1˙63 olnʇídɐɔ

4.1K 354 578
                                    

Lunes 5 de Mayo del 2014.
10:03 a.m.

Algo había pasado, algo muy malo y me di cuenta al instante después de despertar al ver mi celular.

Se supone que hoy despertaría un Sábado 5 de Abril, pero terminé despertando un Lunes 5 de Mayo. Un mes después de la última vez que viaje.

¿Por qué había pasado eso?

No lo sé y no tengo la menor idea de dónde empezar a buscar respuestas, pero lo que sí tengo claro es que, de alguna u otra forma, tengo que averiguar porque sucedió esto.

Tengo la sensación de que algo malo saldrá de esto.

-¡Calle!- el grito de alguien me sacó de mis pensamientos. Alce un mi cabeza para ver de quién se trataba. Kim estaba de pie frente mío con sus brazos cruzados.

-Kim- la saludé levantando un poco mi mano derecha.

No sabía la razón por la que vino a buscarme, pero si lo hizo, es porque seguramente es algo importante, ya que la expresión en su rostro lo demuestra.

Ella dio cortos pasos para acercarse a donde estaba y después se sentó a un lado mío bajo la sombra de un frondoso árbol. Minutos antes Poché y yo habíamos decido ocupar este lugar para pasar los cortos minutos que nos daban de descanso, pero ella se tuvo que ir ya que el llamado de la naturaleza llegó a ella. En pocas palabras: tuvo que ir al baño.

-¿Pasa algo?- pregunté al notarla muy callada viendo solo a un punto fijo de la explanada que se extendía delante nuestra.

-¿Tanto se nota qué algo me pasa?- preguntó jugando con sus manos.

-Sí- le respondí simplemente mientras acomodaba mejor mi espalda contra la corteza del árbol y buscaba algo en mi mochila.

-Bueno... yo- ella se detuvo para dar una gran respiro.

¿Qué es lo que la tendrá tan nerviosa?

-¡Es muy difícil decirlo!- exclamó golpeando las palmas de sus manos contra su frente. No soy muy buena para leer personas, pero parece que esta teniendo una batalla contra si misma dentro suya.

Abrí mi mochila y de ella saqué unas galletas de avena que mi mamá me había dado en la mañana.

-¿Tan malo es?- extendí las galletas ofreciéndole, pero ella negó con su cabeza solo viéndome por unos instantes.

-No, gracias- susurró regresando su vista al césped debajo nuestra. -En realidad, es algo complicado para mí- se encogió de hombros.

-En ocasiones lo complicado es fácil- le dije mientras comía de mis galletas. -Solo que nosotros lo hacemos más difícil de lo que es- añadí. Ella pareció pensarlo un poco, y sonreí al ver una confianza naciente en sus ojos.

-Sebastián me invitó a salir- soltó de repente haciendo que me atragantará con mi galleta. -¿Estás bien?- me miró preocupada mientras golpeaba mi espalda levemente. Después de segundos, dejé de toser.

-Ok, eso sí es complicado- lo acepté mientras agarraba mi botella de agua y le daba un gran sorbo.

Casi me cuesta la vida no acordarme de esto. Pensé mientras carraspeaba. Pero es que hay cosas que, no importa cuántas veces las escuchemos, siempre seguirán sorprendiéndonos.

-¿Sebastián?, ¿invitarte a salir? Es una sorpresa hasta para mí. Nunca pensé escuchar esas dos cosas en una misma oración- me hice la sorprendida mientras seguía tomando de mi agua.

Efecto Mariposa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora