Efecto Mariposa

By lvshyo

271K 29.6K 26.9K

Un 08 de Agosto del 2014 fue el día en que María José desapareció. Nadie, ni siquiera yo, comprendimos el com... More

Génesis + Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
1˙3 olnʇídɐɔ
2˙3 olnʇídɐɔ
3˙3 olnʇídɐɔ
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
1˙6 olnʇídɐɔ
2˙6 olnʇídɐɔ
3˙6 olnʇídɐɔ
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
1˙51 olnʇídɐɔ
2˙51 olnʇídɐɔ
3˙51 olnʇídɐɔ
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
1˙52 olnʇídɐɔ
2˙52 olnʇídɐɔ
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
1 ˙43 olnʇídɐɔ
2˙43 olnʇídɐɔ
Capítulo 35
Capítulo 36
1˙63 olnʇídɐɔ
2˙63 olnʇídɐɔ
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
1˙93 olnʇídɐɔ
2˙93 olnʇídɐɔ
3˙93 olnʇídɐɔ
Capítulo 40
Capítulo 41
1˙14 olnʇídɐɔ
2˙14 olnʇídɐɔ
Capítulo 42
Capítulo 43
1˙34 olnʇídɐɔ
2˙34 olnʇídɐɔ
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
1˙45 olnʇídɐɔ
2˙45 olnʇídɐɔ
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62

Capítulo 58

3.9K 292 511
By lvshyo

《Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido muertos a causa de la palabra de Dios y del testimonio que ellos tenían. A cada uno de ellos le fue dado un vestido blanco; y se les dijo que descansaran todavía un poco de tiempo, hasta que se completase el número de sus consiervos y sus hermanos que también habían de ser muertos como ellos.》


Ya no hay escapatoria, esto se tiene que terminar aquí y ahora.

—¿Qué pasará con Robert y Rosalind?— le pregunto a la persona a mi lado, quien no se ha movido de la habitación desde que llegamos.

Nunca pensé en volver a esta cabaña sino fuera como una prisionera, así que me pone un poco inquieta saber que la razón por la cual estoy aquí es porque me ven ahora como una "aliada".

—No lo sé, El Profeta es quien se va a encargar de ellos— es tan cortante que si fuera otro momento le dejaría de hablar, pero si vine hasta aquí es para buscar información, así que no dejaré de insistir.

—¿Cómo te llamas?— su incomodidad ante la pregunta es evidente.

—¿Para qué?— frunce el ceño desconfiado. Obviamente, es la primera vez que nos vemos.

—Es solo una simple pregunta, solo quiero... comenzar a hacer amigos aquí ya que me quedaré— espero y lo último no se cumpla.

—Mi nombre es Erick— responde algo evasivo. Bufo al oír su respuesta, no es la persona que necesito, pero igual creo que me puede ayudar.

—¿Y conoces a alguien qué se llama Luis?— vuelvo a interrogarlo poniéndolo aún más tenso.

—Sí, pero ¿por qué quieres saberlo?— guau, que temperamento. —Si quieres saber algo, puedes preguntarle a El Profeta.

—No, a él no— desisto rápidamente. Eso arruinaría todo. —Es solo que...— vamos, Daniela, inventate algo. —Luis fue quien me convenció en buscar a El Profeta y unirme a este glorioso grupo que me llevará por el camino de la luz y salvación— finjo mi mejor emoción de esperanza y gratitud. —Quiero verlo y darle las gracias personalmente.

—Ah, es eso— por fin lo veo relajarse después de todos estos minutos. Genial, pescó el anzuelo. —Luis es un gran hermano, estoy contento de que el Nuevo Comienzo tenga a alguien como él— sonríe feliz.

Sí, sí, sí, lo que sea, ¡a mí eso no me importa!

—Pero él no esta aquí— confiesa.

¡¿Qué?! ¿Así actúe para nada?

—Pero vendrá mañana— agrega.

Mi ánimo vuelve a subir al oír eso. Sabía que la vida recompensaría todos mis sacrificios.

—¿Podrías avisarme cuándo llegué? En serio quiero agradecerle personalmente— pido juntando mis manos. Quiero convencerlo, si logro ver a Luis, quien tanto ayudó a Poché, él podrá ayudarme a mí también. Es lo único que me queda.

—Claro, seguro él se sentirá bien al saber que ayudó a alguien a unirse al camino de la...

—Gracias por la ayuda— lo detengo antes de que siga hablando más de esta secta. Es lo mínimo que me interesa ahora.

—Debemos irnos, se te asignará una habitación aquí como lo dijo El Profeta— una tercera persona aparece en la sala. Creo conocerla al verle, sino me equivoco, varias veces El Profeta la llamó Susan. Junto con Carl, creo que ellos son los más cercanos a él, pero apuesto a que ella lo es más.

—Bien— respondo de lo más tranquila al saber que mañana todo irá como marcha el plan. Me despido de Erick y sigo a Susan.

Recorrer esto de nuevo me hace traer recuerdos de la primera vez que vine aquí; en ese entonces estaba tan asustada y tan confundida, pero ahora es todo lo contrario, me siento más segura que nunca y la verdad la siento aún más clara, tanto que tengo hasta miedo de tener razón.

Que las dos comencemos a subir las escaleras, no me da una buena espina, eso solo me hace pensar en el último lugar al que quiero ir estando aquí.

—Te quedarás dónde alguna vez lo hiciste— la oigo decir. Comienza a hablar pero en este punto le dejo de poner atención, mi mente solo puede centrarse en aquella habitación que alguna vez le perteneció a Poché. Solo salgo de mi realidad cuando siento un pequeño empujón que me hace adentrar a la habitación.

—Que genial— susurro al escuchar el estruendo de la puerta cerrarse.

¿Debería pedir qué me cambien de cuarto? Aunque dudo que lo hagan, ya que esto no es un hotel y el servicio al cliente aquí es pésimo.

Llego a la esquina del cuarto y me siento sobre el suelo abrazándome a mi misma, siendo así la única forma en la cual me siento cómoda. A pesar de tener un suéter, el clima del cuarto sigue estando frío.

Observo un poco mi posición y sonrío tristemente al darme cuenta de algo: Poché también estaba así cuándo estuvo encerrada en este lugar. Recuerdo bien que Robert y Rosalind lo mencionaron.

Ahora mismo me siento un poco sola, me pregunto cuan solitaria se sintió Poché. Yo puedo decir al menos que Lucas vendrá a ayudarnos, pero ella nunca tuvo ninguna esperanza parecida. La pasó aquí esperando algo, pero ¿qué? ¿Qué se suponía qué tenía qué esperar? No había nada que le asegurara que saldría de aquí.

Daría lo que fuera para tener la oportunidad de abrazarla, solamente eso, decirle palabras tan vagas como "todo estará bien" no serviría de nada. Ella en su momento sabia que nada iba a estar bien.

Por ahora solo queda recordar su fantasma del pasado ya que no sé cuando la volveré a ver, pero tengo la certeza que nos reuniremos de nuevo... Poché me lo prometió.

Lo prometió... promesas, solamente eso. ¿Cuántas hemos hecho y cuántas se han rota? Los números casi son iguales.

—Estoy tan cansada— murmuro mientras recargo mi cabeza sobre mis rodillas. ¿Esta mal pensar en cuándo lograré por fin descansar? Siento como mis músculos se van debilitando poco a poco cada día que pasa. Un día ni levantarme podré.

Decido al menos tener una pequeña noche de sueño, creo que eso me ayudará a estar un poco más relajada para lo que sea que venga mañana, además, me lo merezco. Esta vez será... extraño, ya no tendré que preocuparme sobre viajar.

Mis ojos se centran en la pared a mi lado izquierdo mientras el sueño me va venciendo poco a poco. En mi recorrido hacía el mundo de los sueños, le pongo más atención a aquella pared de lo que se debe. Pequeños fragmentos del día que vine aquí por primera vez regresan de nuevo. Si mal no recuerdo, esta pared tenía escritos por parte de Poché, digo tenía porque ahora que la vuelvo a ver, no hay absolutamente na...

—Te esperaba— susurro entre dientes al recibir de nuevo a mi inseparable amigo "dolor de cabeza". A comparación de los demás, este es leve y pasajero, ya que a los segundos mi mente esta de nuevo paz y suspiro agradecida por eso.

¿Entonces algo si cambió? No dudo en sonreír, es la primera vez que me alegro porque la cabeza me duela, ya que eso quiere decir que los pensamientos de Poché cambiaron, ¿no? Ya no hay nada que me culpe, aunque esta pared no esta del todo vacía. Cerca del suelo se pueden notar letras, están casi borrosas, pero los lugares donde se raspó siguen sintiéndose un poco. Mis dedos pasan por ahí mientras observo tratandole de dar sentido a aquellas palabras. Al único pensamiento que tuvo Poché.

"Por más diferentes que sean los dos lados, siguen siendo una misma moneda".

Genial, con lo que me gustan los acertijos.

—Dejar las cosas un poquito más claras sería de gran ayuda, amor...— digo entre una pequeña risa volviendo a acomodarme para descansar.

En un último pensamiento, a la cabeza se me viene El Profeta. Me pregunto dónde esta, desde que llegué aquí, él se fue enseguida, ni siquiera comprobó que no hiciera algo en contra de su secta estando aquí. No sé si me tiene confianza y piensa que no haré nada, o le tiene confianza a su gente y cree que tendrán todo bajo control... ¡pero eso no es lo importante! Sino que estará haciendo. Él probablemente este usando ahora el reloj, y a pesar de ser algo potencialmente peligroso, no me importa en lo absoluto. En verdad no me inquieta para nada el que pueda tener una ventaja tan grande como ver el futuro. Se que cabe la gran posibilidad de que pueda predecir todos nuestros movimientos, pero se con certeza que, si quiere detenerme, le hará falta más que un reloj capaz de jugar con el tiempo. De eso estoy segura.

Haré lo posible para ganar y haré que El Profeta sepa lo que es perder.

[...]

Viernes 05 de Abril del 2019.
????

—Ey... oye... despierta, por favor— escucho a lo lejos.

—Es muy temprano todavía— me quejo apretando con fuerza mis ojos. Ni siquiera me molesto en analizar en el lugar donde estoy, simplemente tengo sueño y eso es más importante.

—Son casi las diez de la mañana...

—¡¿Qué?!— en un segundo el sueño se me fue. Lo primero que veo es al mismo chico que me prometió presentarme a Luis. —Oye, a ti te recuerdo...

—Nos vimos hace menos de doce horas, obviamente me recuerdas— menciona. —Me habías dicho que querías ver a Luis, ¿cierto?

—¡Sí!— salto del suelo con energía al oírlo, pero me arrepiento después al sentir dolor en mis músculos. Debí estirarme primero, estar en una misma posición toda la noche no es para nada bonito.

—Pues él esta aquí. Si quieres tiempo para hablar con Luis, debes apurarte en ir a verlo— ni siquiera termina de decirme aquello cuando yo ya estoy en la puerta.

—¿Me llevarás con él?— le pregunto al darme cuenta que sigue en el mismo lugar.

—Claro, solo que no esperaba tanta energía— contesta todavía un poco aturdido. Dejo que él salga primero para así poder ir detrás suya.

El recorrido lo hacemos en silencio. No sé si por las mañanas no hay absolutamente nadie aquí, o es que todos son muy tranquilos que su presencia es casi inexistente.

Bajamos las escaleras con calma. Estando en el último escalón, por fin veo a personas a la vista. Están a unos pasos delante nuestra en bolita, parece que aquellos cuatro están hablando entre sí de algo muy importante. Me concentro en mi oído izquierdo cuando estamos acercándonos a ellos, quiero escuchar de que tanto hablan.

—... lo qué pasó?

—Sí, me asusté un poco al verla tan preocupada ir con El Profeta.

—Los mineros dicen que la última vez que pasó eso fue hace más de cinco años.

—¿Qué se pusiera así Benedict? También lo oí, parece que...

—¡Ey! No te quedes atrás— Erick interrumpe mi recolección de información. Dado que su llamado es algo fuerte, las personas que hablan lo dejan de hacer y me miran fijamente preguntándome con la mirada que hago espiandolos. Intimidada, me alejo de ellos rápidamente.

—Oye, ¿tú sabes algo acerca de El Profeta?— le pregunto caminando a la par suya por el pasillo.

—No— que evasivo...

Me es fácil de leerlo, claramente lo sabe pero no quiere decirme.

—¿Amaneció con un insoportable dolor de cabeza?— digo haciendo que se detengo abruptamente.

—¡¿Quién te lo...— se queda callado al verme confundida por su acción. Se que habló de más al ver el arrepentimiento en su rostro.

—¿Entonces eso fue?— sonreí de lado. —¿Acaso también sangró mucho por la nariz?— me divierte tanto ver su cara llena de sorpresa cada vez que digo algo.

—¿Cómo es qué te enteraste de eso?— frunce su ceño analizando muy seriamente. —¡Ni siquiera tienes porque saberlo!— exclama. —Solo seis sabemos que cuando le suceden esas cosas es porque escucha voces en sus sueños que le ayudan a predecir el futuro; esas voces son la palabra de nuestro Señor— la forma en que lo dice es tan seria y segura, que si no supiera lo que en realidad sucede, le creería.

—Bueno, ahora son siete que saben sobre eso— menciono con burla. Él tarda un poco en entender mi comentario, pero cuando lo hace, puedo decir que esta a punto de entrar en un colapso.

—¡Se supone que nadie más debería saber sobre eso!— chilla escandalizado. —Solo olvídalo y sígueme, me haces perder mucho tiempo hablando— me da la espalda para seguir caminando. Yo voy detrás de él nuevamente riéndome un poco por la situación.

Ese era un buen momento para mostrar la farsa que es El Profeta, pero hay un gran problema y es que no me creería para nada, eso llevaría a que no me quisiera ayudar y eso trae como consecuencia no hablar con Luis, y ahora mismo charlar con él es lo principal.

—Ahí esta— cerca de la sala, hay un hombre de espaldas en una conversación con otro. No esperamos mucho para que aquellos dos dejaran de hablar. —Ven, vamos— Erick me arrastra hacía aquella persona tomándome de la muñeca. —¡Luis! Mira quien quiere hablar contigo— dice alegra llegando a un lado suyo.

Él susodicho gira a vernos y ahí es cuando noto el cabestrillo que inmoviliza su brazo derecho. Nos sorprendemos los dos al vernos de frente.

—Ella dijo que la ayudaste a entrar al Nuevo Comienzo y te quiere agradecer por ello— menciona con demasiada actitud. Que gracioso pensar que Luis hizo todo lo contrario.

—Yo no sé qui...

—¡Que alegria volver a verte!— lo interrumpo antes de que mi mentira sea descubierta. —Desde hace tiempo he tenido ganas de hablar contigo— le confieso sin borrar una sonrisa de mi rostro mientras estrecho su mano izquierda con la mía.

Luis ni siquiera se molesta en mostrar fingida felicidad, solo puedo ver que esta muy nervioso al tenerme delante suya.

—Bueno, lo mejor es que los deje solos, seguramente después nos veamos— Erick se despide rápidamente. Cuanto esta a una distancia considerablemente lejos, giro a ver a Luis.

—Tenemos que...

—No aquí— su turno de interrumpirme. Él me toma del antebrazo y se mueve rápidamente hasta llegar a una puerta al fondo de un pasillo. Mirando a los lados y al ver que esta todo despejado,  me suelta para poder abrir la puerta y paso sin esperar una invitación. Estando dentro, me arrepiento al ver que el lugar es un pequeño almacén. Giro para regresarme, pero él me detiene parándose en la puerta.

—¿Qué se supone qué haces tú aquí?— me pregunta molesto.

—Entonces si me conoces.

—¡Eso da igual!— exclama irritado. —¿Por qué regresaste?— insiste en saber eso.

—Tú ayudaste a María José,  ¿verdad?— ignoro totalmente lo que dijo.

—Yo te pregunté algo primero— se queja al ver que no le respondí.

—Lo mío es más importante— alego decidida. Él intenta discutir, pero cierra su boca antes de que emita algo. Suspira frustrado mientras acaricia el puente de su nariz.

—Sí, lo hice, pero eso no significa que este de tu lado, sigo apoyando a El Profeta— aclara haciendo que gire mis ojos.

—Y saber que ella habló bien de ti— menciono en bajo mientras hago una mueca.

—¿Qué? ¿Cuándo has hablando con ella?— me ataca con preguntas y me siento acorralada en este estrecho lugar.

Ugh, creo que hablé de más.

—Pensé que podrías ayudarme— digo tratando de cambiar de tema.

—Mira, ayude con algunas cosas a María José y ya. Parecían importantes para ella y no pude negarme, pero solo fue eso. Te conozco porque todo eso fue dirigido a ti. Los mensajes, fotos, la cinta y lo que sea que haya llegado a ti fue idea de ella, no mía, yo solo fui un mensajero— comienza a explicar. Se que es sincero con eso, lo veo en su lenguaje corporal. —Escucha... no se que pasa exactamente, pero algo si tengo en claro y es que no tuviste porque volver aquí. Debiste aprovechar la oportunidad que se te dio al escaparte de aquí— agrega hablando un poco rápido.

—Eso es algo que también quiero preguntarte. ¿María José te pidió qué hicieras todo eso?— lo interrogo apuntando a su hombro. Entre más indago, más nervioso se pone.

—No— niega rotundamente, y antes de hablar nuevamente, me calla. —Pero tampoco lo hice por ti. Hacer que salieras de aquí solo fueron órdenes de alguien más— con eso apaga la chispa de curiosidad que tenía sobre su relación con Poché, pero también enciende una fogota entera de interés sobre quien esta detrás de esa huida.

—¿Entonces quién más pudo haberte pedido eso sino es María José?— mi insistencia parece tenerlo en el límite. Veo que intenta irse, pero llego antes a la puerta interceptando su huida. —Habla— digo entre dientes haciendo mi mejor cara de seriedad.

Luis comienza a dar pasos hacía atrás hasta tocar la pared con su espalda. Juega un poco con el cuello de su camisa antes de que algo por fin salga de su boca.

—Solo... no digas nada de esto— asiento lentamente estando muy concentrada en sus palabras. —La persona que me pidió empezar tu huida fue El Profeta. Él planeó eso para que tú salieras de aquí— confiesa dejándome aturdida.

—¿Qué?— susurro sin creer en lo que dice. En este momento mi mente se pone en blanco dejando solo lo que dijo en repetición.

¿Cómo por qué El Profeta haría eso? No tiene sentido, no... tiene razones para ayudarme, ¡él quería que me uniera en ese mismo momento! ¡¿Por qué darme la oportunidad de alejarme?!

¿Exactamente a qué esta jugando?

—¿Por qué haría algo así?— frunzo el ceño estando todavía confundida.

—No me preguntes por eso porque ni siquiera yo lo sé, simplemente sigo órdenes, no las cuestiono— contesta algo agitado. —Se que no debe tener sentido lo que digo, pero es la verdad, él...

—¿Y la nota?— sin verlo a los ojos, hablo sobre aquello. Si El Profeta le dijo eso a Luis, ¿a otra persona le habrá dicho sobre la nota? Pero... carajo. No.

—No sé de que nota hablas, otra persona se habrá encargado de eso, yo solo fui parte de tú huida así que... por lo que le pasó a mi hombro— dice alzando aquella parte. —No menciones que yo te hablé de esto. Me lo debes— es lo último que dice antes de salir del almacén rápidamente dejándome en esta pequeña habitación ahogandome en mis propios pensamientos.

Mi mandíbula se tensa entre más comienzo a recopilar todo lo que ha pasado desde ese día. Esto no puede ser, esto no tiene sentido, simplemente no hay razón para que sea posible, pero... ¿quién más podría haberlo pedido o hecho? Nadie...

¿En serio solo queda creerle a Luis?

—Agh, carajo, esto solo se complica aún más— maldigo en bajo mientras masajeo mi frente que comienza a doler.

Tengo que hablar de esto con alguien y en los únicos que puedo pensar y confiar esto es en Robert y Rosalind, pero ¡¿dónde estarán?! Hay posibilidades de que estén aquí como de que no lo estén. Debí preguntarle eso a Luis...

Salgo del almacén que ya comienza a sofocarme. Camino por la cabaña tratando de pasar desapercibida por la pequeña cantidad de personas que hay aquí. Espero al menos que alguien hable sobre la pareja como lo hicieron con El Profeta, necesito saber donde están y si se encuentran bien.

Recorro el primer piso libremente y parece que nadie tiene interés en hablar sobre ellos. Subo al segundo y hay menos gente de la esperada, solo hay un trío "vigilando", pero en realidad están viendo por la ventana mientras charlan. Paso desapercibida por delante de ellos y voy al tercer piso. Este es aún más silencioso y es cuando me pregunto si ellos estarán aquí, o al menos Rosalind, porque al ver el estado en el cual vi a Robert, no se miraba para nada bien, seguro lo tendrán en otro lugar alejado.

Camino sin tratar de hacer ruido, pero me detengo al ver a alguien saliendo de una habitación al fondo del pasillo. Esperando que no haya nadie dentro, me escondo en un cuarto para dejar que pase aquella persona. No quiero descubrir si tengo o no permiso para estar por aquí a estas horas.

Cuando la oigo pasar, puedo escuchar un suave "espero que pronto se le pase" con pasos de fondo. Dejo pasar algunos segundos hasta por fin dejar de escucharla. Salgo del cuarto y miro hacía aquella habitación de donde salió. ¿Con eso se habrá referido a Robert? Trago saliva dispuesta a descubrirlo.

Mis manos empiezan a sudar frío entre más me voy acercando. Solo espero que al otro lado de esta puerta no este nadie que pueda hacerme algo o delatarme.

Frente al cuarto, tengo la estúpida idea de tocar, pero me doy cuenta que eso solo alertará a la otra persona. Si es Robert o Rosalind, no me dirán nada si entro como si nada sorprendiendolos, ¿pero qué haré si no son ellos? Creo que eso toca averiguarlo.

Mi mano toma la manija y la giro lentamente abriendo la puerta dándome un pequeño vistazo al interior. Lo primero que veo es un escritorio pegado a una pared y un reloj de agujas en lo alto. Entro a la habitación y diviso al fondo a la derecha una cama con sábanas destendidas, y solo eso, aquí no hay nadie más.

—¿Entonces de quién estaba hablan-

Siento una mano agarrar la tela de mi suéter por detrás en un puño. Suelto una exclamación por la impresión y doy un paso hacía delante para librarme del agarre. Giro sobre mis talones para descubrir quien hizo eso, pero lo único que siento es un cuerpo abalanzarse sobre el mío. Me quedo congelada en mi lugar sin entender la situación.

¿Qué carajos esta pasando? Ni siquiera estoy dispuesta a bajar mi mirada para saberlo.

—Estás aquí— una voz acabada se abre paso entre el silencio mientras sus delgadas manos se aferran a mi espalda.

—¿Qué?— murmuro sintiendo mi corazón palpitar fuertemente.

No puede ser cierto. No, no puede ser...

Mis manos temblorosas se alzan hasta agarrar los hombros delgados de aquella persona. Mis dedos se encajan en su piel a causa de los sentimientos que estoy teniendo en este momento antes de alejarla.

Jadeo de impresión al presenciar lo que esta delante mío mientras lágrimas se acumulan en mis ojos.

—¿Por qué estás aquí?— me pregunta débilmente sin dejar de verme confundida.

Yo no respondo eso, simplemente muerdo mi labio para evitar dejar escapar un sollozo mientras lágrimas cálidas bajan por mis mejillas. Mi cuerpo entero tiembla, eso hace que baje mi rostro apenada al comenzar a llorar con más intensidad.

—¿Calle?— musita tocándome la mejilla.

—Estás bien— sin poder retenerlo aún más mis brazos rodean su pequeño cuerpo y la pegan todo lo posible a mí. —Poché, estás bien— ni siquiera me importa centrarme en donde estamos, solo me importa darme cuenta que, dentro de lo que cabe, ella esta bien. —Estás bien y estás aquí— digo palpando su espalda mientras rio sin dejar de llorar.

La felicidad que siento ahora es tan intensa que puedo morir aquí mismo.

—Estoy aquí— la escucho susurrar débilmente. —Aunque, no haya planeado esto, estoy tranquila al poder verte de nuevo— dice suavemente. —Te lo dije, Calle, te dije que volveríamos a vernos, bobita— me responde entregándose al abrazo.

De nuevo volvemos a estar juntas. Es lo único que pienso mientras la abraza más fuerte.

¿Qué tan probable es esto?

Esto solo puede ser el destino. Ni siquiera El Profeta pudo evitarlo.

///

esto es importante:

por favor díganme que más dudas tienen, en serio es el último capitulo que se los pregunto😭 yo ya tengo cosas que responderé en estos capítulos que faltan, pero quiero saber si hay algo más que quieren saber ¡¡¡¡esta es la última oportunidad que tienen!!!! quiero acabar efecto mariposa sin ninguna dudo como anteriormente digo!

por cierto esta es el apartado para decir CUALQUIER teoría. es su última oportunidad para atinarle, los capítulos que siguen son revelaciones! quien le atiene a algo se gana oxígeno para respirar 😵

Continue Reading

You'll Also Like

1.5M 171K 42
❝ YoonGi es un padre soltero que acaba de perder a su amada y JiMin es un omega roto que acaba de perder a su bebé, ¿Qué pasará cuándo ambos caminos...
139K 17.1K 77
La historia trata de una escritora qué se hace famosa por un golpe de suerte y un buen descubrimiento de parte del editorial, su nombre Sarocha Chank...
116K 5.4K 41
Un día, dos chicas se encuentran en el metro. Violeta, que acaba de ser abandonada, se está recuperando de un corazón roto, y Chiara está lidiando co...
354K 35.5K 91
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...