía medio nervioso, alzó las manos y le dio a Vyd un torpe aviso de que debía acercar los dedos a su rostro:

—Voy a...

Vyd lo entendió sin que lo completara.

—Okey, voy a cerrar los ojos para que no molesten— asintió con apatía, algo tipo: «sí, sí, termina con eso de una vez por todas».

Nolan tragó saliva. Con cuidado puso sus dedos índice y pulgar sobre la línea de la mandíbula de Vyd, y le alzó el rostro.

De acuerdo, eso dejó la cara en una buena posición para ser examinada.

Pero en la peor posición para que él lo admirara.

Y no peor de «mala», sino peor de «tortuosa», porque el ver a Vyd así fue como una inesperada emboscada que lo atrapó en su propia estupefacción.

En serio, Nolan no esperó para nada que esa visión lo dejara como lo dejó:

Suspendido en lo que podía ser la imagen más similar a todas las fantasías que había estado teniendo y tratando de contener durante meses.

S T R A N G E © [Parte 1 y Parte 2]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang