Efecto Mariposa

By lvshyo

271K 29.6K 26.9K

Un 08 de Agosto del 2014 fue el día en que María José desapareció. Nadie, ni siquiera yo, comprendimos el com... More

Génesis + Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
1˙3 olnʇídɐɔ
2˙3 olnʇídɐɔ
3˙3 olnʇídɐɔ
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
1˙6 olnʇídɐɔ
2˙6 olnʇídɐɔ
3˙6 olnʇídɐɔ
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
1˙51 olnʇídɐɔ
2˙51 olnʇídɐɔ
3˙51 olnʇídɐɔ
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
1˙52 olnʇídɐɔ
2˙52 olnʇídɐɔ
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
1 ˙43 olnʇídɐɔ
2˙43 olnʇídɐɔ
Capítulo 35
Capítulo 36
1˙63 olnʇídɐɔ
2˙63 olnʇídɐɔ
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
1˙93 olnʇídɐɔ
2˙93 olnʇídɐɔ
3˙93 olnʇídɐɔ
Capítulo 40
Capítulo 41
1˙14 olnʇídɐɔ
2˙14 olnʇídɐɔ
Capítulo 42
Capítulo 43
1˙34 olnʇídɐɔ
2˙34 olnʇídɐɔ
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
1˙45 olnʇídɐɔ
2˙45 olnʇídɐɔ
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62

Capítulo 54

2.1K 258 437
By lvshyo

《Hemos escuchado un grito de espanto; no hay paz, sino terror.》

Trago de mantenerme bajo control ante la situación, pero a estas alturas se me hace una tarea difícil.

Es complicado de asimilar que, la persona que ayudó a encontrar información contra El Profeta, sea en realidad el hijo de esa persona. Para mi, era algo totalmente imposible de imaginar, pensé que aquel hijo no estaba aquí, pero en realidad siempre a estado entre nosotros.

Busco con la mirada a Robert y Rosalind detrás mío. Ellos, al contrario de mí, no están sorprendidos, sino más bien parecen preocupados ante la presencia.

—Lucas...— lo llamo girando mi rostro para enfrentarla de una vez. Él reacciona ante mi voz y me mira inmensamente. —¿Por qué...?— intenté pedir una explicación, pero su voz me interrumpe.

—Supongo que debo de disculparme por no haberlo mencionado antes— dice mientras avanza hacía nosotros. La disculpa no se ve del todo sincera, es como si no le importara en absoluto.

—Me mentiste— entrecerre mis ojos mirándolo acusadoramente.

—Eso no es verdad— se detiene frente mío cruzándose de brazos. —¿Cómo te voy a mentir si nunca me lo preguntaste?— una sonrisa desafiante se forma en sus labios.

—Lo ocultaste— digo lentamente aquellas dos palabras sin romper el contacto visual.

Estoy harta de que todo a mi alrededor sea una mentira. A cada persona que vi como una aliada acabaron ocultando o mintiendo sobre algo, todos menos alguien que siempre he visto como un enemigo; El Profeta es la única persona que parece ser, nunca me ha mentido. Odio aceptarlo.

—No vi necesario mencionar ese detalle— se defiende restandole importancia. Lo dice como si estuviera hablando de un descuido cualquiera.

—¡Lucas, estuvimos detrás de ellos!— le recuerdo sin evitar que mi voz se alzara. —¡Tú estuviste detrás de ellos!— lo señalo dándole incapie a aquel momento donde nos vimos por segunda vez dentro del bosque.—Pero...— mi garganta se cierra al tiempo en que por mi mente surge una probabilidad. —¿Estás con él?

—¿Qué?— su expresión es seria y confundida.

—Estás con El Profeta. Tú debes de ser de las personas que le pasan información— lo acuso y él solo se ríe al escucharme.

—De verdad no sabes nada— dice mostrándose burlón.

—¿Qué tengo qué saber?— lo miro sin entender nada de lo que habla. Él gira su rostro para ver a la pareja, la cual en todo momento se han mantenido expectantes.

—¿No le contaron?— les pregunta. Aquello me preocupa.

—¿Se conocen?— mis ojos viajan de Lucas hacía ellos dos y de regreso a él.

—Solo nos hemos visto en una ocasión— me responde. —Pero ellos conocen todo de mí, como yo trato de conocer todo de ellos— Lucas camina hasta sentarse en un banquillo al lado de la barra. Actúa como si toda esta conversación no fuera nada relevante para él. —Yo no regresé a este pueblo para servirle a mi padre, vine a que pague todo lo que ha hecho— confiesa entre dientes.

Al ver su mirada llena de ira, me hace deducir que no busca lo mismo que la policía, parece más bien que va a hacer justicia por su propia mano.

—Que agradables palabras hacía tú progenitor— Robert habla entre el tenso ambiente.

—No vine aquí para escuchar tus sarcasmos— le gruñe.

—¿Entonces cuál es la razón?— Rosalind lo mira con una ceja levantada.

—Estaba paseando por aquí...

—¿Estabas de paseo o estabas espiandonos?— Robert lo cuestiona con sus brazos cruzados.

—Ja, ¿te diste cuenta?— la diversión inunda el rostro de Lucas.

—Se debe mencionar tus pobres tácticas de disimulo. Te llegué a ver varias veces fuera de la cafetería— menciona sin ningún tipo de humor. Obviamente, eso le molestó muchísimo.

—¿Por qué hacías eso?— le pregunto a Lucas un tanto curiosa y él solo suspira.

—Se que El Profeta tiene asuntos pendientes con ellos— los señala con la mirada. —Así que esperaba el momento cuando apareciera, ya que yo acabaré con el Nuevo Comienzo y con Benedict— se señala decidido.

Puedo ver sinceridad en su mirada, pero no sé si sea la suficiente para volver a confiar en él. No puedo dejar de pensar en que más cosas me tienen ocultas.

—Sigo sin entender en que lado estás, Lucas— digo mirándolo seriamente. —Así que me gustaría que me explicaras absolutamente todo— le pido.

—Yo no estoy de ningún lado, voy por mi propia cuenta— contesta. —Pero ¿sabes? Puedo hacer una excepción por esta vez— se a lo que se refiere, pero dudo que aceptar su propuesta sea lo más inteligente.

—No sé si confiar en ti todavía— confieso. —Eres el hijo de Benedict, eso pesa demasiado— menciono ese detalle tan importante.

¿Por qué haría alianza con él hijo del causante de todo esto?

—Pues deberías confiar, ya te he dicho que no estoy de su lado— su mano recorrer la barra de madera mientras curiosea los libros que hay. —Además, se puede decir que fui la única persona que realmente intento ayudar a María José— su mentón se posa sobre el dorso de su mano sin dejar de verme para no perder mi reacción.

—¿Qué dijiste?— doy un paso hacía él intrigada. ¡¿Acaso escuché bien? ¿Él intento ayudar a Poché?! Pero, ¿cuándo?

—¿No te lo mencionaron?— sus ojos se desvían hacía Robert y Rosalind. Ellos dos rápidamente miran hacía los alrededores de la cafetería mostrándose nerviosos, yo bufo.

—¿Qué se supone qué tenían qué decirme?— dejo atrás mi creciente enojo hacía ellos, estoy acostumbrado a que siempre terminen ocultandome cosas, parece ser algo ya común entre nosotros.

—Escucha Daniela, te lo contaré todo desde un principio para que entiendas mejor— comienza a hablar. —Llegué a este pueblo desde antes de que sucediera la desaparición de María José— creo en lo que dice. Lo recuerdo perfectamente saliendo y entrando de la iglesia en un viaje. —Intentaba saber un poco sobre todo lo que había hecho a lo largo de los años.

—Te refieres a lo qué planea, ¿verdad?— lo interrogo y asiente con su cabeza.

—Benedict se obsesionó con el reloj desde la muerte de mi madre— aquello son palabras duras que le cuesta decir. En un segundo, me empiezo a sentir mal por él.

Se que Lucas da su mejor esfuerzo en seguir hablando, pero parece que entre más intenta, más se le dificulta.

—Déjalo— Robert interviene en su lucha colocando una mano sobre su hombro. —Yo sé la razón de El Profeta— confiesa haciéndome suspirar.

¿Por qué no me sorprende? Desde un principio lo supieron y simplemente decidieron ocultarmelo. Mi pregunta es ¿por qué? ¿Qué les impide contarme cosas sobre El Profeta?

—Su nombre era Isabel— Robert empieza a relatar mientras se mueve por la cafetería hasta quedar frente a un estante lleno de libros. —Desapareció en los primeros días de Agosto en el año 2000— él nos da la espalda mientras se da a la tarea de buscar algo dentro de los libros. —Me enteré del suceso después de meses de mi partida. Mantuve contacto con Benedict así que me contó un poco de todo aquello— el sonido de un libro cerrarse se escucha y después de eso gira sobre sus talones y se acerca a mí. —En ese entonces el sheriff del pueblo era el padre de Eli Hudson— su mano se estira y de ella sostiene un pedazo de periódico viejo, lo agarro con inseguridad y puedo ver una nota sobre una desapareción.

La foto de una mujer jóven castaña se aprecia junto con datos a su derecha. Todo aquello con una gran pregunta encima: ¿LA HAS VISTO? Ver esto me revuelve el estómago al recordar los primeros días después de la desaparición de Poché.

—Desde la perspectiva de nuestro Benedict, la policía no hizo el trabajo suficiente para encontrarla— añade por último Robert y eso hace click dentro de mi mente.

Ahora entiendo el odio irracional de Benedict hacía la policía del pueblo.

—El caso es que lo peor aún no termina...— Robert estuvo a punto de seguir, pero la mano de Rosalind sobre su antebrazo lo calla.

—No creo que sea necesario recordarlo— ella señala de reojo a Lucas. Yo lo miro disimuladamente y parece que da todo de si para no lucir afectado, cuando en realidad es todo lo contrario, le duele escuchar este tema.

—Entiendo— Robert aclara su garganta notablemente apenado por no haber pensando en los sentimientos de él, pero Lucas al darse cuenta de eso, niega con su cabeza restandose importancia.

—Mi madre murió por manos de un tipo que vivía cerca de nuestro vecindario— dice con su vista oscurecida y perdida en algún punto del lugar.—Él... él...— no puedo seguir viendo como se tortura.

—Esta bien, no sigas— lo interrumpo, pero no se detiene.

—Ahora aquel hombre esta pagando por aquello, pero verlo encerrado no fue suficiente para Benedict, ya que... se comprobó que estuvo pocos días viva después de su desaparición, días en donde la pudieron encontrar— su mano atrapa la tela de su pantalón y la aprieta. —Benedict lo sigue culpando, sigue diciendo que él padre de Eli pudo haber hecho más, así que lo que sea que tenga con el sheriff, se podría decir que es personal— se encoje de hombros.

¿Será esa la razón por la cuál haya decidido ir por la hija del sheriff? Seguramente todo es venganza, ¿pero por qué hacer sentir al hijo lo qué él sintió? ¿O es qué en realidad Kristina si sufrió?

—Puede que El Profeta quiera ayudar— Rosalind habla. —Pero también esta cegado por venganza, eso lo hace potencialmente peligroso— añade.

—Claro que es peligroso, por eso hay que detenerlo de la forma que sea— Lucas parece estar un poco mejor, el enojo cubre cualquier rastro de tristeza. —Hizo todo este estúpido plan olvidándose de que tenía un hijo que necesitaba un padre después de la perdida de su madre— dice entre dientes. —Gracias a eso me tuve que ir con mis tíos antes de que pudiera volver después de años al pueblo. Poco a poco me tuve que ir metiendo en los asuntos de la Iglesia para saber que había sido de Benedict— confiesa. —Todo eso mientras comenzaba a trabajar para el sheriff. Si quiero acabar con El Profeta, necesito estar entre dos bandos— demasiado inteligente, Lucas.

—¿Nunca le llegaste a mencionar sobre El Profeta a Hudson antes de que iniciaran las desapariciones?— le pregunto y Lucas niega a mi pesar.

—No, en ese entonces casi no se pronunciaba tanto y no tenían tanto poder como ahora, además, en ese entonces no había hecho nada malo— responde. —Yo... lo comencé a investigar más a fondo después de la desaparición de María José— dice mientras juega con sus manos. —Sabía que había sido él, sabía que ella tenía el reloj— aquello me deja una extraña sensación en el estómago.

—Tú... ¿cómo te enteraste?— busco respuestas.

—No encontraba otra razón para que personas de la Iglesia tuvieran tanto interés en ella... era obvio que todo eso fue bajo la orden de Benedict— Lucas contesta frunciendo cada vez más su ceño. —Ella no tenía nada que ver en esto— susurra entre dientes.

Escucharla hablar así, hace que mi garganta se cierre y mis ojos comienzan a arder.

Obviamente, ella no tenía nada que ver en esto. Poché no merecía un destino así, y nunca lo va a merecer.

—Intente... intente ayudarla, lo prometo— sus ojos se alzaron para verme llenos de culpabilidad. —Pero no logré nada.

Trago saliva antes de que mis labios decidan abrirse al tener un recuerdo pasajero.

—Fuiste tú— es lo único que digo y con eso logro llamar la atención de los tres presentes. —Tú le mandaste aquel mensaje de que huyera, ¿verdad?— él suspira mientras lo acepta.

—Intentaba que lo hiciera, sabía que si se quedaba, era su fin, en cambio, si se iba, tenía la posibilidad de tener un futuro mejor— se encoje de brazos. —No conseguí nada con eso— añade. El saber que alguien la intentó ayudar de verdad, hace que mi corazón se llene de calidez.

Pienso que, Poché, debió sentirse llena de esperanza al no verse sola ante El Profeta, aunque eso no haya sido suficiente, al menos una persona velo por ella. Algo que yo no pude hacer.

—Y como no funcionó eso, intenté algo por última vez aquella noche— sus palabras me intrigan y llena de curiosidad. Aquello me resulta tan familiar.

—Acaso Lucas...— giro mi rostro buscando el de Robert y Rosalind. Saben a lo que me refiero, lo saben al verme, así que asienten despejando cualquier duda. —Tú— mis ojos vuelven a Lucas y estos comienzan a llenarse de lágrimas.

—Así que si te dijeron eso, ¿he?— Lucas sonríe de lado.

Sin evitarlo, la primera lágrima cae de mi ojo y rápidamente limpió su rostro de mi mejilla derecha.

—Tú fuiste aquella tercera persona en aquella noche— digo con voz entrecortada.

—Yo no quería tener ningún tipo de remordimiento en mi vida, el saber que pude hacer algo y no intentarlo, no me gustaba para nada, así que en ocasiones también la miraba para comprobar que no hicieran un movimiento contra ella, todo eso duró hasta esa noche de Agosto— finaliza.

—En nuestra defensa— Robert señala a Rosalind y a si mismo. —Pensábamos que ibas a hacer algo contra María José, nuestra única opción fue correr de ti, aún no sabíamos quien eras, no hasta que le contamos a Benedict sobre lo sucedido. Él terminó por averiguar quien eres y nos lo contó. Me causó impresión que te haya reconocido tan rápido, supongo que un padre nunca olvida a un hijo— termina.

—Gracioso que lo digas, él olvidó que era mi padre por 18 años— Lucas gira sus ojos notablemente enojado. —Gracias a eso me ha costado conseguir información dentro de la Iglesia, pensé que un nombre falso bastaba, pero al final Benedict sabe que regresé y estoy detrás de sus pasos.

—Ahora que tocamos este tema, hay algo que me intriga— Rosalind habla sin dejar de ver a Lucas. —Aparte de nosotros, Johan también se enteró sobre tú llegada, es por eso que le hiciste todo eso, ¿verdad?— lo enfrenta.

—Espera— intervengo mirando con el ceño fruncido a Lucas. —¿Tú fuiste él qué intentó matarlo aquellas dos veces?

—Era un obstáculo— responde simplemente. Mi enojo aumenta al verlo referirse así a Johan. —Tenía que sacarlo del camino cuanto antes, no podía permitir que dijera algo sobre mí, así que la primera vez fue fácil, el sheriff me había dicho donde estaba antes de irse y solo tenía que actuar como El Profeta para que todos pensaran que fue él, pero mi padre llegó a detenerme antes de que pudiera subir a su habitación— aquello me sorprende. Así que El Profeta intentó salvarlo, justo como la última vez. —Después de eso, Johan me vió y se que me reconoció al instante, pero se quedó callado, no sé si fue por miedo o algo por el estilo, pero no me iba a quedar a averiguarlo, así que planee de nuevo encontrarme con él, aunque esta vez no le iba a hacer nada, solo quería hablar sobre Benedict con él, pero en eso llegó El Profeta y se lo llevó— gruñe recordando aquello. —Yo sé que Vera oculta algo, Daniela— lo dice muy seguro. —Por otra cosa mi padre no sé atrevería salvarlo dos veces. Estoy seguro que El Profeta no quiere que diga nada sobre él, es por eso que lo protege y lo mantiene bajo su poder— menciona.

Dejo de verlo para centrarme en una ventana a lo lejos. ¿Y si es verdad lo qué dice y Johan sigue de su lado? Pero me cuesta aceptarlo, él nos ayudó a contarnos sobre su identidad y proyecto, además El Profeta le hizo pasar malos momentos, ¿por qué seguir de su lado? ¿Será qué se encuentra bajo amenaza? No lo sabre si no se lo pregunto directamente, lo malo de esto es que no sé cuando podré volver a verlo, o si es que lo haré.

—¿Por qué estás tan seguro de eso?— Robert le pregunta llamando su atención.

—Es una intuición que bien puedes creer o no— Lucas le responde despreocupado. —Pero yo se lo que digo, Johan no es alguien que nos proporcione información, de hecho, es todo lo contrario, él recopila información de nosotros para dársela al Profeta— yo niego con mi cabeza al escucharlo.

—Es que no lo entiendo, él me ayudó, me respondió cosas sobre El Profeta, me dijo que lo odiaba, le preocupa Poché, ¿por qué haría eso?— digo mientras masajeo mi frente desesperada.

—Puede ser una fachada— contesta. —Todos actuamos a conveniencia, Daniela— sus palabras fueron frías. —Después de todo, aquí todos velamos por nuestros propios intereses— nos mira a los tres. —Tú buscas la manera de salvar a María José, yo quiero enfrentar a mi padre, y ustedes buscan salir de este pueblo sin temer a nada con una historia fascinante detrás— observa por último a Robert y Rosalind. —Tenemos razones diferentes pero un objetivo en común y es El Profeta. Podemos encontrar una manera de arruinar sus planes si nos unimos— propone. Hay dudas en el aire, tanto Robert, Rosalind y yo sabemos que puede traer desventajas todo esto.

—No puedo prometerte nada, Lucas— confieso. —Yo probablemente estaré fuera de todo esto.

—Daniela hará un último viaje esta noche para evitar la desaparición de María José— Robert aclara al ver la confusión en el rostro de Lucas ante mi negación.

—¿Te arriesgaras?— él me mira sorprendido, yo asiento. —Sabes que no podrás contra ellos, ¿verdad?— señala a la pareja. —Su vida depende de llevar a María José ante Benedict, no te la dejarán fácil si intentas detenerlos— añade.

—Tanto Robert y Rosalind no querían hacerlo, se que encontraré la forma de hacer razonar a sus versiones del pasado— digo decidido.

—Me fascina tú seguridad, Daniela— Rosalind exclama con una sonrisa.

—Pero no estaría tan seguro de ello— esta vez Robert habla. —Tienes razón, nosotros no queríamos hacerlo, pero no teníamos de otra, ya lo hemos dicho. Si no regresamos con María José, todo sería peor, así que no confiaría tanto en nuestros "yo" del pasado— dice mirando a Rosalind y ella le da razón.

—Deben de estar bromeando— les digo molesta.

—No, claro que no— Rosalind niega. En un movimiento, mis ojos están sobre Lucas, él al notar mi mirada, niega con su cabeza varias veces.

—No confíes en mí, antes no era la mejor persona, probablemente termine corriendo de ti al verte ya que no quisiera involucrarme en una investigación, no quiero volverme testigo, todo mi plan se vendría abajo— da razones y yo suspiro pesadamente.

Tampoco es como si sus versiones de cinco años atrás sean iguales a los del presente. Probablemente no sean tan accesibles ni "amigables" como lo son ahora.

—Si quieres un consejo, lo mejor sería que convenzas a María José de entregar el reloj, no hay de otra. Si pensabas en escapar, podría servir al principio, pero Benedict no dejaría tan rápido ir al reloj, las perseguiría— pensar tan solo en el escenario de Poché y yo huyendo de él me genera escalofríos. No, es lo último que quiero, no deseo una vida así.

—No creo que se encuentre tan dispuesta a dárselo— susurro presionando mis manos entre sí.

—¿Por qué lo dices?— me pregunta.

—Ella sabía desde un principio que todo esto pasaría— le respondo lo obvio. —Si lo hubiera querido, lo hubiera evitado.

—Buen punto— menciona soltando un bufido. —Por eso todo este asunto del reloj me causa mucho estrés.

—Pensé que querías el reloj— Robert menciona captando mi interés.

—¿Yo? ¿Quererlo? Claro que no, ¿por qué lo piensas?— Lucas le pregunta.

—Bueno, ¿entonces por qué buscas a El Profeta?— Rosalind lo interroga.

—Él me prometió hace años que traería de regreso a mi madre, es por eso que supe todo este tiempo sobre el reloj, el me había contado aquella historia cuando era un niño— responde. —Y si todavía estoy aquí pasando por todo esto, es que todavía no ha cumplido su promesa, por eso es que necesito enfrentarlo. ¿Por qué sigue con esto cuándo su objetivo principal era cambiar el destino de mi madre?— su palma golpea con fuerza la barra de madera haciéndome sobresaltar.

—El que no haya cumplido su promesa no es culpa suya— Robert menciona con expresión seria. ¿Lo esta tratando de defender?

Pero ahora que lo pienso mejor, tiene razón, El Profeta en todo este tiempo nunca mencionó el que pueda retroceder en el tiempo, sino más bien, él avanza.

—El Profeta no puede viajar hacía el pasado— pienso en voz alta. Las tres personas giran sus rostros para verme.

—¿Qué?— murmura Lucas incrédulo.

—Daniela tiene razón— Rosalind responde. —Benedict no puede viajar al pasado, en realidad, parece que tiene algo que evitar en un posible futuro.

—¿Ahora de qué hablan ustedes?— él gruñe en bajo. Se levanta del banquillo y comienza a alejarse un poco de nosotros.

—Hablamos de ti, Lucas— esta vez, Robert habla. Aquello me sorprende, ¿de Lucas? ¿Por qué? —Tú morirás— parece una terrible broma, pero su cara sin ningún tipo de expresión me hace creerle. ¿Lucas morirá?

—Eso es imposible, yo no puedo morir— frunce su ceño mientras aprieta sus puños.

—Eso es lo que quiere evitar Benedict, de hecho, ya hizo algo para evitarlo, ahora solo falta comprobar que haya funcionado— comenta Robert totalmente tranquilo, contraria a mí, que estoy preocupada. ¿Cómo qué Lucas morirá? No puedo dejar de pensar en eso.

—No tiene sentido...— susurra Lucas desviando su mirada. —¿Cómo?— su rostro se alza en busca de la pareja.

—¿Por qué preguntas cómo? Cuando la verdadera pregunta es ¿cuándo?— dice Rosalind.

—Cinco días, Lucas, solo tienes cinco días, ese número puede adelantarse o atrasarse, pero Benedict miró que morías un 08 de Abril— Rober por fin dice. Veo el cuerpo del susodicho tensarse, parece perdido, ya no puedo ver la seguridad con la que llegó.

—¿Qué hizo exactamente Benedict para evitarlo?— les pregunto. Ellos hacen una señal de silencio y sonríen levemente. —No puede ser que también oculten eso— murmuro en bajo.

—Todo eso es mentira, yo no moriré, detendré a mi padre antes de esos cinco días— dice entre dientes antes de dirigirse hacía las escaleras.

—¡Lucas!— lo llamo, aún necesito que me responda algo, pero no se detiene. Giro mi cuerpo a dirección de la pareja. —¿Cómo muere?— les pregunto. Debe haber una manera de evitarlo.

—De un disparo— Rosalind señala casi el lugar donde se encuentra el corazón.

—La muerte es inevitable— Robert dice. —No puedes cambiar el destino mortal de alguien tan fácil.

—¿Qué se supone qué tengo qué hacer?— ellos se encojen de hombros y frunzo mi ceño al no oír ninguna simple respuesta.

—Nos falta estudiar eso, probablemente lo sepamos después— Robert acaricia su barbilla pensativo.

—Mejor me voy— aquí no conseguiré nada más. Sigo los mismos pasos de Lucas y bajo a la primera planta en busca de su ayuda.

Salgo de la cafetería y miro a los alrededores antes de divisarlo a mi derecha. Él esta recargado en el muro detrás suya mirando el suelo perdido en sus pensamientos.

—Moriré— lo oigo decir al percatarse de mi presencia.

—No morirás— le aseguro.

—Lo has oído, moriré— bufo al verlo tan resignado. —Pero Benedict intenta evitarlo— menciona.

—Por las palabras de Robert, él ya lo evitó, así que no tienes de que preocuparte— intento que se calme y deje de pensar en aquel futuro.

—Aún no saben si lo evitó o no— Lucas aprieta sus dientes. —En este punto de mi vida no puedo morir— puedo ver un destello de seguridad en sus palabras. —Hay que vernos mañana, te diré todo lo que tengo planeado para arruinarle los planes a mi padre— escuchar de nuevo aquella propuesta me hace suspirar cansada.

—Ya te lo dije, no prometo nada— vuelvo a negarme. Al oír mis palabras, Lucas ríe levemente.

—Acéptalo Daniela— empieza a hablar. —No podrás cambiar nada— muerdo el interior de mi mejilla para evitar decir lo primero que se me viene a la boca, no es momento para discutir.

—Cállate, Lucas— hablo entre dientes sintiendo de nuevo la ira surgir.

—Te lo digo para que lo asumas de una vez, no podrás contra Benedict— doy un paso hacía él enojada y Lucas no se inmuta.

—Créeme, puedo contra cualquiera que se interponga— lo miro desafiante. Esas palabras también van para él.

—Debiste irte cuando pudiste— una sonrisa ladina se forma en sus labios. Escucharlo resuelve mis dudas.

—Sabía que eras tú— susurro recordando aquellas notas en las cuales me decían que tenía que irme.

—Eres igual que María José; tú no tienes nada que ver en todo esto, Daniela, por eso quería que te fueras antes de que no tuvieras oportunidad de irte— confiesa. —Pero ahora eso es imposible, El Profeta no dejará irnos, no por ahora— dice abatido. Lucas pasa a un lado mío dispuesto a irse, pero se detiene a unos pasos de mí. —Mi propuesta sigue en pie, mañana podremos hablar mejor— añade por último antes de escucharlo irse, yo suspiro.

No necesitaré eso.

Ahora es mi turno de irme, pero la puerta de la cafetería se abre mostrándo a Robert.

—Genial, aún no te has ido— sonríe. —Ven, necesito hablar contigo un momento— pide, y sin poder negarme, camino hacía él para adentrarnos al lugar.

¿Qué es lo qué tanto quiere hablar?

—¿Qué pasa?— le pregunto al verlo tan ansioso.

—No sé que tanto has hablado con El Profeta, y más sabiendo que te permitió ver a María José, pero por lo que más quieras, no le des el reloj— me pide preocupado. —Se que él tiene a la persona más importante para ti, pero... es muy importante que él no lo tenga en sus manos— él coloca sus manos sobre el respaldo de una silla mientras presiona el mueble bajo sus dedos.

—¿Por qué te angustia tanto eso?— lo cuestiono mientras me cruzo de brazos. Se que es demasiado malo el darle el reloj a El Profeta, yo solo hice ese trato para que confiará en mí y me dejará ir, pero hasta ahí. No creo conveniente darle El Profeta lo que más quiere, tendría todas las de ganar.

—Me siento responsable de todo esto, a decir verdad— confiesa con una risa sin gracia. —Esto— señala a la cafetería. —Era de mi abuelo, iba a ser mi futuro, pero decidí irme del pueblo y seguir mis estudios. Benedict era como un "maestro" para mí, así que antes de irme, me habló mucho sobre la historia detrás del pueblo. Hubo un momento que me interesó tanto que encontré la investigación de Jeddy Grant, le hablé a Ben sobre el reloj y la posibilidad de que este escondido en alguna parte del pueblo, y aunque en todo momento pareció desinteresado, se que me creyó aunque sea un poco, lo suficiente para que se obsesionara en encontrarlo después de lo de Isabel— relata. —Iba a ser mi gran descubrimiento, Daniela, necesitaba algo como el reloj para demostrarle a la familia de Rosalind que soy lo suficiente para su hija, quería que me aceptaran, sabía que eso haría a Rosalind completamente feliz, estar en contacto de nuevo con su familia, pero la terminé arrastrando a este lugar sin salida— dice dolido mientras entrecierra sus ojos. —No quiero que nada le pase a ella, no me lo perdonaría, es mi vida entera— susurra. —Y se que él irá a por nosotros una vez que lo tenga, así que... por favor, no se lo des— ver su expresión afligida, me hace doblegar.

—Esta bien, no lo tendrá— le aseguro. Se que no le prometo nada, pero haré mi mayor esfuerzo para que no lo tenga.

—Gracias, Daniela— la gratitud de sus palabras me hace sonreír. —Cualquier cosa que pase a continuación, puedes contar con nosotros— extiende su mano hacía mi. —Se que al principio dije sobre irnos de aquí, pero ahora veo que es imposible si El Profeta sigue ahí afuera— yo asiento estrechando su mano con la mía.

—Gracias, ahora necesito mucho el apoyo, algo me dice que esto acabará pronto— suspiro algo preocupada.

¿Qué nos depara el final?

—Entonces posiblemente nos veremos, posiblemente no, depende de lo que sucede en este viaje— el contacto de nuestras manos se rompe. —Así que desde ahora ofrezco una disculpa si nos llegamos a topar y hacemos algo no muy bueno— ríe, yo sonrío. Espero y todo vaya bien.

Después de eso, escuchamos pasos bajando las escaleras. Los dos observamos hacía esa dirección y vemos a Rosalind bajar con una gran sonrisa.

—Aquí están— se acerca a nosotros y se detiene a un lado de Robert. —Cariño, creo que deberías seguir acomodando tus libros, nunca entendí el orden en que te gustan, así que es mejor que lo hagas tú— ella menciona y Robert le sonríe.

—Tantos años juntos y aún así no lo recuerdas— dice entre risas mientras asiente. —Esta bien ahora mismo iré— avisa mientras se dirige a las escaleras, pero antes de subirlas, me mira por última vez. —Nos veremos, Daniela— se despide antes de verlo desaparecer.

Al encontrarnos sola Rosalind y yo, decido que ya es hora de irme, pero una vez más, me detienen.

—Espera un minuto, Daniela— ella me llama. —Quiero decirte algo.

—Claro, dime— me resigno, de igual manera, no tenga nada interesante que hacer por el resto de la tarde.

—Te diré algo que Robert nunca se atreverá a hacer— su mirada es inquietante, supongo que si es muy importante. —Por más rabia que le tengas a El Profeta, por favor, no lo lastimes— su pedido me sorprende. —Se que es raro, pero lo digo muy en serio, no hagas que pague con tus manos, aunque sea la única opción que tengas, no lo lastimes.

—¿Puedo preguntar la razón?— ella niega con su cabeza.

—Solo es un consejo que deberías seguir— responde simplemente.

—Esta bien— aún seguía un poco aturdida por su pedido, me generaba muchas dudas que sabía que no van a ser resueltas. —Adiós, Rosalind— me despido de ella y ella se despide de mí antes de salir de la cafetería.

Mis pies llegan hasta la puerta de mi auto y la abren dejándome pasar. Que día fue este. Por fin armo mejor el rompecabezas de todo esto, pero aún siguen faltando piezas importantes, piezas que Poché mantiene en sus manos y se que esta noche las descubriré.

Suspiro recostando mi cabeza en el asiento del piloto.

—Poché...— susurro mientras veo el panorama por el vidrio de mi coche. —¿Por qué?

///

Los próximos capítulos se puede decir que son mi parte fav de Efecto Mariposa ya que la historia rodea ese momento en específico, así que si tienen preguntas para la versión pasada de Poché, es el momento perfecto para saber un poco más sobre lo que oculta!

Continue Reading

You'll Also Like

183K 12.9K 85
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
165K 28.6K 28
Siete chicas pobres. Siete chicas millonarias. Un encuentro inesperado. ¿Qué es lo peor que puede pasar? Nota: no permito adaptaciones.
65.7K 9.1K 47
Elladora Black es la hija menor de Orion y Walburga criada para ser una sangre pura perfecta, sin embargo no es lo que planearon. Narcisista, egoíst...
686K 73.3K 127
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...