Capítulo 14

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—¿Hay alguien ahí?— pregunta Hudson tocando levemente la puerta de madera.

Los tres nos encontramos en el porche desgastado de la casa. El jardín es algo bonito, pero las decoraciones de este no. Nunca me han gustado las muñecas y menos clavadas en un árbol.

—¿No sientes un aura extraña?— pregunta Lucas observando todo el lugar mientras, parece ser, que tiene escalofríos —Esto es tenebroso.

—Deja de hablar sobre eso— me quejo mientras mis brazos se cruzan. Si dice algo de nuevo sobre el escenario donde estamos parados me voy de aquí.

—Es imposible, no...

—Shhh— Hudson lo calla mientras pega más su oído a la puerta.

—¿Qué? ¿Qué pasa?— pregunta Lucas nervioso observando hacia todas partes.

—Viene alguien— susurra Hudson alejándose de la puerta, acto seguido, esta se abre.

—¿Sí?— de la puerta se asoma una anciana, gracias a lo que sea que exista, no luce nada peligrosa o tenebrosa.

Su pelo es cenizo, no logro ver sus ojos ya que los tiene cerrados, esta un poco jorobada, viste un vestido largo azul marino, y con un rebozo sobre sus hombros.

—¿Usted es Amanda Collins?— pregunta Hudson parado frente ella.

—Oh si, si, si, ¿para qué me buscan?— ella sonríe gentilmente mientras abre por completo la puerta dejando ver a un gato en sus pies.

—Quiero... queremos— nos mira a nosotros —Hacerle algunas preguntas.

—Claro ¡con gusto! pero pasen, pasen— ella se hace a un lado dejándonos entrar a la casa —Hace mucho que no tengo visitas— ella menciona detrás de nosotros.

Hudson entra y comienza a observar la casa. Esta es de un piso, y el pasillo de entrada está conectado a cuatro habitaciones. A la izquierda esta una cocina sencilla junto con el comedor y a la derecha esta la sala con tres sofás donde en cafa uno hay dos gatos, también hay una televisión vieja que está apagada y una mesita de té en medio. Al fondo del pasillo hay dos puertas donde puedo deducir que son habitaciones.

Giro mi cabeza solo para observar a la anciana cerrar la puerta... con llave.

—Es para seguridad— nota que la observo y me da una sonrisa mientras guarda la llave en un bolsillo de su vestido —Y usted debería saberlo ya que es el sheriff, ¿verdad?— le pregunta a Hudson y él asiente —¿Aún no han sabido nada sobre las desapariciones?

—Cosas simples...— responde evasivamente mientras sigue a la mujer por el pasillo hasta la sala.

—Siéntense, están en su casa— ella nos señala los sillones. Hudson se siente en el de una persona, y Lucas y yo en el de tres —¿Quieren algo de tomar?— nos pregunta.

—No, gracias— Hudson y yo contestamos.

—Oh, ¿tiene algo de té?— pregunta Lucas y ella asiente saliendo de nuestra vista.

—¿Qué haces?— le susurro mientras observo el lugar. Parece ser la típica vivienda de una señora sola llena de gatos.

—Estoy nervioso y el té me ayuda a tranquilizarme— contesta jugando con sus manos —¿Crees qué hice algo malo?

—No, pero tampoco debes confiar en algo que te dé un desconocido— respondo mirándolo severamente.

—¿Qué es lo peor qué pueda pasar? Es una anciana— señala lo obvio y ruedo los ojos.

—¿Qué nunca has visto películas de terror? Las ancianas inocentes son las más peligrosas, y oh, ¡sorpresa! Este anciana luce libre de cualquier culpa— Lucas estaba a punto de hablar sobre mi comentario, pero entra ella a la habitación.

Efecto Mariposa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora