Efecto Mariposa

By lvshyo

271K 29.6K 26.9K

Un 08 de Agosto del 2014 fue el día en que María José desapareció. Nadie, ni siquiera yo, comprendimos el com... More

Génesis + Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
1˙3 olnʇídɐɔ
2˙3 olnʇídɐɔ
3˙3 olnʇídɐɔ
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
1˙6 olnʇídɐɔ
2˙6 olnʇídɐɔ
3˙6 olnʇídɐɔ
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
1˙51 olnʇídɐɔ
2˙51 olnʇídɐɔ
3˙51 olnʇídɐɔ
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
1˙52 olnʇídɐɔ
2˙52 olnʇídɐɔ
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
1 ˙43 olnʇídɐɔ
2˙43 olnʇídɐɔ
Capítulo 35
Capítulo 36
1˙63 olnʇídɐɔ
2˙63 olnʇídɐɔ
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
1˙93 olnʇídɐɔ
2˙93 olnʇídɐɔ
3˙93 olnʇídɐɔ
Capítulo 40
Capítulo 41
1˙14 olnʇídɐɔ
2˙14 olnʇídɐɔ
Capítulo 42
1˙34 olnʇídɐɔ
2˙34 olnʇídɐɔ
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
1˙45 olnʇídɐɔ
2˙45 olnʇídɐɔ
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62

Capítulo 43

2.4K 323 524
By lvshyo

Mi boca se abre un poco solo para soltar un suspiro silencioso. Ver a Mackenzie frente mío hace que el dolor de mi cabeza no cese y mi cuerpo tiemble ligeramente. El simple hecho de mirarla con cara de sorpresa me hace pensar en como puede llegar a ser tan real lo que estoy viviendo. ¿Mi mundo cambia constantemente o yo cambio de mundo?

—¡Daniela! De verdad eres tú— no puedo ignorar la felicidad con la que dice esas palabras. Una sonrisa de forma en sus finos labios y sus ojos brillan. No puedo dejar de mirar la calidez de su mirada.

No puedo explicar lo que estoy sintiendo yo al verla.

Mackenzie no tiene porque estar aquí.

En el pueblo.

Ni siquiera en este mundo.

—Daniela, ¿pasa algo? Si me recuerdas, ¿verdad?— me pregunta mientras intenta dar otro paso hacía mí, pero yo me alejo viéndome asustada. —¿Daniela?— ella se detiene y su ceño se frunce un poco, lo más seguro es que dolida.

—Y-yo...— mis palabras se traban entre sí y niego con mi cabeza incapaz de formular tan siquiera una frase coherente. —Lo siento, me tengo que ir— me disculpo viéndola a los ojos, observando su decepción, y doy media vuelta para salir corriendo lejos de Mackenzie.

—¡Daniela, espera!— la escucho gritar a lo lejos, pero aunque intente alcanzarme no lo logrará.

Corro y corro esquivando a cualquiera que se me ponga en frente. ¿Soy cobarde al haber huido de ella? Claro que sí, pero no tenía de otra, ni siquiera sabía como dirigirme a ella, sigo sin entender el cómo está aquí.

Cierro mis ojos con fuerza y dejo que algunas lágrimas salgan producto del dolor que estoy sintiendo ahora mimo. Muchas imágenes, muchos recuerdos, muchos sentimientos se entrelazan entre sí, unos diferentes a otros, luchan para ver cuales se quedan, pero no tiene sentido, solo se quedan los que si existen.

Aún sin perder el ritmo de mi carrera, sigo el camino a la casa de Las Villa. Ahora mismo solo quiero encerrarme en una habitación por los próximos días.

Gracias a lo que sea que exista, la casa de ellas esta cerca, así que no me sorprendo al llegar en pocos minutos. Paso el jardín bien cuidado que tienen y subo las escaleras del porche, al estar frente a la puerta de entrada, mis manos tiemblan buscando la copia de la llave en uno de los bolsillos de mi pantalón. Cuando por fin la encuentro, trato de insertarla en la cerradura, pero me mareo de repente haciéndome perder un poco el equilibrio, gracias a mis reflejos alcancé a sostenerme en una pared.

—Tranquila— me digo a mi misma mientras hago el intento de nuevo y logro insertar la llave. Abro la puerta cerrandola a mi espalda, doy un paso dentro de la casa y de nuevo ese mareo regresa provocando que me tropiece con mis propios pies. —Carajo— me quejo entre dientes al estar sobre el suelo.

Estando se rodillas y con mis manos sobre el piso me comienzo a sentir impotente. ¿Justo cuándo todo empieza a ir bien tiene qué suceder otra cosa qué lo arruine? Me pregunto entre silenciosos sollozos.

Decenas de recuerdos de noticias, notas de periódicos, escenas de peleas, de llanto, de confusión, de incredulidad siguen en mi mente tratándose de quedar, pero ya no pertenecen aquí. No ahora después de ver a Mackenzie.

En medio de mi llanto de confusión y dolor, pensando en que más puede salir mal, en un rincón solitario de mi mente algo se ilumina, algo que me comienza a trasmitirme esperanza, ánimo y respuestas. Algo que ocasiona que mis lágrimas dejen de caer y levante mi rostro decidido.

—Claro...— murmuro al terminar de conectar todo. —Sí, sí, sí, sí, sí— repito varias veces mientras saco las fuerzas para levantar una vez más.

Eso es, ¡ahora todo tiene sentido! Eso es lo que quiso conseguir, esa es la razón, ¡esa es la respuesta!

No puedo evitar formar una sonrisa en mi rostro y como mi corazón comienza a latir rápidamente por la emoción del descubrimiento.

Mis pies se impulsan hacía delante y comienzo a subir las escaleras camino a la habitación donde me estoy quedando. Abro la puerta sin medir mi fuerza y, dentro, comienzo a buscar con mi mirada el lugar donde dejé el diario de Poché.

—¡Aquí!— corro y me dejo caer de rodillas al llegar a mi mesita de noche. Abro el último cajón y busco en lo profundo de este.

Cuando lo toco, no puedo dejar de estar emocionada. Todo este tiempo he escrito en el lo que me ha estado pasando desde que llegué al pueblo, también he escrito algunas pistas que pueden resultarme importante, así que este diario se ha vuelto mi confidente como una vez lo fue con Poché.

Ahora yo estoy siguiendo esa "historia" que Poché dejó inconclusa.

Una perspectiva nueva, una perspectiva que la busca desesperadamente y hace lo posible para encontrarla.

Dejo caer el diario al suelo y mi mano empieza a pasar todas las primeras hojas hasta llegar a donde dejé de escribir. La entrada 220. Aún cuando mis dedos tiemblan un poco, consigo tomar el bolígrafo y acerco la punta hacía el inicio de la hoja. Mi respiración es agitada cuando comienza a escribir todo lo que esta en mi mente. La hoja se comienza a llenar de letras, palabras, líneas, párrafos; todo lleno de lo que puede ser una de las respuestas que más buscaba.

Mientras termino de escribir, algo cae sobre la hoja manchandola. Algo líquido y rojizo. Detengo lo que hago y, con mi mano izquierda, llevo las yemas de mis dedos hacía mi nariz, cuando las alejo, puede ver la mancha de sangre que cubre mi piel.

—Mierda— suelto al sentir como de nuevo ese mareo regresa, pero ahora más fuerte. Cierro mis ojos tratando de ignorar como todo comienza a darme vuelta, pero es imposible, el sudor frío recorriendo mi nuca me avisa de lo inevitable.

Mis ojos caen en el diario, y lo último que pienso antes de caer, es en ella.

En Poché.

[...]

Un tono fastidioso se escucha. No se calla y no para de repetirse, es como si fuera un loop infinito con una única misión: molestarme.

Cansada, abro mis párpados poco a poco enfocando el lugar donde estoy, cuando mis ojos se abren por fin, me doy cuenta que sigo en la casa de Las Villa. Giro un poco mi cabeza y gruño incómoda al sentir la dureza del suelo contra mi mejilla.

El tono que se escuchaba paro, pero segundos después vuelve al ataque haciendo que bufe frustrada. Me levanto poco a poco sintiendo la tensión en mis musculos. Estando sentada sobre el piso, encuentro mi celular en mi bolsillo delantero, lo saco y veo una llamada entrante.

¡Calle!— cierro mis ojos por inercia al escuchar aquel grito ensordecedor de Kim.

¡Ey, devuélvemelo! ¡A mi me contestó, yo soy la que tiene el derecho de hablar con ella!— esa fue Lucía quejándose.

—Cállate Lucí, no me dejas escuchar lo que dice Calle— la regaña Laura para después empezar una mini pelea entre ellas dos.

—¡¿Dónde estás, mujer?! Dijiste que ibas a un restaurante nada lejos y ya no volviste, ¡nos preocupaste! No contestabas tú teléfono— suspiro con una sonrisa. Kim y su instinto sobreprotector demasiado desarrollado. Sigo creyendo que sería una muy buena madre.

—Estoy en casa de Lau y Lucí— le respondo mientras intento despabilarme acariciando las sienes de mi cabeza.

Me asusto un poco al escuchar un chillido al otro lado de la línea. Pero que...

¡Te dije que buscaramos primero ahí!— le reclama Laura con un tono molesto.

—¡Perdón! Pensé que buscar ahí era un lugar muy obvio, ¿no sabes qué en las historias las personas se van a los lugares más raros?— Lucía parece defenderse del ataque de su hermana. Por mi parte, apoyando mi mano sobre la cama, me pongo de pie aún sintiendo un mareo leve.

—Esto no es una película, Lucía—  le dice.

¡Paren de discutir!— Kim, histérica y furiosa, las calla. —¿Ahora si me pueden dejar hablar con Calle, por favor?— pregunta cambiando su tono a uno amable y dulce.

—Mejor vámonos, hay que ir por ella— opina Lucía.

—Tienes razón— Laura la apoya.

—Estaremos ahí en minutos, espero y no te vayas a ir— Kim menciona y sonrio.

—No te preocupes, aquí estaré— le digo mientras camino lentamente hacía al baño. —Las espero, adiós— me despido de ellas para después colgar, guardo mi celular y coloco mis manos sobre el lavabo del baño para verme al espejo.

Que mal me veo.

Estiro mi mano y abro la llave dejando que el agua corra, junto con mis manos y después la llevo a mi rostro dándole más importancia a limpiar el rastro de sangre seca en mi nariz. Al acabar, me alejo cerrando la llave.

—Mejor— me regalo una sonrisa antes de salir del baño.

Como si nada hubiera pasado.

Regreso a la habitación y voy hasta donde esta el diario, me agacho y lo tomo entre mis manos, paso las hojas lentamente hasta llegar a la última. Suspiro sintiendo un escalofrío recorrer mi espalda al leer lo que esta ahí.

Trago saliva pensando en lo siguiente que haré. Tengo que tener todo completamente controlado para que no se salga de control como otras veces, todos estos días me han ayudado para reflexionar mucho y tener mejores planes y objetivos, así que, por ahora, mi siguiente movimiento es ir hacía la casa de Margarita, tengo que regresar.

—¡Daniela Calle Soto!— escucho un grito desde la primera planta. Llegaron rápido.

Me levanto y me dirijo hacía la salida del cuarto para ir escaleras abajo.

—¿Sabes? Deberías dejar esa manía tuya de desaparecer siempre— fue lo primero que me dice Laura al verme.

—No lo hago a propósito, se los aseguro— me defiendo mientras llego a la sala dónde están ellas esperando por mí.

—Si no lo haces a propósito, ¿entonces qué pasó hoy?— Kim es la quien empieza el interrogatorio.

—Nada, tenía algo que hacer y no podía postergarlo más— le respondo mientras me detengo frente a ellas.

—¿Y qué fue ese algo?— la mirada de Lucía me transmite incomodidad, y más porque sus ojos se desviaron de mí hacía el diario de Poché.

—Cosas— le resto importancia. —Perdón que terminé esto rápido pero necesito irme— les digo mientras me acerco a ellas y me voy despidiendo de cada una. —Vuelvo en poco tiempo, así que podemos seguir con esto después y...

—¿Esas cosas tienen qué ver con María José?— Lucía me interrumpe haciendo que me calle al instante. El lugar queda en un incómodo silencio.

—Sí— respondo después de algunos segundos en un tono serio, ella no responde, solo agacha su mirada y hace su esfuerzo para no decir algo más.

—Bien, nosotras estaremos aquí hasta que regreses— habla Laura cortando el momento tenso.

—Lo sé, las veo después— les doy una última pequeña sonrisa y salgo de la sala directo a la puerta.

Ya van varias ocasiones en dónde hemos discutido las cuatro, y obviamente soy yo contra ellas, pero las peleas son más con Lucía, ella no esta de acuerdo con que este detrás de la investigación sobre la desaparición de Poché, quiere que deje todo en manos de la policía y "sea por primera vez feliz después de todos estos años pensando en ella". Lucía aún no ha perdonado a Poché por todo lo que hizo hace cinco años, y "todo" se refiere al hecho en como se comporto con nosotros, se que su actitud fue horrible, pero también se que tuvo alguna razón y la voy a descubrir.

—¡Calle!— mis pasos se detienen al llegar a la acera, giro sobre mis talones y Kim viene hacía mí. —Que bien que te he alcanzado— dice al llegar a mi lado un tanto agitada.

—¿Pasa algo malo?— pregunto con un poco de prisa, ella niega.

—Solo...— desvía su mirada un tanto nerviosa. —Me preocupa que estés expuesta a lo que sea que este pasando— comienza a hablar mientras suspira. —Se lo que calló Lucía, en realidad, las dos lo sabemos, y sabes que apoyo lo que dice...

—Kim...— la interrumpo. —Esto no se trata de guardarle rencores a Poché por cualquiera de las cosas que haya dicho y hecho hace cinco años, esto se trata de su desaparición, de si todavía hay una posibilidad de encontrarla— digo lo último con un nudo en la garganta.

—De verdad que a ti no te importa todo lo que te dijo, ¿verdad?— su mirada se ablanda.

—Claro que sí me importó— confieso en un suspiro. —Ustedes saben todo lo que me afectó...

—¿Y aún así estás dispuesta a dar todo por esa persona qué no quiso darte nada?— su pregunta me hizo callar. —Si ella aparece no va a regresar a tus brazos como lo imaginas, Poché dejó en claro todo hace cinco años— su voz fue suave, supongo que intenta que sus palabras no me afecten más de lo debido.

—Yo no pienso en eso, Kim— confieso. —Pero simplemente no puedo guiarme por un rencor que no siento por ella... podría haberme dicho mil cosas pero eso no interfiere en que la siga buscando, aún sigue siendo mi mejor amiga— susurro bajando la mirada y viendo atentamente su diario.

—Pero ella ni como amiga te miraba...

—Pero yo si, y eso me basta a mí— digo en un tono decido. Se que ellas actúan por mi seguridad, y lo aprecio, pero no puedo seguir sus palabras cuando estoy tan cerca de resolverlo.

—Solo queremos que seas feliz por un momento en tu vida— dice tratando de que entre en razón.

—Lo sé, Kim, lo sé muy bien y agradezco que estén tan preocupadas por mí, pero ¿cómo no saben qué para volver a ser feliz necesito saber qué le pasó a Poché?— le pregunto. —Saber si ella esta bien, saber sino amo solo su recuerdo...— añado en voz baja.

—¿Y si la respuesta no te gusta?— me pregunta de forma cautelosa, yo trago saliva.

—Lo averiguare— digo. Kim se me queda viendo por varios segundos y después suspira, parece que se ha rendido.

—¿Sabes?— ella quita una poca de su atención en nuestra conversación y alza la cabeza solo para ver como la Luna se va notando más y más en el cielo. —Yo me siento feliz— dice mostrando una pequeña sonrisa. —Pero no se porque siento que mi vida pudo ser mejor y no se como cambiar eso...— añade con un tono lastimero. —Así que, si tú tienes la oportunidad de cambiar tu vida con lo que haces para estar bien y feliz...— su mirada regresa a mí. —Adelante, yo no soy nadie para impedirtelo, yo no soy nadie para quitarte esa vida— lo que dice me hace sentir extrañamente culpable, pero dejo a un lado esa sensación.

—Gracias, Kim— se que no me apoya del todo, pero al menos escuchar esas palabras me hacen bien. Me acerco a ella y le doy un último abrazo.

—No tienes porque agradecerme, ahora sí, puedes irte— se despide de mí y le doy una sonrisa. —Por cierto— me detiene justo cuando doy media vuelta. —Laura me dejó un mensaje para ti, dice; "dile a Calle que, si sufre cualquier daño, ya sea mínimo, yo seré la misma en sacarla de ese pueblo y alejarla de este caos"— menciona haciéndome reír. ¿De verdad se atrevería a hacer eso? Bueno, es Lau, no debería subestimarla. —Así que ten más cuidado allí afuera— añade.

—Lo haré, no me quiero ir de este pueblo tan pronto— digo por último antes de darle la espalda y caminar hacía la casa de Margarita.

Todavía tengo cosas por hacer.

Continue Reading

You'll Also Like

56K 5.6K 49
SOUL | "No dejes que una marca en tu cuerpo sea una marca en tu alma." (Paul Lahote x Oc) (Fanfiction - twilight)
356K 35.8K 92
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
80.1K 4.9K 27
Chiara, una farmacéutica profesional y dispuesta a la que el mundo se le pone patas arriba por una pelirroja sin receta. ⚠️ +18 (incluye contenido ex...
341K 48.9K 58
El amor puede llegar de manera impredecible... Para aquel Omega que por mucho tiempo creyó que lo había encontrado, vendrá en su demandante e impone...