Capítulo 26

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Martes 12 de Febrero del 2019.
11:11 a.m.

Siento un dolor insoportable en la cabeza, tanto que puedo morir aquí mismo por eso. Me siento lentamente sobre la cama y mi cuerpo está demasiado cansado. Maldición, me siento muy mal, y no solo físicamente, sino también emocional. Puedo sentir mis mejillas humedecidas por volver a vivir ese día con Poché. Todo esto se está volviendo cada vez más difícil para mí.

Me levanto con pesar de la cama, tanto que me tengo que sostenerme en las paredes para llegar al baño de la habitación. Al entrar, un fuerte dolor de cabeza llega y puedo notar como estoy algo roja de la cara. No puede ser que tengo que enfermar ahora.

—No es momento de quedarme en la cama— susurro mientras hago mi rutina mañanera. Me quito con rapidez mi ropa y me meto a la ducha bañándome con agua fría. Necesito despertar del todo. Al salir, no me siento mejor, pero tampoco le doy importancia. Salgo y, con una toalla rodeando mi cuerpo, empiezo a buscar ropa en el clóset. Termino vistiendo algo sumamente cómodo. Me acerco a mi mesita de noche y me siento en la cama tomando el reloj de mis manos sin poder quitar mi mirada de esas letras : L y C. Tengo tanta curiosidad de saber lo que quiere decir, pero estoy segura que solo hay tres personas que saben con exactitud el significado: Robert, Rosalind y El Profeta, y bueno, en ninguno de ellos tres puedo confiar. Me levanto guardando el reloj en mi pantalón. Me acerco a un perchero de mi habitación para tomar mi bolso y salir del cuarto. Bajo las escaleras sin prisa, y al llegar a la primera planta, no hay nadie. Wow, que raro. Me adentro a la cocina y encuentro una nota pegada en la nevera con algo escrito. Me acerco a leerlo para encontrarme con que Margarita ha sacado a pasear a Ramón. Dejo la nota en su lugar y comienzo a buscar un jugo en la nevera, al encontrarlo, lo saco y me sirvo en un vaso para después beber de un trago su contenido. Siento que eso es suficiente para rendir toda la mañana. Salgo de la casa cerrandola con llave para después subirme a mi coche. Necesito encontrar una tienda electrónica para comprarme mi nuevo celular.

Voy conduciendo por las calles del pueblo mientras Take Me To Church de Hozier se escucha a través de la radio, así que voy disfrutando el ambiente que se creo con esa canción, segundos después, comienzo a estornudar. No puede ser que este empeorando ahora. Seguro cogí una gripe por el chapuzón que me di ayer.

Después de haber estado manejando algunos minutos, por fin encuentro lo que busco. Me estaciono un poco lejos del establecimiento, ya que cerca no hay lugar. Bajo de mi auto para comenzar a caminar hacía la tienda. Cuando entro, el encargado se acerca a mi saludandome con toda la amabilidad del mundo y yo le regreso el saludo de la misma forma. Le pregunto sobre sus celulares y él asiente comenzando a caminar hacia una vitrina, así que lo sigo. Él señor comienza a hablarme sobre las diferentes opciones a elegir, pero me decido por el más económico, al fin y al cabo, tengo la certeza que no va a vivir mucho. Le pago el celular y él me lo entrega después de agradecerle. Salgo de la tienda esperando que se encendiera. Necesito hablar con mi familia ya, seguro ellos están preocupados por mi.

Mientras camino de regreso a mi vehículo, detengo mis pasos al ver una tienda que llama totalmente mi atención. En el letrero se puede leer "Records". Me quedo quieta observando fijamente el lugar por unos segundos mientras sonrió levemente al recordar algo. Sin pensarlo ni un momento más, guardo mi celular en el bolsillo trasero de mi pantalón y entro al establecimiento sintiéndome melancólica. Al pasar la puerta de entrada, jadeo sorprendida al ver como todo está lleno de discos y discos de diferentes años. Si Poché estuviera aquí, se hubiera sentido como un niño pequeño dentro de una tienda llena de dulces y juguetes. Sonrío de solo imaginarme eso.

Comienzo a caminar entre los estantes y a inspeccionar todo lo que mi vista capta. Hay canciones de muchos artistas, así como de diversos géneros musicales con años de historia.

Efecto Mariposa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora