Capítulo 55

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《Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente que decía: “¡Ven!”. Y salió otro caballo, rojo. Al que estaba montado sobre él, le fue dado poder para quitar la paz de la tierra y para que se matasen unos a otros. Y le fue dada una gran espada.》

Jueves 04 de Abril del 2019.
11:21 a.m.

"pertenece a poché:)"

Lo leo cientos de veces como si fuera la gran respuesta a los acontecimientos que han sucedido.

Acaricio la portada de aquel diario con suavidad, sintiendo melancolía al quedarme viendo cada vez más aquella letra.

Mis manos deciden explorar una vez más aquel bosque de palabras lleno de enredaderas que me atrapan cada vez que entro en el. Paso las fechas como si pudiera acelerar el tiempo viendo fragmentos de lo que fue la vida de Poché.

Me detengo en donde quise llegar desde un principio. La falta de hojas es notoria al ver como quedo todavía una tira de papel rasgado en el diario. Ver de nuevo esto, como las otras veces, me provoca dolor de cabeza.

"Calle, se que no lo recuerdas, pero un día, cuando estes lista, lo harás".

Y me siento lista. Trato de concentrarme, necesito recordarlo, necesito saber la fuente de este dolor, necesito saber que pasó ese día. ¿Por qué las hojas arrancadas? Desde un principio las vi, pero nunca me importaron lo suficiente hasta ahora.

Frunzo mis cejas cuando comienzo a tener un recuerdo vago. Mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas al saber a cual me refiero.

(...)

—Suerte, cuídense mucho, los quiero— me acerqué para darle un último abrazo.

—Ojalá un día podamos volver a encontrarnos— ella se despidió antes de irse de mi casa.

Suspiré conteniendo el llanto. Ver irse a la familia Garzón del pueblo es un golpe duro, ¿lo peor de esto? Saber que perdieron toda esperanza.

Bajé mi cabeza observando la caja que me dio Martha. Parte de las pertenencias de Poché están aquí, no se si estoy lista para verlas. Cualquier cosa que fue de su propiedad, hará que la recuerde con más fuerza y dolerá aún más el vacío que dejó. Pero, aunque duela recordar que no esta, ver lo que fue de ella hará que me duela menos su falta.

Entre de nuevo a mi casa y me dirigí directo a las escaleras. Quería paz, o más bien, quería llorar sola en mi habitación.

Llegué a la puerta de mi cuarto y la abrí para permitirme entrar al que a veces era nuestro lugar. Me senté sobre la cama dejando en medio de esta aquella caja. ¿Qué cosas tendrá? No me hice de esperar para descubrirlo. Mientras más sacaba, recordaba un momento a su lado que me hacía sonreír para después terminar llorando. No sé cuanto tardé hasta llegar a la mitad de la caja donde me encontré un diario. No sabía que tenía uno, me preguntaba si era correcto leerlo, aunque eso ya no importaba mucho ahora.

Comencé a leer las páginas para ver un poco la perspectiva de Poché. Todo era tan normal hasta que poco a poco todo se iba tornando más raro. Ni siquiera pude llegar al final ya que me detuve en una fecha en concreto.

Efecto Mariposa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora